Una reciente investigación señala que beber café puede prevenir el Alzheimer

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Massachusetts, Estados Unidos.- Una investigación reciente, publicada por la revista ‘Alzheimer’s & Dementia’, ha confirmado algo que se sospechaba hace un tiempo: el consumo de cafeína está relacionado con un riesgo menor de sufrir deterioro cognitivo leve (DCL) o la enfermedad del Alzheimer.

Durante años, la cafeína fue vista como un riesgo, sin embargo, investigaciones recientes la presentan como una posible aliada contra el deterioro cognitivo leve y la demencia.

En las últimas décadas, numerosos estudios científicos han intentado descifrar los pros y los contras del café, una infusión popular en el mundo entero, mientras que durante muchos años se lo asoció con riesgos para la salud, investigaciones recientes afirman lo contrario: podría tener múltiples beneficios en la prevención de la demencia.

La demencia es el resultado de diversas enfermedades y lesiones que afectan el cerebro. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60 por ciento y un 70 por ciento de los casos, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta principalmente a adultos mayores. Se produce por la acumulación anormal en el cerebro de las proteínas beta-amiloide en el líquido encefaloraquideo (LCR). Estas acumulaciones interrumpen la comunicación de las células cerebrales y producen su muerte, lo que genera deterioro cognitivo y pérdida de memoria.

A medida que la enfermedad avanza, las personas sufren confusión, desorientación, dificultad para hablar, cambios de ánimos o de personalidad repentinos y una pérdida de la capacidad para realizar tareas cotidianas. El Alzheimer no tiene cura, aunque existen tratamientos para aliviar los síntomas.

Sin embargo, el nuevo estudio, confirmó un vínculo entre la ingesta de cafeína y los marcadores del líquido cefalorraquídeo para la enfermedad de Alzheimer. La mayoría de las investigaciones previas se centraron en trabajos observacionales o meta análisis sobre el consumo de té y café, por lo que se recopiló poca información sobre los cambios biológicos que produce la cafeína.

Los investigadores franceses analizaron 263 participantes mayores de 70 años, a los que se les realizó una evaluación clínica inicial y una encuesta detallada sobre el consumo de alimentos y bebidas como café, chocolate, té y refrescos para evaluar la cantidad de cafeína que absorbía sus cuerpos cada día. Los voluntarios también se sometieron a resonancias magnéticas y proporcionaron muestras de sangre y líquido cefalorraquídeo (LCR).

Aquellos que consumían poco más de 200 miligramos de cafeína por día fueron agrupados en una muestra de cafeína “baja”, y aquellos que bebían más eran considerados mayores consumidores de esta sustancia. La diferencia equivale a una lata de bebida energética o una taza o dos de café al día, frente a un mayor número de estas.

El equipo descubrió que una menor ingesta de cafeína se correlacionaba con un mayor riesgo de deterioro cognitivo leve, en comparación con un mayor consumo de cafeína.

De hecho, aquellos en el grupo de bajo consumo de cafeína tenían casi 2.5 veces más probabilidades de tener un diagnóstico de deterioro cognitivo leve o Alzheimer.

En un análisis más detallado de las proteínas en el líquido cefalorraquídeo de los participantes reveló diferencias significativas en las proporciones y concentraciones de formas específicas de proteínas beta-amiloide. Los que bebieron menos cafeína tendieron a tener concentraciones más bajas.

Esta última investigación se basa simplemente en una instantánea de los hábitos de consumo de cafeína de cientos de personas mayores, por lo que se evidencia poco sobre cómo un café por la mañana, durante la juventud o la mediana edad, podría afectar la aparición de demencia más adelante.

De acuerdo a los expertos, es importante tener en cuenta cuándo y cómo se consume la cafeína. Beberla a última hora del día podría afectar al sueño, por ejemplo, situación que podría impactar en el funcionamiento neurológico a largo plazo. Depender en exceso del chocolate y las bebidas energéticas conlleva una carga añadida de azúcar, lo que también pone en riesgo la salud cognitiva.

La mayoría de los adultos pueden ingerir de manera segura hasta 400 miligramos de cafeína al día, lo que se traduce en una cantidad similar a la presente en cuatro tazas de 240 mililitros de café preparado o seis shots de espresso, de acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos. En tanto, para las embarazadas, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos recomienda no superar los 200 miligramos.

Si bien tomarse un café en el desayuno o tomarse un chocolate caliente durante la tarde podrían estar contribuyendo al buen funcionamiento del cerebro a largo plazo, esto no significa que haya que consumir sin límites estas bebidas o alimentos con cafeína.

Se debe tener en cuenta la hora del día, ya que la cafeína podría afectar el sueño, que es esencial para el correcto funcionamiento neurológico a largo plazo. Además, muchos chocolates o bebidas energéticas poseen grandes cantidades de azúcar, lo que también pone en riesgo la salud cognitiva. (EL HERALDO)

 

https://alz-journals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/alz.14169