PLAZA CÍVICA

Solo hay tres causas para votar por Claudia Sheinbaum 

Solo por ignorancia, autoritarismo o ingenuidad, o una mezcla de ellos, se votará por la candidata del segundo piso

Se acerca el día para que cada mexicano defina su voto, en las elecciones más trascendentales de las últimas décadas del país. Y son las más trascendentales porque habremos de elegir entre continuar con la democracia-liberal o regresar a un régimen autoritario. La candidata puntera es Claudia Sheinbaum, aquella que encabeza el proyecto autocrático, y solo parece haber tres causas para votar por ella.

“La democracia alienta a la mayoría a decidir cosas que la mayoría ignora”, dijo Sir John Simon, un reconocido político británico de mediados del siglo veinte. Gran Bretaña se ha distinguido por su estabilidad política, instaurando el referéndum solo hasta 1975. Únicamente se ha utilizado tres veces: la tercera fue la catastrófica decisión de salirse de la Unión Europea (UE), decisión que hoy la mayoría lamenta. Porque, ¿qué sabía la población acerca de los complejos entramados de la UE? Por cierto, ¿qué sabe la población mexicana del significado de “democracia-liberal”, de las implicaciones de haber colocado a tres militantes de Morena en la Corte, de lo que significa que un exministro se haya unido a la campaña presidencial de la candidata Sheinbaum, de la propuesta de elegir por voto popular a jueces, magistrados, ministros y consejeros electorales?

“La intolerancia a la ambigüedad es la marca de una personalidad autoritaria”, declaró Theodor Adorno, el gran filósofo alemán del siglo pasado. Vivimos en un mundo donde ascienden los movimientos autoritarios ante la creciente complejidad de nuestra realidad política, el aumento del aislamiento de las personas, y un mayor deterioro en la calidad de vida. Si la democracia mexicana resultó complicada, lenta en sus respuestas e, inclusive, trajo consigo importantes retrocesos, ¿por qué no votar por un líder que habla sin matices, nos señala claramente quiénes son los enemigos, y nos promete alcanzar el paraíso perdido?

“La mayor parte del poder del autoritarismo se otorga libremente”, afirmó el reconocido académico estadounidense, Timothy Snyder. Una y otra vez, muchos alemanes y extranjeros pensaron que Adolfo Hitler no iba a llevar a cabo sus planes mesiánicos, a pesar de haberlos puesto por escrito. Les fue imposible ver cómo se partía poco a poco, aunque de manera segura, el salami: cuando terminaron de cortarlo, para muchos era ya demasiado tarde. López Obrador y su candidata han declarado con total claridad su proyecto autocrático de país, el cual han tratado de poner en práctica, pero les ha sido imposible llevarlo a cabo ante el sostenimiento de los contrapesos institucionales. Denos todo el poder, dicen, y verán.

Esta elección no es normal. No son políticas públicas de izquierda contra aquellas de derecha. Estamos ante un proyecto que desea continuar con la democracia-liberal –por más defectuoso que sea nuestro régimen y la candidata que lo apoya– y un proyecto autocrático que desea darle sepultura. No pueden ser más claros, y solo por ignorancia, autoritarismo o ingenuidad, o una mezcla de ellos, se votará por la candidata del segundo piso.

 

fnge1@hotmail.com

         

@FernandoNGE

Autor

Fernando Nùñez de la Garza Evia
Fernando Nùñez de la Garza Evia
Licenciado en derecho por la Universidad Iberoamericana (UIA). Maestro en estudios internacionales, y en administración pública y política pública, por el Tecnológico de Monterrey (ITESM). Ha publicado diversos artículos en Reforma y La Crónica de Hoy, y actualmente escribe una columna semanal en los principales diarios de distintos estados del país. Su trayectoria profesional se ha centrado en campañas políticas. Amante de la historia y fiel creyente en el debate público.
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