ALERTA CON LA COMUNICACIÓN

La comunicación es un elemento fundamental en las relaciones con los seres vivos, para llevarla a cabo usamos símbolos, palabras, códigos, señas, posturas físicas, todo lo que está a nuestro alcance para mandar un mensaje a las personas, animales, plantas o cualquier otro objeto, con el cual nos queremos comunicarnos, constantemente necesitamos trasmitir algo. El mensaje contiene información, es una descripción de lo que nos rodea, una emoción ya sea negativa o positiva, o bien, una solicitud de cambio de conducta. La palabra comunicación viene del latín cummunicare que significa hacer a otro partícipe de lo que uno tiene.

Los seres humanos no podemos dejar de enviar mensajes. La comunicación dependiendo de nuestra intención puede mejorar o empeorar nuestro ambiente y las relaciones que tenemos con otros espacios como son la familia, en el trabajo, en la recreación, en lo artístico, entre otros. Algunos estudiosos del tema suponen que la primera forma de comunicación que utilizó el hombre fue la telepatía, después las señales de humo, los sonidos guturales, la comunicación oral, la escritura. A partir del siglo XV, aparece la imprenta que contribuyó a una gran transformación en la forma de comunicarnos, le siguió el correo, el telégrafo, el teléfono, radio, televisión, es a partir de 1990 que la comunicación tuvo otro cambio radical se convirtió en instantánea y global. Con la aparición del internet, los correos electrónicos, el chatear, y las videollamadas.

La comunicación actualmente ha cambiado lo hacemos de manera digital,  utilizamos en exceso los medios electrónicos para recibir o mandar mensajes, lo que provoca que nos alejemos más de las relaciones interpersonales, nos olvidamos de las personas que están a nuestro lado y le damos importancia y nos preocupamos más por lo que no esta cerca de nosotros, nos estamos acostumbrando a no escuchar, a no sentir empatía, nos ahoga la desconfianza, la falta de credibilidad, la pobreza del lenguaje no verbal, o la falta de confirmación emocional. Todo esto nos lleva irremediablemente a la incomunicación, nos aísla de la realidad, perdemos relaciones, se merma nuestra lingüística.

Esta situación nos convierte en personas insensibles ante los fenómenos sociales que acontecen diariamente en el ambiente, desde un linchamiento, muertes trágicas de personas inocentes en hechos violentos, personas que por un simple choque golpean drásticamente o arrancarle el dedo a una mujer para impedir compartir el aparato para hacer ejercicio, todo provocado por no saber comunicar el mensaje correcto y menos aún recibirlo en el momento indicado, nos estamos acostumbrando a que las personas de la vida pública den datos falsos o negando situaciones reales. Por ello, estimado lector, debemos ser cuidadosos al comunicarnos. Para realizarlo es fundamental observar, sobre todo, el lenguaje no verbal de la persona que recibe el mensaje, la postura, el tipo de gesto, el contacto visual. Esto es imposible si lo hacemos de manera impersonal. En una investigación realizada en los Estados Unidos, se encontró que solamente el 35% de la comunicación es verbal, el resto es decir el 65% es no verbal, si estamos atentos podemos entender las intenciones ocultas de lo que no se habla.

Cuando reciba un mensaje sobre todo de los políticos ahora que están en campaña debe estar atento, porque actualmente es muy fácil engañar al público al que se dirigen, es necesario analizar las ideas que expone sobre las acciones que llevará a cabo, escuchar con atención para cerciorarse si son realistas, observar la accesibilidad y claridad de sus palabras, la postura corporal. Estar alerta a sus propuestas, que no se contradigan con la realidad, que no se dediquen sólo a dar un espectáculo, que no utilicen el escándalo, dando información de forma negativa y calumniando a sus opositores. Es definitivo saber quién de ellos, es compatible en sus ideas. De esta manera evitaremos problemas y nuestras decisiones serán asertivas para nuestro bien y de los que nos rodean, de esta manera evitaremos dañar a nuestro entorno.

 

 

 

 

Autor

Susana Cepeda Islas
Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros. Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.