Se pudo evitar la tragedia
Por donde quiere que se le vea, los hechos registrados el pasado domingo en las inmediaciones del TSM tras el partido Santos-Rayados, es una terrible tragedia que, de haberse cumplido con los reglamentos y los protocolos de seguridad, se pudo –y se debió- haber evitado, sin que hoy tuviéramos que estar lamentando la muerte de una persona que por primera ocasión había viajado Torreón para cumplirle a su hijo el sueño de realizar ese viaje desde la Sultana del Norte.
Para verse ‘políticamente correctos’ y ser reconocidos por aficionados propios y extraños, el club Santos pertenece a la Red ESR, es decir, que es una Empresa Socialmente Responsable, distintivo al que aspiran muchas empresas, para que les sea colocada como estrellita en la frente para ser identificada y reconocida como una empresa ‘bien portada’, socialmente, con el medio ambiente, con los derechos de los demás, entre otras cosas.
La Red ESR de La Laguna, tendría que valorar muy seriamente si mantiene esa distinción, a una organización que no ha sido socialmente responsable, que ha mantenido la cabeza enterrada como los avestruces, que más allá de un pírrico comunicado que nada dice, ninguno de sus directivos ha salido a dar la cara para hacerse responsables por el hecho que costó la vida a una persona y provocó lesiones, algunas de suma gravedad, a otras tantas personas.
El club ha permitido abiertamente el linchamiento que se ha hecho de los aficionados laguneros y de nuestra ciudad, a cambio de ellos mantenerse en la obscuridad y tras bambalinas, cuando tienen una total y absoluta responsabilidad sobre los hechos. En primer lugar, no pueden hacerse como que la virgen les habla cuando de las instalaciones del estadio cada día –o noche- de partido, muchísima gente sale de ahí alcoholizada –por su venta indiscriminada dentro del estadio- aún a sabiendas que se van a poner al frente de un volante ¿Por qué si en otro tipo de eventos masivos con venta de alcohol se instalan operativos alcoholímetro en el caso del TSM los eximen?
La Liga MX a la que pertenece el Santos tiene un pomposamente llamado Manual de Seguridad ‘Estadio Seguro’ que es solamente letra muerta y una forma de aparecer ante la sociedad como ‘Socialmente responsables’, pero que en el caso que nos ocupa ha sido totalmente ignorado. En distintos puntos del documento se mencionan supuestas reglamentaciones que se debieron haber cumplido, y de haber sido así, la tragedia se pudo haber evitado.
Previamente las autoridades de seguridad públicas y privadas, antes de cada encuentro deben clasificar el grado de riesgo de cada encuentro, entre alto medio o bajo. Por los antecedentes históricos, los partidos entre el equipo lagunero y los dos de Monterrey, Tigres y Rayados, son clasificados como de alto riesgo. Tras ello y previo al juego se deben definir la logística y medidas de seguridad a implementar antes, durante y después del partido con los aficionados visitantes y los grupos de animación.
Se deben establecer tres anillos de seguridad, el primero a la entrada de la ciudad, por la carretera de principal acceso por donde arribarán los grupos de animación. El segundo a 500 metros del estadio para detectar a los grupos de animación o aficionados sin boleto para limitarse su llegada al estadio y con ello evitar problemas. El tercero, en las puertas de entrada al estadio.
A los grupos de animación o aficionados visitantes se les debe garantizar seguridad y protección en un radio de acción de 125 metros a partir de las puertas de acceso a las instalaciones del estadio, y POR UN PERIODO DE TRES HORAS DESPUÉS DE TERMINADO EL PARTIDO. Y además se establece que se les deberá proporcionar protección en las inmediaciones del estadio y durante su trayecto final.
En vez de someter al Club Santos a una estricta revisión de los protocolos de seguridad que supuestamente implementaron, las autoridades municipales de manera oficiosa se apresuraron a informar que los hechos se habían registrado en las inmediaciones del TSM y hora y media después de haber terminado el partido, cuando por reglamento a los aficionados visitantes se les debe proporcionar seguridad y protección POR UN PERIODO DE TRES HORAS DESPUÉS DE TERMINADO EL PARTIDO.
Y nadie absolutamente nadie, ha salido a explicar cuáles fueron los protocolos de seguridad que según ellos se cumplieron ¿Por qué sacaron no solo del estadio sino del periodo que comprende el estacionamiento del estadio a los aficionados regios cuando había transcurrido la mitad del tiempo establecido para protegerlos? ¿No habría sido más seguro resguardarlos dentro del estacionamiento al menos en lo que llegaba su camión que los iba a llevar de regreso a Monterrey?
¿Estaban a por lo menos 125 metros del acceso al TSM? No. Estaban en la banqueta que delimita el estadio y forma parte de su superficie, por eso fueron prensados contra la reja del estadio.
La tragedia se pudo haber evitado. Y lo único que se ha hecho es tratar de proteger al club, principal responsable de lo ocurrido. Eso que es –dicen ellos- una empresa socialmente responsable ¿Lo es?
X= @JulianParrarIba
Autor
- Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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