Condena el abandono de ancianos a la inmundicia

Foto: depositphotos.com

Muchos de los 101 abuelitos que atiende el asilo Ropero del Pobre han llegado a este sitio con huellas de maltrato y abandono, incluso, una buena parte no posee identificación alguna ni conocen su nombre por lo que la institución gestiona la generación de una nueva identidad.

Así lo dio a conocer la directora de este centro asistencial, Paulina Udave Valdés, quien dijo que una parte ellos tienen un alto deterioro cognitivo debido al Alzheimer.

La atención y cuidado de cada una de estas personas representa una erogación económica importante para la asociación, esto porque se ofrece de manera integral, es así que el costo por persona promedia los 12 mil pesos mensuales.

“Más del 60 por ciento no tiene nada, hay quienes llegan sin nombre, hacemos una búsqueda para encontrar su identidad, nos apoya el Registro Civil y cuando no tenemos les generamos una identidad nueva”, explicó Udave.

Sobre el proceso de ingreso precisó que éste se da de distintas maneras ya que en ocasiones se da a través de reportes ciudadanos o de elementos de auxilio que los encuentran en las calles en deplorables condiciones.

Reconoció que el problema de abandono de adultos mayores es persistente en la localidad, una gran cantidad de ellos tiene huellas de maltrato e incluso se encuentran en condición de inmundicia total, aseguró que en Saltillo se pueden ver muchos casos de adultos mayores abandonados deambulando por el centro de la ciudad.

“Los invito a que pensemos en nosotros mismos primero y que llegaremos a esa edad por lo que tenemos que construir una sociedad más incluyente y justa”, dijo la directora del sitio de asistencia humanitaria.

Lo anterior al lamentar que cuando una persona llega a la senectud pierde su dignidad y muchos de ellos son relegados.

PARA SABER MAS

El asilo Ropero del Pobre tiene 79 años recibiendo a adultos mayores en abandono y actualmente son 101 personas las que atiende en el sitio, de éstos 40 sólo acuden a recibir comida caliente cada día, mientras que el resto residen en el lugar. (DAVID GONZÁLEZ/INFONOR)