Algunas veces me he preguntado cómo las herramientas tecnológicas han cambiado las relaciones entre las personas, dejan de ser herramientas para convertirse en una necesidad vital en nuestras vidas. Retrocedamos en el tiempo, encontraremos que la primera comunicación telefónica inalámbrica aparece en 1973 marca Motorola, Martín Cooper es el creador. A partir del siglo XXI los teléfonos móviles han tenido un gran avance hasta llegar a convertirse en teléfonos inteligentes, puestos al mercado en 1996 de la marca Nokia, en su inicio posee las características de una computadora, internet y fax, es así como de ser sólo teléfonos donde dos personas se comunican, ahora sus funciones se han incrementado: es cámara fotográfica, calculadora, reloj y despertador, reproductor de multimedia, navegador por internet, agenda electrónica, banca electrónica, supermercado, envía y recibe mensajes, la lista de estas funciones de los celulares actualmente suma más de 50.
Existen en el mercado una gran variedad de teléfonos móviles de todo tipo, colores, funciones y precios. Su utilización está presente en todos los ámbitos en donde los individuos nos desenvolvemos, lo encontramos en las empresas, en los hogares, en los deportes, en la salud, en la educación, en la música, en la política, en la economía, en la cultura y más, esto es debido a que el celular que tiene a la mano posee una gran cantidad de información, en él podemos divertirnos cuando el aburrimiento invade nuestras vidas; almacenar fotos que son importantes para nosotros y poderlas presumir en cualquier momento; escuchar música para pensar, alegrarnos o estar tristes; consultar videos con escenas increíbles. Es asombroso la rapidez con la que nos comunicamos o consultamos información, por ejemplo: si nos perdemos al buscar una dirección nos ubica o nos lleva con exactitud a donde nos dirigimos, también nos saca de las dudas que se presentan en la vida cotidiana. Sólo por curiosidad lo invitó a que piense usted ¿cuántas veces consulta su celular al día?, ¿no lo sabe? Haga la prueba y cuéntelas, estoy convencida que se asustará de la dependencia que tenemos.
Considero entonces que uno de los peores errores que tiene el ser humano es crear dependencia, entendida como la subordinación a un poder, es decir, cuando la persona ya no puede realizar sus tareas de la vida diaria por sí mismas, también lo podemos llamar apego que es la afición hacia algo, se produce una vinculación intensa hacia un objeto y como todo en la vida los extremos son peligrosos. Es aterrador el excesivo uso del celular que ha causado un gran número de muertes, induce a olvidarse de la realidad y entrar en un ilusorio mundo, y lo atroz es que la mayoría de las personas no estamos conscientes de la dependencia o apego que tenemos del teléfono móvil, del poder que le hemos otorgado, es fácil darse cuenta de ello, podría usted tener la fuerza de voluntad y por un sólo día no utilizar el celular, de esta manera se dará cuenta si le da ansiedad o alivio estar todo un día incomunicado.
Por las conversaciones que he tenido con algunos jóvenes, me doy cuenta de que les es difícil no tener entre sus manos ese aparato pequeño que puede sostener con facilidad. Me entristece no ser escuchada cuando esa arma peligrosa (el celular) asesina de manera violenta y trágica la comunicación cara a cara, dando más importancia a las personas que están ausentes y le restan importancia o no valoran la presencia cálida de las personas que están a su lado. Cuando se interpone el celular la escena es la siguiente, yo emocionada hablo y la respuesta de mi interlocutor es ¿Qué? Sigo hablando y la respuesta es ¿espérame? Sigo hablando ¿Qué dijiste? Sigo hablando ¿no te escuche? Sigo hablando ¿no te entendí? Sigo hablando ¿qué cosa? Después de un buen rato, entiendo que no soy lo suficientemente importante en ese momento para poder transmitir mis emociones y lo mejor que puedo hacer es callar, observar a mi interlocutor como ha desarrollado la habilidad para responder mensajes o con el dedo dar paso a las imágenes de la pantalla.
Realmente le hemos otorgado poder a un instrumento que fue construido como herramienta, lo caótico es que el uso excesivo del celular a atrofiado la comunicación, también lo hace con nuestro cerebro al impedirle pensar, ser creativos entre otras acciones, provocado muertes y muchas más situaciones negativas. Nos lleva a una vida vacía a desconectarnos de lo humano y remplazar el mundo interior por la tecnología. Nicholas Carr afirmo en un artículo en el York Times “Nos estamos volviendo menos inteligentes, más cerrados de mente e intelectualmente limitados por la tecnología” porque “nos volvemos tan absortos con la información que nos ofrece el celular que hasta cuando no lo usamos estamos pensando en hacerlo”, por ello, afirmo que todo exceso es malo, ¡no debemos ser esclavos del teléfono móvil! ¿No lo cree querido lector?
Autor
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Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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