UNA DEVOCIÓN POPULAR QUE SE DEBE PURIFICAR

Hoy se celebra la fiesta de uno de los santos más queridos en México, me refiero a San Judas Tadeo, que según la Tradición era familiar de Jesús, y ha tenido una gran estima y su devoción está muy arraigada en diferentes sectores de la población. El conocimiento, el fervor y el cariño que en lo particular siempre he manifestado a los santos, me viene desde la niñez, donde mi bisabuelo me enseñó que los santos no son “remedios de farmacia”, sino ejemplos de vida: “Si ellos se esforzaron por cumplir las enseñanzas de Jesús, nosotros también podemos”. Pero debo admitirlo, la devoción a san Juditas, como muchas otras más, se desvía de la recta comprensión y cae en superstición y folclore.

Esta desviación es producto de una ignorancia culpable y vencible; culpable porque la gente no quiere ilustrarse y por lo tanto no quiere comprometerse. Y vencible porque cualquiera que sepa leer, puede informarse. Se de primera mano, que la inmensa mayoría no sabe que hay una carta en la Biblia que lleva por nombre Carta de Judas Tadeo, y más aún, a pesar de que es de una sola y minúscula hoja, nunca la han leído, deben enterarse de que allí está escrito, que cuando Moisés murió, san Miguel y Satanás pelearon por su cuerpo; si eso pasó con el gran profeta del Pueblo de Israel, ¿Qué será de nosotros simples mortales cuando nos toque dejar esta vida?

Varias veces he tenido que aclarar que san Judas Tadeo no es el que traicionó y vendió a Jesús, mucha gente no sabe, que san Judas Tadeo no es Judas Iscariote, y esta ignorancia y confusión también se da en todos los estratos sociales. Hasta he llegado a pensar, que tal vez sea por esta confusión por la que mucha gente, que “anda en malos pasos” como comúnmente se dice, le tenga mucha devoción, le llevan danzas, hacen tamales y comilonas, pero nunca se paran a la iglesia para escuchar una misa, arrepentirse y cambiar de vida.

En más de una ocasión, sobre todo en esta fecha, me ha tocado ver cómo la gente lleva sus imágenes, de diferentes tamaños, pensando que mientras más grande es la imagen más poder tiene; familias enteras, cada miembro lleva su “san Juditas” a bendecir. Me duele, que este gran santo, este gran apóstol lo hayan convertido en un amuleto, pues hasta imágenes con monedas hay de él.

La fe tiene los elementos que la espiritualidad necesita para un sano y armónico desarrollo, pero debe estar formada e ilustrada. El hombre cuando pierde el sentido de la trascendencia, es decir de lo que viene después de la muerte, termina por no encontrar sentido a la existencia. Nuestro pueblo tiene muchos y muy valiosos elementos donde expresa su espiritualidad, pero sí deben ser purificados y comprendidos correctamente.

Hoy extraño no poder celebrar la misa de la fiesta de San Simón y San Judas Tadeo, pues hasta eso, san Simón fue olvidado y eclipsado por su compañero, y también él tiene muchos méritos. Por lo pronto le pido a Dios que los bendiga y a san Judas Tadeo y a san Simón, que rueguen por nosotros y por nuestro país.

 

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El Heraldo de Saltillo
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