A LA BÁSCULA

Contundente realidad 

Desde que asumió la presidencia, Andrés Manuel López ha demostrado una gran habilidad para imponer la agenda nacional, a periodistas, empresarios, académicos y partidos políticos, aún a los de la oposición. A través de la mañanera, que se suponía un ejercicio circular de comunicación, se convirtió en la más poderosa e importante herramienta publicitaria, para impulsar y promover las ideas y posicionamientos del principal inquilino de Palacio Nacional, además de la tribuna desde donde un día sí y otro también lanza acusaciones, insultos, descalificaciones, denostaciones y ofensas a todos los que piensen distinto a él o no se plieguen a sus caprichos y designios.

A pesar de que se supone que estamos en un periodo de veda electoral y el presidente debería en respeto a los mandatos de la Constitución, abstenerse de intervenir y opinar sobre el proceso electoral que ya está en marcha, lo ha seguido haciendo ante la complacencia, tolerancia y permisibilidad de las autoridades electorales, tanto el INE como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), quienes no han encontrado la forma de controlar la incontinencia verbal de López Obrador.

Sin embargo, la terca realidad es la que se ha venido encargando de quitarle el control en la imposición de la agenda al presidente: López Obrador ha venido intentando imponer los temas para impulsar y promover la candidatura de Claudia Sheinbaum, para intentar maximizar los que él considera los principales logros de su gobierno, e incluso ha puesto sobre la mesa una vez más en medio del proceso electoral, la eventualidad de un ‘golpe de estado’, término al que ha añadido la palabra ‘técnico’, lo cual resulta sumamente grave y preocupante por su intencionalidad, pero no ha logrado ‘prender’ en el ánimo de la opinión pública.

Los hechos que nos presenta la realidad, son tan contundentes, que todo indica que el presidente ha comenzado a perder el control de la agenda pública, sus posicionamientos y postulados han venido empezando a perder fuerza ante la masa.

La violencia desbordada y el aparente control de cada vez más regiones y entidades del país a manos de la delincuencia organizada, la ingobernabilidad y estado fallido en que está sumido Guerrero, primero con la desatención y valemadrismo oficial tras el paso del huracán Otis; la insensibilidad ante la lucha de los acapulqueños para reconstruir el puerto tras el meteoro, y la inmediata intervención de los grupos delincuenciales imponiéndoles cuotas y extorsiones a quienes estaban tratando de levantarse; incendiaron un restaurante que estaba tratando de volverse a poner de pie porque se negó a pagar el derecho de piso.

El terror sembrado entre los transportistas del servicio público de pasajeros del puerto, pero también de la capital Chilpancingo, de Iguala y de toda la entidad, por los narcodelincuentes que provocó la suspensión de servicio en perjuicio de la población que intentaba llegar a su trabajo o a las escuelas intentando seguir siendo productivos; y su reanudación intermitente.

Las imágenes de los mismos transportistas sometidos de la manera más violenta y brutal por los delincuentes que los golpean y amenazan con romper el brazo quien intente taparse la cara para evitar los golpes, los insultos, la siembra del terror sin que las autoridades hagan algo, la ausencia de la gobernadora Evelyn Salgado. El asesinato a manos de la policía estatal, de un estudiante, otra vez de la normal de Ayotzinapa, con la admisión de que fue un crimen y no un intercambio de disparos, y la posterior ‘evasión’ del policía asesino.

El fracaso de la ‘megafarmacia’ y el incumplimiento –como muchísimas otras promesas más- de que en marzo tendríamos ya no un sistema de salud como el Dinamarca, sino el mejor del mundo.

El problema del desabasto de agua que ya empieza a hacer crisis y amenaza con agudizarse en los próximos meses ante la indolencia del gobernador sustituto de la CDMX, Martí Batres, minimizando el problema y arguyendo que son inventos de los adversarios de la ‘cuatroté, cuando ya cientos, miles de capitalinos empiezan a sufrir los estragos de la crisis hídrica.

Estos y muchísimos hechos más que la terca realidad se empeña en ponernos sobre la mesa, son los que están imponiendo la agenda nacional, aún por encima de los temas que López Obrador quiere que se mantengan en el debate nacional.

El presidente en la recta final de su mandato, ha sido alcanzado por el futuro, empieza a perder fuerza, y todo indica que ha perdido el control para manejar la agenda nacional. Ni siquiera el tema del ‘golpe de estado’, ha logrado ‘prender’ como él quisiera, si bien no deja de ser un tema grave y preocupante.

El oficialismo no ha podido tumbar de las redes sociales, el tema del tráfico de influencias de sus hijos para beneficiar, y beneficiarse de rebote, con contratos por parte del gobierno federal; ni el asunto de los hastages como el de #AMLOnarcopresidente”.

Esos son los temas que dominan la opinión pública. La realidad viene siendo más contundente.

 

laotraplana@gmail.com

X= @JulianParraIba

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.