Ciudad de México.- En 2007, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 2 de abril como el Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo, con la intención de sensibilizar a la población sobre las condiciones del espectro autista.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) uno de cada 100 niños en el mundo tiene autismo, por lo cual el índice de autismo en todas las regiones del mundo es alto y la falta de comprensión produce fuertes repercusiones sobre las personas, sus familias y las comunidades, informa la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por lo cual la estigmatización y la discriminación asociadas a la diversidad en el ámbito neurológico siguen siendo los principales obstáculos para el diagnóstico y el tratamiento.
El autismo es una afección neurológica permanente que se manifiesta en la primera infancia, independientemente del género, la raza o la condición social y económica. El término espectro autístico se refiere a una serie de particularidades Las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) aprenden de maneras distintas y presentan patrones atípicos de actividad y comportamiento como: dificultad para pasar de una actividad a otra, atención a los detalles y reacción extraña a las sensaciones.
El TEA se divide en tres tipos: autismo, síndrome de asperger y el trastorno generalizado de desarrollo especificado (TDG-NE).
Las personas con autismo o TEA no manifiestan algún rasgo físico, estas se distinguen en su comportamiento. Algunas de las características de las y los niños con TEA es que, al convertirse en adolescentes y adultos jóvenes, pueden tener dificultades para formar y mantener amistades; en algunos casos pueden presentar afecciones como ansiedad, depresión o trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
La evidencia científica disponible no ha revelado las causas exactas que determinan este trastorno, sin embargo, se relaciona con múltiples factores genéticos y ambientales.
Las personas con TEA pueden presentar diversos síntomas. Algunos de los signos de alerta en las y los niños, son:
– No responder a su nombre (a los 12 meses de edad).
– No señalar los objetos para demostrar su interés (a los 14 meses de edad).
– No jugar (a los 18 meses de edad).
– Evitar el contacto visual y querer estar solos.
– Presentar retrasos en las destrezas del habla y el lenguaje.
– Repetir palabras o frases una y otra vez.
– Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.
– Tener intereses obsesivos.
– Aletear las manos, mecerse o girar en círculos.
– Su lenguaje es literal, no entienden bromas o chistes.
– Evitan el contacto físico, acostumbran tener hipersensibilidad táctil, olfativa, gustativa o auditiva.
– Los que presentan más nivel intelectual, notan que son diferentes y no entienden qué les pasa.
El autismo puede detectarse durante los primeros tres años de edad; sin embargo, también hay casos que por un mal diagnóstico se detecta hasta adultos. Sin embargo, no existe una prueba médica que permita detectar el autismo. El diagnóstico se realiza a través de la evaluación de la conducta del menor y su desarrollo, estas pruebas se pueden realizar a partir de los 18 meses.
En México no existen datos actuales sobre la incidencia del autismo. Sin embargo, se estima que alrededor de 6 mil 200 personas nacen al año con autismo, según el Gobierno de México. (EL HERALDO)
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