UNA TAZA Y DOS DE CULTURA

IA

Corría el año 2001 cuando hablar de “Inteligencia Artificial” era conversar de la película del director Steven Spielberg. Aquella película que está basada en el relato de ciencia ficción “Los superjuguetes duran todo el verano”, de Brian Aldiss, e incorpora elementos de la obra italiana “Las aventuras de Pinocho”.

Ya no es un secreto que la Inteligencia Artificial está en casi todos los aspectos de nuestras vidas, pero el arte, es quizás uno de los campos más emocionantes en el que ya ha intervenido. Además de su presencia latente en las recientes elecciones vividas en el país.

La inteligencia artificial abre una puerta con innumerables posibilidades en todos los campos del conocimiento humano y en áreas incluso desconocidas, inimaginables hasta ahora. Esta herramienta (y así debemos de verlo) y todo su potencial está demostrando que muy pronto llegará a un nivel de expansión increíblemente revolucionario e imparable. Del cual debemos de estar lo más preparados posibles.

Por ejemplo la IA puede ser utilizada para crear arte de muchas maneras, ser programada para analizar patrones y tendencias en grandes conjuntos de datos, lo que permite a los artistas crear obras de arte basadas en estas tendencias. Y a los asesores de políticos revisar tendencias. También puede ser utilizada para crear música, poesía, pinturas, esculturas originales y ¿por qué no? Toda la imagen base para una campaña política.

Otro ejemplo son las imágenes creadas que con inteligencia artificial se multiplicaron y mejoraron en los últimos años, lo que ha generado resultados con muchos detalles y llenos de imaginación. Ya el estudiante de diseño que te ayuda en campaña con teclear en un momento las palabras correctas en cierta aplicación  de Inteligencia Artificial puede tener algo muy cercano a lo que tenía en mente y que le hubiera tal vez costado desarrollar varios días.

El arte con IA se refiere a material hecho con la ayuda de la IA generativa, una tecnología que encuentra patrones en grandes conjuntos de datos y utiliza esa información para crear contenido nuevo. Solo se necesita un generador de arte con IA. Y de esas parece que cada día existen más y se vuelven más amigables y económicas.

Para escribir lo que sea, desde poesía hasta correos electrónicos (ya no hay excusas para solo poner “ok”) hay un gran número de modelos lingüísticos que se entrenan con textos y ayudan a las personas a generar escritos. Para crear material gráfico, creaciones pictóricas, logotipos y mucho más.

Quienes se dedican al arte usan la IA generativa para realizar una variedad de material gráfico diferente, desde poemas hasta historias, creaciones con el aspecto de una pintura analógica o fotografías, y mucho más. La velocidad y la flexibilidad de la IA generativa permite a la comunidad de artistas comenzar y terminar proyectos más rápido, y abre la puerta a todo tipo de nuevos caminos interesantes para la expresión creativa.

Algunos críticos argumentan que la Inteligencia Artificial no puede ser considerada como un verdadero medio artístico, ¿Por qué? Ellos señalan que el arte debe ser una expresión de la creatividad humana. Argumentan que la IA simplemente imita el arte, y que las obras creadas por la IA no pueden ser consideradas como verdaderas obras de arte, sin embargo, también olvidan que las instrucciones dadas a la IA para generarlas, vienen de las personas.

Pero ahora bien ¿y en la política? La inteligencia artificial es y será un recurso potente para el diseño e implementación de campañas políticas durante los procesos electorales, sobre todo porque hay evidencia de que, cuando se decide el voto, intervienen más las emociones que el razonamiento.

A la hora de diseñar, planear y ejecutar una campaña política; diseccionar las actitudes, emociones, preferencias, opiniones, demandas, expectativas, intereses y tendencias de los electores resulta clave y fundamental.

Materiales, contenidos, publicaciones. Hoy en día, buena parte de la publicidad electoral es subliminal, subrepticia, furtiva. La IA se utiliza para incidir en las emociones, reacciones, preferencias de las y los electores, sembrando publicidad mediante series, spots, contenidos virales, textos, noticias, blogs, imágenes, videos, cualquier tipo de contenido que lleve a su vez un mensaje encapsulado y que influya en la decisión de voto.

Para resumir, aunque la Inteligencia Artificial puede no ser capaz de expresar emociones y sentimientos como lo hacen las y los artistas humanos, sí puede ser utilizada para crear arte único y original y con esta tecnología se está revolucionando la forma en que se crea y se experimenta el arte. A medida que siga evolucionando, es probable que veamos aún más innovaciones en este campo.

¿Cuánto tiempo falta para que los textos que desarrollamos ya nada más sean producto de haber teclado unas cuantas palabras?  Poco.

 

 

 

 

 

 

 

Autor

Sergio Arévalo