El Glison
En esta ocasión te platico sobre un Saltillense quien realmente es todo un personaje, al que de manera personal admiro. Me refiero a Jorge de Jesús Gleason Berumen, conocido con el sobrenombre de “El Glison”, quien nació el 27 octubre de 1960.
Desde niño se enamoró de los caballos. De muy pequeño, por el trabajo de su padre, su familia se tuvo que trasladar a la Ciudad de México, y al vivir por aquellos rumbos el jefe de la familia adquirió una quinta en Amacuzac, Morelos, lugar en el cual tenía una yegua llamada “La Reina”, que afianzo su afición por cabalgar y además se relacionó con la crianza de los gallos de pelea, los cuales se convirtieron en un ejemplo de tesón y perseverancia para su vida futura. Debido a estas vivencias decidió estudiar la carrera de Ingeniero Agrónomo, desde bachillerato en la Universidad de Chapingo, institución en la cual participó en su equipo de salto ecuestre. En Chapingo hubo graves conflictos políticos, ocasionando que su familia decidiera enviarlo de regreso a nuestra hermosa ciudad de Saltillo para estudiar en el Colmex. Fue recibido para vivir en la casa de su tío Oscar Peart Pérez.
Aun siendo estudiante de la prepa, junto a su amigo Fernando Galindo, decidieron ir a pedir oportunidad de jugar football americano en el equipo universitario de los Zorrillos de Ciencias Químicas, a quienes el mejor Coach del mundo, es decir mi papá, Francisco Tobias Mahbub, les dijo que eran bienvenidos. Los Zorrillos fueron campeones dos temporadas seguidas y “El Glison” ganó el trofeo al mejor safety de la liga. Acabando la prepa “El Glison” le expresó al coach Tobias que no podría jugar la siguiente temporada, pues iba a emprender la aventura de irse a pescar salmones a Alaska, donde permaneció durante cuatro meses, lo que dura la temporada de pesca.
Ya de regresó a Saltillo ingresó a la Narro para estudiar ingeniero agrónomo zootecnista, y en dicha casa de estudios también sobresalió en el deporte de las tacleadas. También participó como jinete charro. En 1978 vio un espectáculo de rodeo, el cual era protagonizado por puros gringos, quienes tenían la creencia de que los mexicanos no eran capaces de montar toros pesados profesionales con una sola mano. “El Glison” decidió demostrar lo contrario, convirtiéndose así en uno de los primeros jinetes de rodeo en Coahuila.
En alguna ocasión, después de jinetear en el lienzo charro “El Rayito”, un toro cebú de color gris, después de derrumbar a su jinete embistió hacía “El Gllson”, quien se quedó paralizado, deleitándose al ver como los músculos del toro se movían al correr. Cuando el animal estuvo cerca del Saltillense, le hizo un quiebre, desviando al toro para que le pasará por su lado izquierdo, sintiendo en ese momento una sensación indescriptible. Posterormente, al repetir constantemente esta actividad, se convirtió en el primer payaso lidiador de toros profesional en México.
Cuando tenía 21 años tuvo la inquietud de recorrer el mundo y pidió permiso de ausentarse de la Narro por un año, logrando hacer la travesía gracias a la venta de joyería de plata que compró en Taxco y que vendió por las calles de todo el mundo. En dicho recorrido estuvo en Pamplona, donde además de vivir y participar en la pamplonada, vio una corrida de toros por primera vez. Al salir de ella pensó: “Algún día seré torero”.
Regresó a Saltillo para concluir sus estudios universitarios y decidió iniciar la aventura de ser torero. Cuando lo externó a los amantes del toreo, se rieron de él, afirmándo que a sus 24 años ya estaba viejo, que incluso había toreros que se jubilaban a esa edad, pero no se desanimó y siguió la máxima que reza “la peor lucha es la que no se hace”. Debutó como novillero de luces el 13 de octubre de 1985, en el cortijo de Lomas Lourdes aquí en Saltillo. Después triunfó en Cadereyta y Monterrey, y eventualmente por todo el país, convirtiéndose en el mejor novillero de México, tanto por novilladas toreadas como por orejas cortadas, récord que ostenta hasta estos días.
Todo iba viento en popa hasta que el 7 de noviembre de 1987 en Tlaxcala, el destino le tenía una sorpresa con el novillo llamado “El Golfo”, el cual le cortó la arteria femoral levantándolo con el cuerno derecho incrustado en su pierna derecha, lanzándolo al aire en dos ocasiones. Luego de siete días en terapía intensiva, despertó y cuando tomó un periódico lo primero que leyó fue una nota a ocho columnas: “El Glison no volverá a torear”, incluso aseguraban que nunca más volvería a caminar de forma regular debido a la grave infección de gangrena que se le desarrolló en la herida. Sin embargo, después de una enorme lucha contra sí mismo, contra todos los pronósticos médicos y periodísticos, antes de que se cumpliera el año de la cornada volvió a torear en la misma plaza, y dos años consecutivos refrendó su lugar como el mejor novillero en México.
Tomó la alternativa como torero el 2 de septiembre de 1990, siendo su padrino Mariano Ramos y su testigo Alejandro Silveti en la Plaza Monumental de Monterrey. Como matador de toros, tiene el récord del mejor primer año de alternativa y durante cinco años consecutivos fue el mejor torero del país.
En su relación con los caballos, “El GlIson” posee el récord de mayor tiempo y distancia de carrera ecuestre de relevos, recorriendo todo el país desde donde desemboca el Río Bravo, frontera con Estados Unidos, hasta donde desemboca el Río Suchiate, frontera con Guatemala, sumando 4 mil 072 kms, utilizando más de 600 caballos en 98 días. También tiene el récord de la mayor cantidad de horas galopando, con un tiempo de 26 horas, dando 1 mil 729 vueltas a la plaza de toros “Armillita”, recorriendo 151 kilómetros.
“El Glison” es además articulista, licenciado en psicología, poeta, y tiene una Maestría en Coaching.
Jorge de Jesús Glison Berumen es un ejemplo de tenacidad, de esfuerzo, de ganas de triunfar, de ganas de vivir y quien definitivamente es un Saltillense que vale la pena presumir.
Autor
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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