COMO DECÍA MI ABUELA

“El hoy aquí está…” 

Mi abuela siempre contaba que, de niña, le habría gustado ser “bailarina exótica” o Superman le daba mucha risa y nos contaba entre carcajadas cómo una vez se tiró desde la azotea de su casa con un mandil por capa en la espalda y cayó de rodillas. Luego nos incitaba a disfrutar de la vida y hacer lo que nos gusta “el hoy aquí está, el mañana quién lo verá” nos decía, mientras seguía evocando los momentos de su infancia para mantenernos quietos.

El movimiento feminista tiene como propósito acabar con todas las formas de violencia y discriminación en contra de las mujeres, desgraciadamente, cada que se logra una nueva conquista y avanzamos un poco, el “club de toby” encuentra la manera de darle la vuelta a esos logros para utilizarlos en su beneficio.

Un ejemplo muy claro y que actualmente está ocasionando desde conflictos entre grupos hasta censura y amenazas de muerte para teóricas y activistas, es el concepto de “género”.

La idea de identificar dos categorías diferentes como lo son, Sexo y Género, era la de diferenciar, por un lado, las características físicas que como seres humanos tenemos desde el nacimiento (sexo), de aquéllas, que, en virtud de ello, nos eran impuestas como requisitos para ser aceptados por la sociedad (genero) y que ha tenido la finalidad de beneficiar a un sexo por encima del otro.

Es así como el género, se asoció al conjunto de atributos femeninos designados hacia las mujeres, amabilidad, sumisión, etc y los atributos masculinos designados a los hombres, rudeza, fuerza, por mencionar ejemplos, lo interesante es cómo esto era bien visto por la sociedad y se consideraba algo, no cultural, sino inherente al sexo de las personas. Algo así como tener cerebros azules para los hombres y cerebros rosas para las mujeres.

Cuando las teóricas feministas se pronunciaron en estos temas y los fueron desarrollando, surgió el término “violencia de género” ya que, era la forma en que la colectividad, es decir, el espacio que habitamos determinaba nuestro lugar en la sociedad, normalmente frente a la cocina y al servicio de los hijos y el marido, lo que favorecía otro tipo de violencias que se entremezclaban, como la violencia familiar o doméstica, violencia económica, violencia sexual, etc. Cuando las feministas hablamos de violencia de género, nos estamos refiriendo a violencia contra la mujer.

Hago estas aclaraciones, porque como decía mi abuela “el hoy aquí está, el mañana quién lo verá” pues quién habría imaginado que tiempo después, se hablaría de violencia de género contra los hombres cuando la diferencia es, como dije párrafos más arriba que la violencia de género es ejercida en colectivo, es decir, de manera sistemática, estructural e institucional y estadísticamente no corresponde llamar violencia de género a los actos de violencia cometidos por mujeres contra los hombres. No estoy diciendo que dichas acciones no existan, sino, que no se realizan de manera generalizada y normalizada dentro de la sociedad. No era suficiente llamar homicidio a los delitos donde, además de privar de la vida a la mujer, se realizaba de manera grotesca, borrando su identidad y ejerciendo violencia extrema, lo que muchas veces es solapado por los familiares y las autoridades involucradas en el caso, fue necesario acuñar el término “feminicidio” y al día de hoy, sigue siendo uno delos principales problemas de las mujeres. Como decía mi abuela, “el hoy aquí está, el mañana quién lo verá” hermana, tú que tienes hijas, que has visto a tu amiga ser golpeada o amenazada por su pareja frente a sus familiares, que sabes que hay una vecina que no tendrá dinero para satisfacer las necesidades de su hogar o de sus hijos sin antes satisfacer las necesidades de su marido, que eres víctima de violencia vicaria, no estás sola, pero tienes que alzar la voz, es indispensable que nos movilicemos y creemos grupos en los que podamos ejercer nuestros derechos. Porque ahora la categoría género también se está utilizando para invisibilizarnos y arrebatarnos logros deportivos, siendo asumida no cómo violencia, sino como identidad… pero ese es tema de la siguiente semana.

 

 

Autor

Leonor Rangel