LAS MAÑANERAS DE CLAUDIA SHEINBAUM

 Para Dominique Walton la comunicación política “es el espacio en que se intercambian los discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política: los políticos, los periodistas y la opinión pública a través de sondeos.” (Walton, La comunicación política: construcción de un modelo 1995).

Lo que significa que todos quienes integramos el Estado gozamos del derecho a opinar y expresar sus puntos de vista y posturas ante el acontecer de la vida colectiva.

El hecho es que en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha optado por un modelo de comunicación encabezado por él en una exposición diaria. Su conferencia mañanera determina la agenda pública, fija los temas de conversación en redes sociales y construye un relato cotidiano de la Cuarta Transformación.

La comparecencia diaria del Presidente rompe la dinámica de trabajo de los medios, poniendo contra las cuerdas a reporteros, editores y jefes de redacción. AMLO provoca que los diarios matutinos parezcan viejos a las 7 de la mañana, desbarata guiones y escaletas en los noticieros radiofónicos, y vuelve irrelevantes los telediarios matutinos, salvo que éstos transmitan en vivo desde Palacio.

Más de la mitad de las notas que se leen en la sección política de la prensa diaria se derivan de la mañanera del día anterior, o tienen que ver indirectamente con ella. El problema es que cuando uno lee esos diarios, Andrés Manuel ya está hablando de otra cosa. El ritual se repite de lunes a viernes, a las 7 de la mañana: el Presidente aparece en el salón Tesorería del Palacio Nacional, normalmente relajado y sonriente, acompañado de uno o varios funcionarios de su administración (nuestrarevista.com.mx).

En palabras de Manuel Castells (“Comunicación y poder”, 2012), AMLO construye a diario un relato persuasivo para afianzar su poder y acorralar a sus contrapoderes. “Por eso, en las mañaneras hay buenos y malos, aliados y opositores, neoliberales y progresistas, machuchones y gente del pueblo. Una lógica en la que los antagonistas oponen y resisten, pero también sostienen” (Aristegui Noticias).

De acuerdo con la escritora Sabina Berman, “las mañaneras son vistas por 3 millones a diario. El rating más alto de la Prensa Comercial es de 1 millón semanal”  (twitter.com).

Pues en su propia conferencia, la virtual Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, anunció la pasada semana que durante su gobierno permanecerán las conferencias diarias, aunque adelantó que serán distintas a las mañaneras del Presidente Andrés Manuel López Obrador. “Estamos trabajando en cómo vamos a tener nuestra información diaria, esa era una decisión que ya había tomado, el horario pues estamos tomando en cuenta la opinión de la ciudadanía y también la forma en que va ser la comunicación”, dijo en su anuncio.

Argumentó: “Evidentemente tiene que haber cambios al esquema de cómo se presenta la mañanera del Presidente; la mañanera, pues es la mañanera del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero también se ha convertido de cierta manera en la mañanera del pueblo de México”.

“Porque hay una apropiación de nuestro pueblo de la información que se da ahí y la gente está esperando la información. El Presidente pues es el Presidente, tiene su forma, su estilo propio y nosotros generaremos un esquema también de información, (…) pero con una conferencia de prensa diaria vinculada con algunas otras áreas”.

Dentro de los objetivos y pertinencia de ese modelo de comunicación señaló: “El primer tema es informativo, yo creo que además de las preguntas o este diálogo circular que ha establecido el Presidente, la principal función de la mañanera es información”.

“Aparte del debate político que puede haber. Es importante que (…) haya información directa del Presidente de la República al pueblo de México y yo considero que eso es indispensable; el pueblo de México se conecta a la mañanera y escucha al Presidente, en este caso será a la Presidenta, y a su gabinete, darle información”.

Sí la estrategia de comunicación social le ha dado buenos dividendos políticos al actual presidente, y la futura mandataria viene de la misma corriente ideológica/política, lo más normal será que siga utilizando los mismos medios e instrumentos de información y persuasión política, aunque adecuándolos a su forma personal de gobernar.

Este modelo y estrategia de comunicación, finalmente, también van encaminados a lograr establecer una corriente ideológica hegemónica capaz de generar o encarnar una idea universal que reúna no sólo a la inmensa mayoría de su comunidad política, sino que además fije las condiciones sobre las cuales quienes quieren desafiarle deberán hacerlo.

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

josevegabautista@nuestrarevista.com.mx