¿Podría Claudia Sheinbaum convertirse en la presidenta de la seguridad y el crecimiento?
Identificar nuevas perspectivas sobre los desafíos que enfrentará Claudia Sheinbaum es una tarea casi completa. La mayoría de los temas han sido ampliamente discutidos en los medios y foros de análisis.
La propia mandataria ha dejado en claro su propuesta. En sus intervenciones previas y durante la toma de posesión como presidenta de México, precisó los puntos de cambio y continuidad con respecto a sus antecesores.
Además, las estrategias que Sheinbaum implementó como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México pueden verse como los precursores de los cambios que se anticipan en los próximos meses. Después de todo, muchos de los problemas de la capital son similares a los del resto del país, aunque sus matices y proporciones difieren.
No obstante, considero oportuno subrayar el escenario que genera más expectativas: priorizar un mayor crecimiento económico y reducir la inseguridad.
Según las cifras de cierre de sexenio, ambos factores representan los grandes retos de la era posneoliberal.
¿Claudia Sheinbaum será la presidenta de la seguridad y el crecimiento? ¿Confirmará con hechos su determinación de acabar con años de avances lentos en estas áreas?
Varios factores sugieren que, vistos a través de la lente del llamado «Segundo Piso de la Transformación», es muy probable que estos dos objetivos se conviertan en prioridades y se anclen en la agenda del gobierno federal en los próximos años. También debemos prever nuevas estrategias.
Para empezar, es inevitable que el programa político de la izquierda asuma objetivos de crecimiento, mejora de las condiciones de vida de la población y la garantía de una mayor seguridad. Todo en uno y al mismo tiempo.
Se requiere una mayor articulación de los programas sociales con estrategias de fomento económico y medidas para reducir la inseguridad. Esta es la fórmula para asegurar la legitimidad de la izquierda como modelo progresista que busca mitigar la pobreza y la desigualdad en un contexto de paz.
La presidenta Sheinbaum conoce muy bien la receta. Durante su gestión como Jefa de Gobierno de la CDMX, desarrolló estrategias para abordar los problemas de seguridad, lo que condujo a una reducción en los índices de criminalidad.
Omar García Harfuch, actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, jugó un papel importante en la implementación de estas estrategias mientras ocupaba el cargo equivalente en la CDMX.
Por lo tanto, se espera que la nueva política anticrimen incorpore los componentes que demostraron ser efectivos en la CDMX. Las experiencias de otros estados también podrían ayudar.
En el ámbito económico, el actual secretario de Desarrollo Económico de la CDMX, Fadlala Akabani Hneide, señaló recientemente que en los últimos años la capital recuperó su condición de polo de desarrollo industrial del país y ha experimentado tasas de crecimiento superiores al promedio nacional.
Ambos logros son atribuibles a la llegada de nuevas inversiones y la instalación de parques industriales. Datos recientes sobre inversión extranjera, crecimiento del PIB estatal y creación de empleo respaldan estas afirmaciones.
El funcionario también habló de emprendimiento y desarrollo empresarial, temas que no tuvieron mucho auge a nivel federal en los últimos años.
Es posible que las estrategias implementadas en la CDMX se lleven al plano nacional, especialmente en el ámbito económico.
Por tal motivo, las expectativas de una mejora en las políticas de crecimiento y promoción de inversiones son favorables.
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