LA CHINGADA

Entre el ayer y el hoy de López Obrador, hay diferencias.

En sus reiterativas Mañaneras se comparaba con Juárez, Madero, Cárdenas, el papa y Jesucristo, pero esta semana descubrió que es “naco, chinto y chairo; perteneciente al pueblo raso”.

¿Soldado raso, que vive en un palacio cuya manutención cuesta al pueblo millones de pesos mensuales? es incompleta su autodefinición.

El que antes presumía el Insabi, al que destinó recursos que debieran haber sido mejor aprovechados, admitió “No funcionó como se esperaba”, pero no pudo dejar de agregar otra mentira “nos permitió comprar medicamentos directamente al extranjero para atender la pandemia deCOVID-19”.

El mismo que el 14 de abril del año pasado presumió “Ya no necesitamos de Notimex; no necesitamos una agencia de noticias porque tenemos la Mañanera, aunque a muchos no les guste” este 10 de julio, confundiendo gobierno con Estado porque entender la diferencia no se le da, advirtió “Sí, es necesario que el Gobierno de México tenga una agencia de noticias”.

El que dijo que apoyos económicos y abrazos acabarían con delitos y extorsión, tuvo que reconocer el pasado martes “sigue habiendo inseguridad, violencia y delitos y no hemos podido disminuir la extorsión”

El que ha repetido hasta el cansancio, que se retirará para siempre y no volverá a hablar de política, anunció que podría regresar “si hubiera una guerra o me necesitan”.

A quien afirmaba no querer reconocimiento alguno tras dejar la presidencia, porque su principal recompensa era haber servido al pueblo, le ha dado con que dejará testamento político para que no haya monumentos en su honor ni desviaciones en la transformación de México.

El que aseguraba no le interesaba lo material ni mucho menos el dinero y pedía tuviéramos solo un par de zapatos, estrena guayaberas cada dos que tres días y pasa las Mañaneras envidiando y calculando lo que tienen intelectuales y periodistas “corruptos” y haciendo públicamente cuentas de lo que recibirá de pensión cuando se vaya.

El que pedía el regreso de los militares a los cuarteles, los tiene metidos como encargados de negocios, aeropuertos y construcciones porque “cambié de opinión”.

El que durante el proceso electoral que culminó el 2de junio con la elección de Claudia Sheinbaum, advirtió que las agresiones políticas y los asesinatos de candidatos, no alteraban la tranquilidad del país y eran solo asunto de publicistas para sacar raja y perjudicarlo, dijo al condenar el atentado contra Donald Trump “nada justifica la violencia”.

Y dado que su pecho no es bodega y está reconociendo una mínima parte de lo que hizo mal, sería bueno aclarara si La Chingada, donde va a retirarse a meditar como monje de clausura, fue herencia de sus padres o, como muchos afirman, comprada con dinero público que le regaló el presidente Carlos Salinas de Gortari.

Como no me cuadraba eso de que la finca de Palenque demás de 13 mil metros, fue adquirida por su mamá con lo que ganó trabajando en una fonda cercana como cocinera, recurrí al chismoso Google.

Y encontré versiones que aseguran que fungiendo como su prestanombres la compró su papá Andrés López Ramón, con parte de los 9 mil millones de viejos pesos que en enero de 1992 le entregó Manuel Camacho por órdenes de Salinas, para que retirara el plantón que había instalado mes y medio antes en el Zócalo de la Ciudad de México para reclamar se reconociera el triunfo del PRD en 6 municipios de Tabasco.

AMLO era entonces presidente del PRD en ese estado y se dice que la cantidad fue acordada en una negociación con el secretario de Gobernación Fernando Gutiérrez Barrios que incluyó, la renuncia del gobernador Salvador Neme Castillo que se hizo efectiva el 28 de enero, la designación de Manuel Gurría Ordóñez como gobernador interino y la anulación de las elecciones en tres municipios.

Supuestamente pocos meses después el padre, a quien no se conocían recursos, compró La Chingada al contado y en efectivo en una operación que, se insiste, fue registrada bajo la escritura pública 3945,ante el notario número uno de Emiliano Zapata, Tabasco, abogado Luis Mayo Castro.

En fin, a lo mejor con la cercanía de su despedida le llega decencia para desistir de acabar con el Poder Judicial y rectifica ese y otros asuntos.

Aunque también pudiera ser, que salga más a flote el resentimiento que lo caracteriza.

Acuérdense que una de sus frases preferidas es “y lo más bonito, es lo feo que se va a poner” y se pondrá feísimo, si logra se entregue a Morena una sobrerrepresentación legislativa de 74 por ciento, 20 por ciento más de lo que legalmente le corresponde.

 

Autor

Teresa Gurza