MARCHAS Y DEMOCRACIA

La ciudadanía siempre ha necesitado instrumentos y motivación para participar. Además de un ambiente democrático que le brinde la oportunidad de manifestarse con la seguridad de que no va ser reprimido físicamente por el gobierno.

Afortunadamente estas condiciones se están dando en el país y han sido bien aprovechadas por la ciudadanía.

La primera manifestación política llamada “marea rosa” se llevó a cabo en noviembre de 2022 bajo el lema “El INE no se toca”, en defensa de la autonomía del órgano electoral.

El exconsejero del Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg, fue el primer orador de este evento, celebrado en el Monumento a la Revolución.

El pasado 18 de febrero se realizó la segunda “Marcha y concentración por Nuestra Democracia”, convocada, según dijeron, por más de 200 organizaciones de la sociedad civil, en la que hicieron un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador a “sacar las manos” del proceso electoral.

El orador principal en el Zócalo capitalino fue el exconsejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.

Este domingo, se dio una manifestación más, esta vez ya con un cariz abiertamente político partidista; algo que se había tratado de guardar en las otras manifestaciones, en las que se difundió que eran básicamente organizadas por la sociedad civil para protestar contra el Gobierno y el deterioro de las instituciones democráticas que ellos observan.

Por ejemplo, esta manifestación, contó con las intervenciones de la candidata a la presidencia Xóchitl Gálvez y el aspirante al Gobierno de la Ciudad de México, Santiago Taboada. Lo que se puede interpretar como un gran cierre de campaña de ambos candidatos y sus partidos.

Se podrían calificar estas manifestaciones como el reencuentro de los ciudadanos con la política, ojalá que así fuera. Pero para comprobar esa hipótesis, deberá de pasar mucho tiempo. Hay ejemplos en los que se ha demostrado que pueden ser solamente movimientos coyunturales que no rinden frutos democráticos de largo aliento.

La otra hipótesis es que la campaña política de la Alianza Fuerza y Corazón por México, en su estrategia, está tratando de multiplicar sus esfuerzos mediante la movilización en la división electoral de organizaciones, grupos y líderes “naturales” en apoyo a sus candidatos.

Todo esto con el fin de buscar que estas organizaciones intermedias e individuos destacados otorguen resonancia y credibilidad a la campaña, y que, además, refuercen la propaganda difundida por los medios masivos y contribuyan con eficacia en la promoción del voto, además de aportar recursos a la causa de la campaña opositora encabezada por Xochitl Gálvez.

En cualquiera de los casos, siempre será bienvenida la participación política de la sociedad, y más la de aquellos que siempre habían permanecido apáticos y hoy se les ve marchando con entusiasmo.

Independientemente de la causa que abanderen, los ciudadanos que participan en política constituyen una fuerza social decisiva. Vayamos todos a votar este próximo dos de junio.

 

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

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