Ginebra, Suiza.- No existe relación alguna entre el uso de los teléfonos celulares y el aumento del riesgo de cáncer cerebral, según una nueva revisión de las pruebas disponibles publicadas en todo el mundo encargada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Corría 2011 cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), encendió las alarmas clasificando las radiaciones emitidas por los teléfonos móviles como “posiblemente carcinogénicas para los humanos”.
El anuncio, aunque cauteloso, provocó titulares como “los celulares aumentan riesgo de cáncer cerebral” (en la BBC) o “la OMS dice que el uso de teléfonos móviles es posiblemente cancerígeno” (Insalud). Lo que ayudó a consolidar, así, la creencia colectiva de que los móviles y las antenas producían cáncer.
Sin embargo, en este 2024 un exhaustivo nuevo estudio presenta una exhaustiva revisión sistemática y un meta análisis siguiendo el protocolo específico para revisiones sistemáticas de estudios observacionales en humanos para el estudio de los posibles riesgos de la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia y el cáncer.
El análisis final incluyó 63 estudios de 1994 a 2022, evaluados por 11 investigadores de 10 países, entre ellos la autoridad de protección radiológica del gobierno australiano.
El trabajo evaluó los efectos de la radiofrecuencia, usada tanto en los móviles como en la televisión, los vigilabebés y los radares, según explicó Mark Elwood, coautor del estudio y profesor de epidemiología del cáncer en la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda).
La revisión analizó los cánceres de cerebro en adultos y niños, así como el cáncer de hipófisis, glándulas salivales y leucemias, y los riesgos relacionados con el uso de teléfonos móviles, estaciones base o transmisores, así como la exposición ocupacional. Se informará por separado de otros tipos de cáncer.
La ciencia, que ahora ha tenido más de una década para observar los efectos del uso masivo de móviles, analizando series epidemiológicas y datos de exposición, no ha encontrado una razón para pensar que está en riesgo claro de cáncer por usar su móvil o por vivir cerca de una antena de telefonía. Además, esto implica que los límites establecidos por agencias como la Comisión Internacional sobre Protección Frente a Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP) se muestran seguros.
Por supuesto, esto no significa que no debamos seguir investigando. La tecnología y el uso de los móviles están en constante evolución, y los científicos continuarán monitoreando cualquier cambio en las tendencias de salud pública, explicó Mark Elwood.
El mensaje debe ser claro: use su dispositivo con moderación si lo prefiere, pero no hay evidencia sólida para que se preocupe por un aumento en las posibilidades de desarrollar un cáncer. La ciencia, al igual que el aparato que lleva en su bolsillo, está aquí para ayudarte a tomar decisiones informadas señala Elwood. (EL HERALDO)
No link between mobile phone use and brain #cancer, @WHO-backed study says. https://t.co/iYWCHqXKxz via @globeandmail
— André Picard (@picardonhealth) September 3, 2024
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