En su discurso de inauguración como Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo llamó a todas y todos los mexicanos a que hagamos una reflexión, que evaluemos con la cabeza fría qué pasó durante estos seis años con datos duros, reconocidos nacional e internacionalmente, y con ello respondámonos las siguientes preguntas:
¿Cómo es que 9.5 millones de mexicanos y mexicanas, de acuerdo con el Banco Mundial, salieron de pobreza en tan solo seis años? ¿Cómo es que, sin subir impuestos, se redujeron las desigualdades? ¿Cómo es que somos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico menos endeudados y con una moneda fuerte? ¿Cómo es que somos de los países con menos desempleo? ¿Cómo es que hay más bienestar y al mismo tiempo ganaron más los empresarios y los bancos? ¿Cómo es que estamos en récord de inversión extranjera directa y al mismo tiempo aumentaron los salarios? ¿Cómo es que aumentó el salario mínimo y no subió la inflación?
La respuesta, aseguró la Presidenta, es: cambió el modelo de desarrollo del país, del fracasado modelo neoliberal y el régimen de corrupción y privilegios a uno que surgió de la fecunda historia de México, del amor al pueblo y de la honestidad, lo llamamos el Humanismo Mexicano.
Por eso, continuó, hablamos de una transformación profunda. Y aceptémoslo, a todas y a todos les ha ido mejor.
Con este pensamiento y su puesta en marcha se cayeron muchos mitos y engaños del pasado. Por ejemplo, durante el periodo neoliberal, ese que le costó tanto al pueblo de México y que marcó nuestra historia por 36 largos años, se decía que el Estado debía diluirse o subordinarse a las fuerzas del mercado, que si la economía se regaba desde arriba iba a llegar a los de abajo, que si aumentaba el salario mínimo iba a haber inflación y no iba a haber inversión extranjera, que si el Estado participaba en la economía iba a haber crisis económica y devaluación, que la corrupción era inherente al gobierno, que la libertad no sólo existe en el mercado… que la libertad sólo existía en el mercado, que la educación, la salud, la vivienda y el salario justo eran mercancías y no derechos, todo resultó falso.
Bajo esa perspectiva, Claudia Sheinbaum esbozó lo que será su plan de gobierno para estos seis años, señalando que, para bien de México, de todas y todos, vamos a continuar con el Humanismo Mexicano, con la Cuarta Transformación. Todo resumido en lo que consideró sus principales principios, que así enumeró:
Uno. Para que haya prosperidad, debe ser compartida, o dicho de otra forma: por el bien de todos, primero los pobres.
Dos. No puede haber gobierno rico con pueblo pobre. Esta es una frase de Benito Juárez García que los gobiernos de la transformación hacemos realidad y que sostiene que el gobernante debe vivir en la justa medianía, sin lujos, parafernalias o privilegios, y que el gobierno no debe ser una carga para el pueblo. A eso le llamamos austeridad republicana.
Tres. Las y los gobernantes debemos ser honrados y honestos. El uso de las estructuras de gobierno para el beneficio personal o de un grupo ensucia el servicio público. La corrupción debe combatirse por ética y por principios, pero, además, como lo hemos visto, porque ahí radican los recursos necesarios para el bienestar del pueblo y el desarrollo de la nación. En pocas palabras, la honestidad da resultados.
Además, la autoridad moral es lo más importante, y esa no se compra en la esquina, se construye con una sola mística, la de luchar con honradez todos los días por un México con justicia, democracia y libertad.
Cuatro. El principio máximo de que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; o, regresando a Juárez: con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada.
Cinco. Prohibido prohibir, la libertad es esencia de la democracia.
Seis. El desarrollo y el bienestar del pueblo sólo pueden fortalecerse con el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales.
Siete. Las mujeres tenemos derecho a la igualdad sustantiva.
Ocho. México es un país soberano, independiente, libre y democrático. Queremos la paz. Queremos la paz y la fraternidad de las naciones. Y nos coordinamos, mas no nos subordinamos.
Nueve. La política se hace con amor no con odio. La felicidad y la esperanza se fundan en el amor al prójimo, a la familia, a la naturaleza y a la patria.
Diez. Condenamos el clasismo, el racismo, el machismo y cualquier forma de discriminación. No es solo un asunto de tolerancia, es el reconocimiento de que la profundización de las desigualdades llevará siempre a la injusticia. La fraternidad significa vernos a los ojos como iguales.
Con esto en mente, les manifiesto: en nuestro gobierno garantizaremos todas libertades, la de expresión de prensa, de reunión, de movilización. La libertad es un principio democrático y nosotros somos demócratas.
Se respetarán los derechos humanos y nunca usaremos la fuerza del Estado para reprimir al pueblo.
Respetaremos y garantizaremos la diversidad religiosa, política, social, cultural y sexual de nuestra sociedad. Cualquiera que diga que habrá autoritarismo, está mintiendo.
Nuestra política exterior seguirá los principios constitucionales de autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de controversias.
En materia económica, se mantendrá la autonomía del Banco de México, una política fiscal responsable, una proporción razonable entre deuda y producto interno bruto.
Promoveremos la inversión pública y la inversión privada. Lo digo con toda claridad: tengan la certeza que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país.
No aumentaremos el precio de las gasolinas, del diésel, del gas doméstico, ni la electricidad en términos reales.
En las próximas semanas estaremos convocando a empresarios para confirmar el acuerdo que mantiene sin aumentos los precios de la canasta básica.
Aprovecharemos la relación del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá para seguir impulsando la relocalización de las empresas, mientras se promueve el desarrollo regional con bienestar y cuidado al medio ambiente. Estados Unidos, Canadá y México sabemos que la cooperación económica fortalece a las tres naciones. Es claro que entre nosotros no competimos, nos complementamos y, además, generamos las condiciones para una mayor consolidación de la economía de todo el continente en una visión de presente y futuro de la economía mundial.
Seguiremos fortaleciendo nuestra relación económica y cultural con los países de América Latina y el Caribe, nos une historia y nos une compromiso, así como con los diferentes países y regiones del mundo.
Trabajaremos de la mano del sector empresarial y de las y los trabajadores para que siga aumentando el salario mínimo, nuestro objetivo es alcanzar 2.5 canastas básicas.
Haremos el programa de digitalización más ambicioso de la historia para facilitar el pago de impuestos y otros trámites, así como incentivar la inversión.
Habrá Estado de derecho. La reciente reforma constitucional al Poder Judicial que marca la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros significa más autonomía e independencia del Poder Judicial.
Piénsenlo sólo por un momento: si el objetivo hubiera sido que la presidenta controlara la Suprema Corte, hubiéramos hecho una reforma al estilo Zedillo. No, eso es autoritarismo, nosotros somos demócratas.
Queremos que se termine la corrupción en el Poder Judicial, es un proceso en donde habrá una convocatoria única, un comité de selección de candidatas y candidatos para garantizar que cumplan los requisitos. ¿Y quién decidirá? Será la gente, será el pueblo. ¿Cómo va a ser autoritaria una decisión que en esencia es democrática y permite que el pueblo decida? Estoy segura que, en unos años, todas y todos estaremos convencidos que esta reforma es lo mejor.
Aprovecho para decirles a las y los trabajadores del Poder Judicial que sus derechos y salarios están totalmente salvaguardados.
Se mantendrán todos los programas del Bienestar y nos aseguraremos que su incremento anual nunca esté por debajo de la inflación. Además, está por aprobarse en el congreso que estos derechos se vuelven constitucionales para que nadie los pueda revertir.
Pensión universal para las y los adultos mayores, pensión universal a personas con discapacidad, becas ‘Benito Juárez’ para estudiantes de preparatorias públicas, becas a estudiantes de escasos recursos, Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro, Producción y Pesca para el Bienestar, fertilizantes gratuitos, Precios de Garantía, La Escuela es Nuestra y La Clínica es Nuestra, todos seguirán.
Haremos realidad tres programas de Bienestar nuevos:
Todas las mujeres de 60 a 64 años tendrán un apoyo bimestral como un reconocimiento al trabajo de las mujeres mexicanas.
Todos los niños y niñas que vayan a escuela pública de preescolar, primaria y secundaria tendrán una beca; iniciaremos el próximo año con secundaria. Las y los niños deben ser felices. De ellas y ellos no sólo es el futuro, sino el presente de México.
Llevaremos a las y los adultos mayores la prevención y atención a la salud a su casa. Para ello, vamos a contratar 20 mil médicos, médicas, enfermeros y enfermeras.
El reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas y afromexicanos, una vez en la Constitución, lo vamos a hacer realidad.
Consolidaremos el IMSS-Bienestar como el mejor sistema de salud pública gratuita y de calidad.
Aumentaremos el número de preparatorias y universidades públicas para que al menos llegue la educación superior a 300 mil espacios más.
La salud y la educación son derechos del pueblo de México, no son privilegios ni mercancías.
Construiremos al menos un millón de viviendas, especialmente para jóvenes en esquemas en donde primero puedan rentar y después adquirir la vivienda si lo desean. Además, habrá créditos a bajo costo para mejoramiento de vivienda y un programa masivo de escrituración.
En materia de infraestructura, se ampliará el Tren Maya a Puerto Progreso, en Yucatán, y en sus más de mil 500 kilómetros será también tren de carga.
Se terminará la Línea K del Tren Interoceánico, que va de Ciudad Ixtepec a Ciudad Hidalgo, Frontera con Guatemala.
Además, queremos construir el doble de los kilómetros que construyó el presidente de trenes de pasajeros, de Ciudad de México a Pachuca, de Ciudad de México a Nuevo Laredo y de Ciudad de México a Nogales, así como la recuperación del tren de pasajeros a Veracruz.
Antes los privatizaron, ahora recuperamos los trenes de pasajeros con orgullo, porque significan desarrollo regional, empleos, turismo y prosperidad compartida.
Seguiremos con caminos artesanales para conectar comunidades y con la construcción de puertos, aeropuertos y carreteras que generen desarrollo con bienestar y al mismo tiempo fortalezcan la infraestructura y conectividad en nuestro país y potencien la inversión.
Como lo manifestamos desde la campaña, se mantendrá la proporción actual entre la generación pública y privada de electricidad, de 54 por ciento y 46 por ciento respectivamente.
En unos días presentaremos el Plan Nacional de Energía, que incluye nuevas inversiones en transmisión, generación y un programa ambicioso de transición energética hacia fuentes renovables de energía que contribuyan a disminuir los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático.
La inversión privada para cubrir el 46 por ciento de la generación se hará con reglas claras, en el marco de la ley y garantizando la estabilidad del sistema eléctrico.
A todas y todos nos convienen empresas de energía pública del Estado fuertes, que garanticen energía limpia, a precios bajos para las actuales y las futuras generaciones.
El objetivo fundamental de la producción de petróleo con Pemex seguirá siendo el consumo nacional, y este se limitará a una producción de 1.8 millones de barriles diarios.
Vamos a promover la eficiencia energética y la transición hacia las fuentes renovables de energía para absorber, a través de estas fuentes, el crecimiento de la demanda de energía.
Recuerden que la reforma energética proponía una producción de tres millones de barriles diarios. Eso es ambientalmente imposible, es mejor promover la eficiencia y las fuentes renovables.
Avanzaremos en la soberanía y la autosuficiencia alimentaria. Como dice el presidente, dar de comer a quien nos da de comer.
No permitiremos la siembra de maíz transgénico, seremos autosuficientes, no sólo en maíz blanco, sino en frijol y en otros cultivos.
Y Diconsa se transforma en Alimentación para el Bienestar, con el objetivo de promover precios y comercio justo para diversos productos agropecuarios y seguir atendiendo a 22 millones de familias.
Construiremos en Tula, Hidalgo, el proyecto de economía circular más ambicioso del mundo, esto quiere decir que haremos un complejo ambiental para aprovechar los residuos, tratamiento de agua, generación de energía y productos reciclados, lo cual nos permitirá reducir la contaminación y generar empleos. La ciudad más contaminada se convertirá en la ciudad más limpia, eso me comprometí en campaña.
Arrancaremos el ordenamiento de las concesiones y la transmisión de derechos de agua. Para ello, este mes firmaremos un acuerdo nacional por la seguridad y sustentabilidad hídrica, con todos los actores, y haremos las reformas jurídicas para garantizar el agua como recurso de la nación.
Tecnificaremos más de 200 mil hectáreas de riego y desarrollaremos proyectos estratégicos para el abastecimiento y reciclamiento de agua.
Vamos a limpiar también y a sanear los ríos más contaminados del país.
Haremos de México una potencia científica y de la innovación. Para ello, apoyaremos las ciencias básicas, naturales, sociales y las humanidades, y las vincularemos con áreas y sectores prioritarios para el desarrollo nacional.
Las mexicanas y mexicanos tenemos creatividad, tesón y capacidad de sobra. Estoy convencida que no podemos quedarnos atrás en el desarrollo tecnológico. Pensémoslo, tenemos grandes pensadores e innovadoras, innovadores, desde tiempos prehispánicos; tenemos universidades y tecnológicos de primera, y las y los mexicanos somos trabajadores y creativos.
En materia de seguridad, garantizaremos la disminución de los delitos de alto impacto. No regresará la irresponsable guerra contra el narco, de Calderón, que tanto daño le sigue haciendo a México. Nuestra convicción es que la seguridad y la paz son fruto de la justicia. Y nuestra estrategia consiste en cuatro ejes:
Atención a las causas, siempre dando la posibilidad de que las y los jóvenes mexicanos tengan acceso a todos los derechos.
Inteligencia e investigación.
Fortalecimiento de la Guardia Nacional. Quien crea que la Guardia Nacional estando en la Secretaría de la Defensa es militarización, está totalmente equivocado.
Nos coordinaremos con municipios, estados, con el Ministerio Público, con la Fiscalía General de la República, que en su autonomía no significa que deje la coordinación, eso nos va a permitir avanzar todavía más.
Atención a las causas y cero impunidad con los cuatro ejes de seguridad con justicia.
Lo hice como jefa de gobierno en la Ciudad de México, disminuimos más del 50 por ciento los homicidios dolosos en tan sólo cuatro años. Todo eso dijo la Presidenta.
Pues bien, Sheinbaum ya nos platicó los rasgos de su programa de gobierno, que, para el bien de México deseamos que sea exitoso.
Ahora cabe hacer otra pregunta, ahora para la oposición; la partidista; la mediática; la apartidista y la que se autodenomina oposición de la sociedad civil: ¿ya hicieron su plan a corto, mediano y largo plazo?, o ¿van a seguir la misma estrategia de hacer lo mismo, esperando resultados diferentes a los obtenidos en los pasados procesos electorales? Siempre recordándoles que sin reflexión, no hay solución.
José Vega Bautista
@Pepevegasicilia
josevega@nuestrarevista.com.mx
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