LA IMPORTANCIA DE LA PROPIEDAD INDUSTRIAL PARA COAHUILA

Para algunos saltillenses es, fue o será tiempo de vacaciones, aunque sean cortas, y ello nos lleva a caminar por distintos pueblos y comunidades de nuestro México. También es tiempo de abundancia para los comerciantes que reciben a los turistas que deciden venir a nuestra tierra por su clima benigno y sobre todo seguridad para vacacionar; virtud que nos distingue del resto del país.

Un fenómeno interesante que podemos observar en los centros históricos y mercados de las ciudades; es que casi todas las artesanías o mercancías que se venden; son muy similares. Observamos indistintamente cintos, bolsas, ponchos, guayaberas, vestidos, sombreros, llaveros, botellas, cerámicas, barros, talaveras, etc.

¿Y las distinciones? Parecen ya no existir. Lo cual es muy preocupante, porque la apropiación cultural ha mermado tanto, que los productos originarios de cada región del país han ido perdiendo identidad. Por ejemplo, da lo mismo comprar una artesanía güichol en X o en Y ciudad, y eso, aunque pareciera positivo, afecta a los artesanos y a los consumidores, pues en primer lugar no hay forma de validar la autenticidad de las artesanías, además, de que, siguiendo las reglas del mercado, a mayor oferta, menor precio.

La apropiación cultural es un concepto que debe ser explorado, el cual implica que un grupo se “apropia” creaciones, rituales, atuendos, o productos de otro grupo étnico y puede llegar a explotarlos comercialmente, sin una retribución justa para el grupo cultural originario.

Hace unos años, una muy buena abogada, con tintes de bohemia, sembró en mi mente la necesidad de “registrar” el Sarape de Saltillo, ya que tiene un amplio vínculo con la cultura de nuestra capital que hoy en día tiene 447 años de existir.

La importancia del Sarape también la pude advertir cuando me desempeñé como Guía en el Museo del Desierto, al hacer mi servicio social de preparatoria. En su segundo pabellón, llamado “el Hombre y el Desierto”, ese que empieza a contar la historia de nuestros grupos originarios a través del arte rupestre, las misiones y presidios, la feria de Saltillo, y por supuesto, el uso del telar para la elaboración de los Sarapes.

En esta columna ya hemos abordado la importancia del sotol para Coahuila, podemos vislumbrar la importancia de las manzanas de Arteaga, la nuez de Parras, el pan de pulque, los dátiles de Viesca, entre otros productos de nuestro estado que se distinguen por su calidad y producción.

La propiedad industrial sirve para proteger en el mercado a las creaciones y/o productos que emergen de un  origen predeterminado, bajo ciertos estándares de producción y calidad. Promover su protección, beneficia económicamente a los productores, comerciantes y artesanos.

Las denominaciones de origen, se dan de facto y posteriormente son protegidas mediante Declaratorias que emite el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial. Es decir, primero el público, consume y reconoce determinado producto por sus características, calidad y origen, y posteriormente la autoridad administrativa puede proteger esas cualidades mediante una declaratoria legal, que ampara determinada región o cualidades artesanales en un producto.

En términos legales, para obtener la declaratoria debe tratarse de un producto de características únicas o calidad especial que lo individualizan entre los productos de su misma especie. Contar con características o calidad especial derivadas exclusivamente de factores naturales y humanos para producirlo.  Y, además, puede que el producto sea identificado o designado con el nombre del lugar en que se produce.

Lo interesante sería que nuestros amigos del Colegio Coahuilense de Historiadores, nos ayudaran a construir los antecedentes reales y contundentes para promover las declaratorias que se tengan que promover de los productos histórica y culturalmente ligados a nuestro estado.

 

Juan Manuel González Zapata, egresado de la Facultad de Jurisprudencia de la UADEC.

 

 

 

 

 

 

Autor

El Heraldo de Saltillo
El Heraldo de Saltillo
El periódico con mayor tradición en Saltillo.