Cotidianamente aparecen en la sociedad muy diversas maneras de relacionarse entre los diferentes grupos sociales, el concepto de imaginario social es una herramienta en las ciencias sociales que ayuda en la búsqueda de las nuevas formas que aparecen en la sociedad para describir las cosas, las que son capaces de crear nuevas realidades. El imaginario social es un concepto creado por Cornelius Castoriadis, filósofo y psicoanalista greco-francés, publica un libro en 1975. “La institución imaginaria de la Sociedad” donde define este concepto como el conjunto de valores, instituciones, leyes, símbolos y mitos comunes a un grupo social más o menos concreto y, en parte a su correspondiente sociedad. Se refiere a la idea que tienen los individuos reflejando en una construcción histórica de significaciones, símbolos y representaciones, se vincula a los procesos de creación y a las condiciones reales de una autonomía individual y por ende colectiva.
Aun cuando el concepto apunta a lo imaginario, no es considerado verdadero o falso, se instaura por sí mismo en una realidad que tiene consecuencias prácticas en la vida cotidiana de las personas, Castoriadis divide el concepto en dos vertientes: el social efectivo o instituido como son las tradiciones y costumbres de una sociedad, el otra es el imaginario radical o instituyente que se manifiesta en un hecho histórico como son las nuevas formas de ver y pensar la realidad, por ejemplo, el cambio en la música, en las relaciones humanas o con otros seres. El imaginario social lleva a crear condiciones de caos o de orden, lleva a también a establecer normas y a su vez a realizar una reflexión o critica de la sociedad para modificar lo establecido.
En nuestro país existe el imaginario nacional que hace referencia a la construcción de una identidad cultural, que se manifiesta en un orgullo nacional, es decir, las tradiciones, comida, estructura física como edificios, territorios, que enriquecen nuestra identidad. Nos identifica el festejo que hacemos a los santos patronos de cada ciudad, el día de muertos, la virgen de Guadalupe, el día de la Independencia, la Revolución, o el himno nacional y nuestra bandera. Estos elementos nos hacen únicos en el mundo y es positivo para construcción de nuestra sociedad.
También tenemos presente en la vida cotidiana, el imaginario social de la violencia, que es negativo para nuestra convivencia, por desgracia esta situación se presenta diariamente en el país, donde entran en la escena: las relaciones privadas como es lo individual, la familia, lo grupal y las Instituciones esa correspondencia entre lo jurídico y económico con la comunidad. Como sociedad nos enfrentamos a ello. La violencia deja una gran huella de desconsuelo, miedo, angustia y desolación. Creamos un gran número de significaciones y formas de accionar y reaccionar ante ella, porque desarrollamos creencias, representaciones que cambian la realidad social, como dejar de asombrarnos por los homicidios que suceden en cada momento y no darles la importancia que tiene a estos sucesos.
El imaginario social como podemos percibir se manifiesta en ideologías, alegorías, rituales mitos, con respecto a la violencia observamos que ha cambiado nuestra realidad, consecuencia del narcotráfico, el tráfico de armas, los asaltos, robos en cualquier sitio, ataques sexuales, homofobia, tráfico humano, violencia doméstica. Debido a esta situación, estamos creando una gran descomposición de nuestra sociedad, que es provocada como sabemos por la desintegración familiar, la pobreza, la falta de equidad, la ausencia de educación, valores éticos, el desempleo, la impunidad, la corrupción entre otras causas. Por otro lado, las instituciones no han tenido la sensibilidad y la eficacia para evitar esta situación, no se han organizado para combatir la violencia, lo desastroso es que la delincuencia si lo ha hecho y está ganando terreno.
Hace poco me llego información de una comunidad rural llamada Cherán en el estado de Michoacán, en el 2011 sus habitantes se cansaron de la delincuencia y la corrupción de sus autoridades, tomaron las riendas de su destino, expulsando a partidos políticos, políticos y a la delincuencia organizada. Se autogobiernan y los resultados han sido increíbles, han logrado proteger y cuidar sus bosques, el medio ambiente y de una manera creadora construir el captador de agua más grande de América Latina, ubicado en el cerro de Kukundicata. Está situación es un ejemplo que, con voluntad, amor por la comunidad, solidaridad, respeto se logran cosas increíbles para la colectividad, ojalá y cambiara el imaginario social de los mexicanos para construir una mejor realidad.
Autor
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Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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