COMO DECIA MI ABUELA

“Piensa mal y acertarás, aunque alguna vez, te equivocarás” 

Recientemente comencé a laborar en un nuevo trabajo. Al ser la novata, obvié algunos procedimientos que me indujeron al error de dejar documentos de trabajo sobre mi escritorio. Cuando me percaté de que no estaban, se me fue «el alma al suelo«.

De inmediato, resonaron en mi mente las palabras de mi abuela «piensa mal y acertarás» y pensé desde una inocente broma como novatada, o bien, el hurto de los documentos mencionados. Afortunadamente el incidente sólo quedó en una buena lección para mí pues una compañera más precavida, quizá por los años de servicio o la propia experiencia, los había resguardado en uno de mis cajones de escritorio. Después de lo aprendido sólo podía pensar ¿Qué diría mi abuela en estos momentos? «piensa mal y acertarás, aunque alguna vez, te equivocarás»

Creo que el dicho “piensa mal y acertarás” no se trata solamente de las cuestiones ya vividas sino adelantarnos a las posibilidades. Es un poco un llamado a la ansiedad a revisar el entorno y preocuparnos por las situaciones que pudieran ocurrir antes de que esto sucedan, por ejemplo cuando como mujeres pensamos en qué ropa utilizar dependiendo del lugar al que vamos a acudir porque, “piensa mal y acertarás” quizá ese antro se encuentre lleno de personas y algún tipo inoportune con sus comentarios sobre nuestros cuerpos, o cuando nos adelantamos y prevenimos qué ruta tomar para evitar encuentros incómodos o inclusive riesgosos con otras personas.

Sin embargo antes de que se me juzgue diré que estas son cosas que he hecho constantemente desde que tengo memoria y desde que soy una niña porque así se me inculcó, porque antes que poner el dedo sobre los impresentables que realizan actos de violencia en contra de nosotras se nos señala y se nos enseña cómo debemos comportarnos, conducirnos, vestirnos y un largo etcétera para evitar ser víctimas de una situación.

Afortunadamente los colectivos feministas, defensoras de DDHH y mujeres de todos los rincones Coahuila se unieron en rueda de prensa el martes pasado para convocar a todos los medios y pronunciarse sobre el aumento de feminicidios en nuestro estado, exigiendo al gobierno federal se declare la alerta de género para Coahuila.

No es por ser alarmistas, quizá estemos viviendo en una de las ciudades más seguras de México, pero vivir en una de las ciudades más seguras dentro de un país azotado por la inseguridad realmente no nos pone en una perspectiva objetiva, real y tangible de una ciudad segura, mucho menos para las mujeres.

Porque la violencia machista no se detiene, porque las ideas de que somos nosotras quienes debemos “pensar mal para acertar” y así protegernos de los posibles peligros que existen afuera lo único que hace es perpetuar la idea de que el control está en las víctimas cuando eso no es verdad.

Cuando existe un sistema podrido y autoridades omisas, cuando toda la sociedad señala a las víctimas las pautas a seguir pero ninguna de las antes mencionadas establece el deber ser y el actuar de los perpetradores de la violencia, seguiremos a la sombra en un rincón muy apartado de la justicia.

Si bien es cierto que en el caso de María Fernanda, joven cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en la ciudad de Torreón, la fiscalía informó que se detuvo a Julián N como presunto responsable por el feminicidio, no es menos verdadero que, cuando se aprende a un feminicida es porque el Estado y la justicia le fallaron a la víctima.

Porque no se trata señores de encarcelar feminicidas, se trata de evitar los feminicidios a toda costa. Que quede claro, en Coahuila necesitamos “pensar mal para acertar”, prevenir antes que corregir, educar antes que lamentar, y es cierto; quizá podemos equivocarnos al ser alarmistas pero prefiero terminar siendo alarmista y no víctima de feminicidio.