EL MUNDO

El superhéroe mexicano: Santo, el Enmascarado de Plata

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5 febrero, 2024

Ciudad de México.- Dentro de todas las deidades que existen en la lucha libre mexicana, hay sólo una a la que se le reza: Santo, el Enmascarado de Plata.

A pesar de que han transcurrido 40 años de su fallecimiento, el pancracio nacional no ha tenido una figura tan emblemática del deporte que haya tenido la trascendencia a grado tal de convertirse en símbolo cultural del país, como si lo hizo el Plateado.

En una época donde la tecnología no era tan avanzada, los medios de difusión eran contados y la globalización ni siquiera era un concepto, Santo se convirtió en un ídolo a nivel mundial en parte por el pancracio, pero también por el cine, mismo que también lo mantiene vivo al igual que su presencia en las arenas.

«El cine es algo que mantiene vigente al Santo, igual que a Pedro Infante o a Tintán, siguen pasando las películas y está vigente en ese sentido, eso lo ha mantenido vivo como personaje.

Parece increíble que ya sean 40 años de que no esté físicamente, pero sigue y en el ring también, era un deseo de mi padre antes de retirarse de la lucha mencionó en varias ocasiones que quería que su personaje no muriera y después de 40 años me siento orgulloso de haber cumplido esa expectativa de poder podido, modestamente, superar lo que él pudiera haber imaginado hubiera conseguido su hijo», externó el Hijo del Santo.

El Enmascarado de Plata compartió el orgullo que siempre ha tenido por su padre es inmenso, pero en la época de su niñez no lo podía gritar a los cuatro vientos y debía ser mesurado.

«En casa se me inculcó que era un secreto porque era la identidad de mi papá y si yo lo decía en la escuela (que su padre era el Santo) pues mi él no iba a poder ir a la escuela porque lo iban a identificar, pero a veces no me aguantaba las ganas porque era tanto el orgullo que yo sentía que sí llegaba a decir que mi papá era el Santo y lo hacía con inocencia», confesó.

SUPERHÉROE EN LA VIDA REAL

El Santo no sólo era el superhéroe que combatía momias, hombres lobo o científicos malignos, debajo de la máscara su vida fue semejante a la de cualquier héroe de historieta.

Su infancia tuvo la similitud a la de protagonistas de cómics como Batman, pero contrario al Caballero de la noche, el Enmascarado de Plata no buscó venganza, sino predicar con su ejemplo, valores y bondad.

«En la historia de Batman o el Fantasma, héroes gringos, su historia (de ficción) se inicia cuando ven como unos delincuentes matan a sus padres y ellos juran vengar las muertes de sus padres y cuando crecen esconden su identidad bajo una máscara acabar con sus asesinos; en el caso del Santo fue real porque a su papá lo matan unos asaltantes para quitarle las máquinas de coser que él vendía.

«El Santo es un personaje hermoso, lleno de valores porque tiene la gran bondad, pues muchos de lo que ganaba Rodolfo Guzmán como empresario, lo donaba para casas de ancianos de enfermos, niños pobres, hacía funciones para reos en los penales y su virtud fue siempre la gran humildad, a pesar de ser el gran ídolo de la lucha libre mexicana y del cine también», puntualizó Felipe Carrillo, director del Museo del Santo en Tulancingo.

LA PERSONA QUE CASI FRENA SU LEYENDA

Santo es el ídolo más grande de la lucha libre mexicana, sin embargo, hubo una persona que casi lo impide ¡su mamá!.

En palabras del propio Enmascarado de Plata, su señora madre, Josefina Huerta Márquez, no quería que él se dedicará al pancracio, pues este deporte provocó luto en la familia Guzmán Huerta.

«Me retiré un tipo de la lucha libre (en sus inicios) porque un hermano mío que también se dedicaba a esto (Pantera Negra) murió en Puebla en una lucha y mi madre como es natural, ya no quería que yo me dedicara a esto, nos prohibió a mi hermano y a mí estar en la lucha libre», declaró el Santo en el programa Contrapunto conducido por Jacobo Zabludowsky, transmitido dos días antes de su fallecimiento. (AGENCIA REFORMA)