A LA BÁSCULA

Confrontación estéril

Durante el pasado fin de semana se generó una confrontación entre el alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, y el Gobierno del Estado, que es estéril, porque de mantenerse el diferendo, aquí no habrá ganadores, todos serán perdedores, sobre todo los ciudadanos que ven con cierto temor el pleito entre niveles de gobierno, que pudieran afectar, trastocar o alterar la paz y la tranquilidad que tanto trabajo costó construir.

El motivo del diferendo fue el anuncio del alcalde torreonense ante todos los integrantes de la mesa semanal de seguridad del pasado viernes, en la cual participan los presidentes de los consejos ciudadanos de Seguridad y Vialidad, así como representantes de Derechos Humanos, Fiscalía del Estado, según información del propio municipio, por lo que se descarta que la información se haya tratado de un trascendido como menciona de entrada el comunicado oficial.

Ahí se informó de la decisión del alcalde de que el Grupo de Reacción Torreón esté integrado exclusivamente por elementos municipales, por lo que esa mañana habría solicitado que los elementos que provienen de otro orden que no sea municipal, se den de baja en su corporación de origen, y se reincorporen si así es su voluntad y compromiso, a la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

En ese sentido, dice el comunicado, “el alcalde reiteró que la coordinación con los órdenes de Gobierno y las diferentes corporaciones continúa, así como el buen entendimiento, pero por respeto a la autonomía municipal tendrán que ser elementos municipales al mando los encargados de la seguridad en Torreón”.

La parte donde ‘brinca’ y deja ver la confrontación con el estado, en el que se subraya que habrá coordinación, más no subordinación. “Siempre habrá coordinación con las fuerzas policiacas de cualquier corporación, colaboración más no subordinación. La seguridad de Torreón sigue tan firme como desde el primer día de mi Gobierno, en el eje de Seguridad y Orden, y estoy seguro que esta decisión fortalecerá a nuestro cuerpo policiaco en favor de las familias de Torreón”.

Con diferencia de minutos el estado emitió su propio comunicado en el que menciona que el municipio de Torreón daba de baja al Grupo de Reacción y que “el Gobierno del Estado lo rescata”. También en una parte del documento, da respuesta y fortalece la teoría de la confrontación. En voz de su secretario de Gobierno, Oscar Pimentel subraya: “La seguridad es la máxima responsabilidad que tiene un gobierno y, garantizar la paz de nuestras familias, demanda a las autoridades despojarse de intereses políticos, ambiciones o temas ajenos a la seguridad».

El domingo en un nuevo comunicado, Román Alberto Cepeda dio a conocer que el Grupo de Reacción Torreón seguía trabajando bajo el mando de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, con los mismos objetivos para los que fue creado, “como es la atención y el combate a delitos de alto impacto y narcomenudeo, entre otros”.

Ojalá que en alguna de las partes privara la prudencia, y que de ambos lados existiera la responsabilidad de poner encima de sus eventuales diferendos, la seguridad y la tranquilidad de los torreonenses, y por ser la nuestra una zona metropolitana, la paz de toda una Comarca. Que se sienten a dialogar para encontrar puntos de convergencia, no de divergencia.

Si no quieren no tienen por qué ser amigos, pero como servidores públicos tienen que dejar de lado sus diferencias y ambiciones personales, sus filias y sus fobias, porque este no es un juego de vencidas nada más para ver quien tiene más fuerza o músculo.

Como empleados de los ciudadanos, los funcionarios de los dos niveles de gobierno, el estatal y el municipal, tienen que guardar la cordura y ofrecer a los ciudadanos un mensaje unidad en el trabajo, sobre todo en este tema tan sensible como lo es la seguridad. También habría que brindarles a los ciudadanos no solo un mensaje, sino la muestra del respeto en las jerarquías.

Si más allá de cumplir su responsabilidad ante la gente, funcionarios estatales o municipales se quieren sacar la lengua y hacerse gestos, ese es muy su problema, si actúan con berrinches como niños groseros.

Torreón, los torreonenses y todos los laguneros no solo piden, exigen que se dé una solución pronta y definitiva a este diferendo, y tendría que ser inmediato, no dejar ni tiempos ni espacios vacíos porque estos no existen, si alguien, las autoridades dejan un espacio vacío, siempre habrá quien lo llene de inmediato, y por desgracia suele ser gente indeseable.

Antes de lanzar públicamente las primeras piedras, debió haber existido un diálogo, tolerancia, empatía porque, insisto, la que nos han mostrado a la sociedad, es una confrontación estéril en la que solo habrá perdedores. Nadie en su sano juicio puede esperar o pretender que, entre las pérdidas, esté la seguridad que tanto tiempo nos costó construir y recuperar, después de los años de la terrible violencia, a la que nadie queremos regresar.

 

laotraplana@gmail.com

 

@JulianParraIbarra

 

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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