Nayib Bukele, ¿héroe o villano?
El que no conoce su historia está condenado a repetirla.
Países como Perú, con el régimen de Alberto Fujimori, Chile, con el gobierno de Augusto Pinochet, Venezuela, bajo el mandato de Hugo Chávez, y Ecuador, con el liderazgo de Guillermo Rodríguez Lara, son el claro ejemplo de lo peligroso que pueden ser estos líderes autocráticos que con sus políticas autoritarias y su desprecio por los controles democráticos han puesto en peligro las instituciones democráticas. A pesar de que han pasado cuarenta años desde el inicio de las transiciones democráticas que desmantelaron las últimas dictaduras militares en América Latina, en años recientes hemos sido testigos de un preocupante resurgimiento de líderes autocráticos que representan una amenaza directa para la democracia.
Recientemente, en nuestro país vecino, El Salvador, se llevaron a cabo elecciones para la renovación de su presidencia y Asamblea Legislativa. Como era de esperar, el presidente Nayib Bukele, quien ha sido un líder muy popular y controvertido, logró ganar la reelección a pesar de que la Constitución salvadoreña prohíbe dos mandatos consecutivos. Bukele modificó las leyes para poder postularse nuevamente, lo que le permitió obtener un sorprendente 84.6% de los votos. Además, su partido aseguró la mayoría en la Asamblea Legislativa, consolidando así su poder absoluto en los próximos años.
Héroe para algunos, villano para otros.
Si bien es cierto que Bukele goza de esa popularidad indiscutida, debido principalmente a la reducción de las tasas de violencia criminal en su país, pero ¿a costa de qué? Muchos de quienes están en las megacárceles de Bukele fueron arrestados sin debido proceso bajo un estado de excepción impuesto por el gobierno a principios de 2022. Muchos jóvenes salvadoreños fueron arrestados por la policía solo por tener tatuajes, sin evidencia de que pertenecían a alguna banda de pandilleros. Para el presidente salvadoreño, los derechos humanos y la democracia no son compatibles con políticas de seguridad efectivas.
Por otro lado, Nayib Bukele logro ganar con un amplio porcentaje, para muchos esas políticas fuertes y en contra de las pandillas son bien vistas. Su enfoque en la seguridad ciudadana ha sido aplaudido por aquellos que ven en él un líder decidido a combatir la violencia y restaurar el orden en un país plagado por el crimen organizado. El peligro de sacar al ejército a las calles, decretar un estado de excepción y declarar una guerra contra el crimen organizado, es que siempre está la tentación de que la medida tome un carácter autoritario
El respaldo que recibe Nayib Bukele por sus políticas contundentes refleja una tendencia preocupante en la historia de América Latina. Con el paso del tiempo han surgido esta clase de líderes carismáticos y autoritarios que se han ganado popularidad al presentarse como los únicos capaces de enfrentar los desafíos que enfrenta la sociedad, ya sea la violencia, la corrupción o la inestabilidad económica. Sin embargo, detrás de este apoyo entusiasta existe el riesgo de que puedan atentar en contra de los pilares democráticos.
Cuando un líder concentra tanto poder en sus manos, la posibilidad de abusos y la vulneración al estado derecho aumento considerablemente. La historia nos ha enseñado que ninguna dictadura termina bien.
P.D: Las opiniones expresadas en este espacio son a título personal y no representan postura alguna de mi encargo público.
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