A LA BÁSCULA

Hablando con un güey

 En un juego de palabras en el que la mayoría de las personas caían, un viejo amigo solía, cuando hablaba con personas necias y tercas que siempre querían tener la razón, utilizar la frase: “Ah, ahora resulta que el que está hablando con un güey, soy yo”. La mayoría asentía y se daba por satisfecho con la respuesta recibida frente a sus necedades.

Hace mucho que no me acordaba de esa anécdota, pero este lunes me la hizo recordar ‘Amlito’ que es Moreno, quien luego de retorcer bajo la complacencia de amigos que lo acompañan, los estatutos del PRI para perpetuarse en el poder de las ‘ruinas que ves’ de lo que algún día fuera el partidazo, que someterá a un proceso de expulsión de —entre otros—, a los expresidentes tricolores Dulce María Sauri Riancho, Manlio Fabio Beltrones, Pedro Joaquín Coldwell y Francisco Labastida. ¡Ahora resulta que los que están hablando con un güey, son ellos!

Dice Amlito que quienes han sido muy críticos de su gestión y de la reforma estatutaria del partido, serán sometidos a un proceso de expulsión del partido, porque según él además que lo han difamado, hay otras causales como atentar contra la unidad del partido, calumniar al partido, mentir públicamente contra el partido “porque todo lo que dicen son puros supuestos; me han difamado y calumniado todos los días, atacan a su dirigente y lastiman al PRI”.

Deberían de instituir un premio algo así como una especie de premio nobel al cinismo, seguro que Amlito que es Moreno, se lo llevaría y de calle. Es un cinicazo. Y todavía va más allá cuando dice que quienes tuvieron la responsabilidad de dirigir al partido hoy lo critican y lo ofenden. En mi barrio dirían, ‘no te hagas pendejo’, la cosa no es contra el partido, sino contra ti, y justamente en defensa del partido.

Con esa dirigencia creo que si ponen una mesa frente al edificio del PRI Nacional sobre Insurgentes para que los que estén dispuestos a renunciar al partido, la fila se haría interminable ¿alguien en sus cabales estaría dispuesto a que un ex gobernador corrupto, y el más grande perdedor en la historia del partido fuera su ‘líder’? No lo soy, pero si fuera priista la primera y única pregunta sería, dónde me formo para renunciar.

Por mucho menos que lo que ha hecho Amlito –que es Moreno- con el PRI, Manlio Fabio Beltrones fue obligado a dejar la presidencia del PRI en 2016 con todo y que ello implicaba quedar fuera de la boleta presidencial en la que aspiraba aparecer como candidato de su partido en la elección de 2018. En aquél año, el sonorense envalentonado, dijo su partido habría de ganar en al menos nueve de las 12 gubernaturas que estuvieron en juego. El número del pronóstico ganador coincidía con el número de gubernaturas que los priistas tenían en ese momento, es decir, su proyección era que no perderían ni una sola entidad.

Los resultados fueron en ese momento catastróficos para el PRI, que perdió siete gubernaturas —entre ellas la de Durango, el con el neopanista José Rosas Aispuro Torres—, para quedarse solo con cinco de las que estuvieron en juego en 2016.

Amlito, que es Moreno, llegó a la presidencia del Revolucionario Institucional en agosto de 2019, cuando todavía mantenía en su poder 12 estados, el PAN nueve y Morena seis. Bajo su tutela, el tricolor pasó en 2021 a gobernar en solo cuatro estados, el PAN en siete, y Morena llegó a 16. En 2022 el PRI se quedó solo con tres entidades, el PAN con cinco y Morena llegó a 16. En 2023 el PRI ya solo se quedó con dos estados –Coahuila y Durango-, el PAN con cinco, y Morena llegó a los 21. Y tras la elección de este año, el PRI se mantiene con solamente dos estados, el PAN bajó a cuatro, y Morena llegó a 23.

En apenas un lustro, Amlito que es Moreno perdió ¡10 gubernaturas! Promedio de dos por año. Es un auténtico perdedor, y decírselo ni es difamarlo ni es atacar el PRI, simplemente es decir una realidad que es irrefutable y que no puede cambiarse.

Lo increíble es que lo que queda del priismo nacional, le permita a un ‘loser’ seguir presidiendo su partido ¿cómo el priismo ha permitido que Amlito se haya adueñado del partido y haga con él lo que le pega la gana? ¿y cómo es posible que todavía tenga ‘amigos que lo acompañan’ entre ellos el ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, que le permitan todas las atrocidades que ha cometido?

Imagínese que la ‘democracia’ que maneja al interior de su partido, la libertad de expresión, de expulsar a los que han sido sus críticos ¿alguien le regalaría un voto a ese grupo para que ejerza ese tipo de democracia como gobierno? Mientras más se mantiene el campechano al frente del PRI, más seguirá creciendo Morena.

Por eso se entiende su sobrenombre de ‘Amlito’, y que es Moreno, no lo puede negar.

 

laotraplana@gmail.com

 

X= @JulianParraIba

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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