El Papa Francisco inicia la segunda fase de reformas a la iglesia donde la mujer asumirá más puestos de responsabilidad eclesiástica

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Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco inauguró este miércoles 2 de octubre la segunda fase de su gran proyecto de reforma católica, con llamados generalizados para que las mujeres asuman más puestos de responsabilidad en la iglesia, aunque incluirlas en el sacerdocio sigue descartado.

Francisco presidió una misa de apertura en la Plaza de San Pedro con los 368 obispos y laicos que se reunirán a puertas cerradas durante las próximas tres semanas para discutir el futuro de la Iglesia y cómo adaptarla a las necesidades actuales.

Varios de los temas más controversiales estaban oficialmente fuera de la agenda tras haber encontrado resistencia y objeciones durante la primera sesión del sínodo el año pasado. Eso incluye el trato a los católicos LGBTQ y permitir que las mujeres sirvan como diáconos.

El Papa ha encargado estos asuntos a 10 grupos de estudio que trabajan en paralelo al sínodo, lo que plantea dudas sobre qué resultado tendrá exactamente la reunión cuando concluya el 26 de octubre con una serie de propuestas finales que se remitirán al sumo pontífice para su evaluación.

Francisco lanzó el proceso de reforma en 2021 para poner en práctica su objetivo de crear una Iglesia más inclusiva, humilde y acogedora, donde los católicos comunes tengan mayor voz en la toma de decisiones que la jerarquía sacerdotal compuesta exclusivamente por hombres.

El proceso, y el sondeo de dos años entre las bases católicas que lo orientó, despertaron tanto esperanzas como temores de que se estaba produciendo un cambio real.

Francisco instó a los delegados a dejar de lado sus posiciones egoístas y sostenidas durante mucho tiempo y a escucharse verdaderamente unos a otros para “dar vida a algo nuevo”. “De lo contrario, terminaremos encerrándonos en diálogos entre sordos, donde los participantes buscan avanzar sus propias causas o agendas sin escuchar a los demás y, sobre todo, sin escuchar la voz del Señor”, expresó en su homilía.

Los defensores dicen que permitir que las mujeres sean diáconos ayudaría a compensar la escasez de sacerdotes católicos y abordaría quejas de larga data de que las mujeres tienen un estatus de segunda clase en la Iglesia: excluidas del sacerdocio, pero responsables de la mayor parte del trabajo de educar a los jóvenes, cuidar a los enfermos y transmitir la fe a las próximas generaciones.

Los opositores dicen que ordenar mujeres al diaconado sería el comienzo de una pendiente resbaladiza hacia la ordenación de mujeres al sacerdocio. La Iglesia Católica reserva el sacerdocio para los hombres, afirmando que Cristo eligió sólo a hombres como sus 12 apóstoles.

Aunque el ministerio ordenado para mujeres está fuera de cuestión, se están discutiendo muchas otras propuestas, incluyendo llamados para que las mujeres ocupen mayores posiciones de responsabilidad en los seminarios y se sienten como jueces en tribunales canónicos que deciden todo, desde anulaciones matrimoniales hasta casos de disciplina sacerdotal.

El Sínodo está integrado por 368 miembros, de los cuales 272 son obispos y 96 no obispos. En total, participan 85 mujeres, de las cuales 54 tienen derecho a voto. (EL HERALDO)