Lo ven “cool”, puede ser mortal

 

 

Muchos jóvenes se unen a la moda por considerar que vapear es un hábito cool.

Como hay diferentes tipos y generaciones de cigarrillos electrónicos, unos con y sin nicotina, se piensa que los segundos no causan daño. Rendón

 

 

Reynosa, México – ¿Sabes que vapear puede ser más peligroso que fumar cigarros convencionales? La gravedad es mayor porque son adolescentes o adultos jóvenes los principales consumidores, lo que implica que desarrollarán daños en sus pulmones a más temprana edad, advierte el neumólogo Erick Rendón Ramírez.

«El cigarrillo electrónico puede llegar a ser hasta más grave que el cigarro convencional porque es una población súper joven», alerta el especialista en salud pulmonar.

«En Estados Unidos, en abril del 2020, se publicó en la revista New England Journal of Medicine la muerte de 60 pacientes jóvenes por una afección inflamatoria catastrófica provocada por el cigarro electrónico».

Se refiere a una enfermedad conocida como evali, por sus siglas en inglés, en español significa lesión pulmonar asociada al cigarrillo electrónico o al vapeo, y hasta el momento es el padecimiento más mortal asociado al mal hábito.

«Además ya hay estudios publicados que arrojan que en los niños y adolescentes que usan cigarro electrónico aumenta al doble la probabilidad de que usen un cigarro convencional en los próximos cinco años», indica el experto.

 

Fácil de adquirir

 

En mayo del 2022 se firmó un decreto presidencial para prohibir la circulación y comercialización de vapeadores en México al considerarse nocivos para la salud.

Pero en diciembre pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación revocó esta disposición por considerar que vulnera la libertad de comercio.

La realidad es que conseguir un vape o cigarrillo electrónico es sumamente fácil.

Muchos jóvenes los compran por aplicaciones con servicio a domicilio, y están disponibles hasta en tiendas de conveniencia.

Manuel, de 22 años, se considera fumador social y dice que prefiere vapear por la comodidad de hacerlo donde sea, pues al no ser tabaco, está permitido en antros y en otros sitios públicos. Comenta que él pide sus cigarrillos electrónicos a domicilio. Por uno paga 300 pesos y le dura alrededor de dos semanas. Está consciente de los riesgos, pero asegura que no tendrá problema para dejarlo y sólo lo hace por la accesibilidad a estos dispositivos.

Andrea, de 23 años, coincide en que comenzó a vapear de forma más frecuente por lo fácil que es conseguirlos. Siempre hay disponibilidad, recalca, por aplicaciones o en tiendas de conveniencia. La joven comparte que lo usaba para no ingerir alcohol y sabe de los riegos, pero como es la moda, no le importa. Prefiere el vape al cigarro convencional porque no soporta el olor a tabaco en ropa, manos y cabello.

Cristina, de 21 años, usa un dispositivo recargable y gasta por mes alrededor de 500 pesos en sus vapes, un precio que considera razonable. También está consciente de los riesgos, pero dice que compra de una marca que contiene sustancias legales y aprobadas.

Le gusta más el vape porque no queda impregnado el olor y se usa con más facilidad.

Muchos jóvenes se unen a la moda por considerar que vapear es un hábito cool.

Atracción dañina

 

El neumólogo Rendón señala que como hay diferentes tipos y generaciones de cigarrillos electrónicos, unos con y sin nicotina, se piensa que los segundos no causan daño.

Pero todos son dañinos, aunque no tengan nicotina, afirma, porque tienen metales pesados y otras sustancias perjudiciales.

Aún no se sabe con certeza al cuánto tiempo una persona que vapea presentará malestares, añade, puede ser a corto o largo plazo. Es algo que sigue en investigación.

Entre los primeros malestares generados al vapear están el daño irritativo en las vías respiratorias altas: nariz, garganta, bronquios y pulmones. Además, se pueden exacerbar enfermedades como asma y agudizar cuadros alérgicos.

«Algunos de estos productos que tienen batería y calientan el líquido ya se ha asociado y reportado quemaduras locales de la vía aérea en los pacientes», dice Rendón.

También se ha asociado que quienes están alrededor de una persona que vapea pueden presentar irritación en la vía aérea.

¿Qué ha visto en consulta? El neumólogo comparte que han llegado jóvenes con tos irritativa, falta de aire y dolor torácico, y otros que requieren hospitalización porque ya tienen la enfermedad evali y presentan gran dificultad respiratoria y deterioro de la oxigenación.

«En los próximos años es muy probable que vamos a encontrar asociación entre estos productos y cáncer o enfermedades más severas», remarca el especialista.

En consulta, sus pacientes jóvenes le han compartido que vapean porque es un medio de convivencia social o lo utilizan como un sistema de escape por la ansiedad que les genera la escuela o el trabajo.

«La otra cuestión por la que lo hacen es por lo atractivo del producto. Ahora se volvió una competencia a ver quién trae el dispositivo electrónico más novedoso: tienen luz, tienen colores, tienen un olor atractivo, te llega por todos los sentidos un olor frutal, agradable».

 

Acelera la EPOC

 

El uso de vapeadores en pacientes con predisposición genética a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) acelera el desarrollo de esta patología en un periodo de tres a cinco años comparado con los 15 a 20 que tarda en gestarse en un paciente fumador, alerta la neumóloga Guadalupe Espitia.

«La EPOC sigue siendo una alerta internacional ya que de las enfermedades crónico-degenerativas pulmonares no infectocontagiosas es la número uno en el mundo». (AGENCIA REFORMA)