A 30 años del levantamiento en armas del EZLN

Hace 30 años, el 1 de enero de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sorprendió al mundo al levantarse en armas en Chiapas, México, marcando un hito en la lucha por los derechos indígenas y contra el neoliberalismo.

El EZLN surgió como un movimiento armado que fue del campo hacia la ciudad en búsqueda de transformar al País hacia un modelo socialista en pleno neoliberalismo salinista.

La influencia del movimiento se extendió más allá de las fronteras políticas y sociales, alcanzando también el ámbito cultural, como en la música y el cine.

El doctor Jaime Tamayo Rodríguez, jefe del Departamento de Estudios Sobre Movimientos Sociales (DESMOS) de la Universidad de Guadalajara, señala que el movimiento zapatista creó sus propios grupos musicales, contribuyendo así a la cohesión y construcción de identidad.

Además, destaca la presencia del zapatismo en documentales, desde los primeros en 1994 hasta producciones más recientes de plataformas como Netflix.

«Una de las cosas importantes que ha hecho el zapatismo es crear una cultura contra hegemónica que busca rescatar la tradición y los valores, pero también construir los futuros del campesinado. En ese sentido surgen muchos grupos e incluso mariachis, grupos que tocan instrumentos electrónicos o instrumentos tradicionales.

«En el cine creo que ha tenido un impacto muy fuerte especialmente en documentales, como el pionero Los Más Pequeños, Un Retrato del EZLN (1994), de María del Carmen Ortiz y José Luis Contreras, hasta documentales como el que acaba de aparecer de La Montaña (2023), de Diego Enrique Osorno, en Netflix, o un documental ruso que se llama Los Hombres sin Rostro (2016). Una de ficción que no fue muy vista es Corazón del Tiempo (2008), de Alberto Cortés», comparte el investigador.

El impacto del zapatismo en el cine se ha orientado a construir la imagen el movimiento hacia afuera, es decir, para el mundo, pero también a reconstruir leyendas como la figura del Subcomandante Marcos, como lo aborda un documental de 1995 dirigido por Tessa Brisac y Carmen Castillo titulado Subcomandante Marcos. La Verdadera Leyenda.

Sobre la conexión del movimiento con artistas de otros países, Tamayo menciona que ciertos músicos y cineastas se acercaron a los zapatistas. Nombres de cantantes o bandas como Manu Chao y Rage Against the Machine surgieron, algunos quizá inicialmente comerciales, pero que luego se comprometieron más con la lucha social impulsada por el EZLN.

«Es música que retomó lo que en ese momento aparecía como algo muy novedoso por dos razones. Hay que recordar que para entonces se consideraba que había terminado el ciclo de los movimientos guerrilleros prácticamente, aunque seguían existiendo en Colombia. Entonces, lo que quedaba se consideraba que ya no tenía sentido, y de repente aparece un movimiento guerrillero que logra un acuerdo y tregua a partir de la movilización social, pero luego tuvo un apoyo internacional, entonces sí se volvió una especie de moda.

«Varios grupos que no necesariamente eran zapatistas tomaron este tipo de referencias en algunas de sus canciones, pero quizá podríamos pensar que era algo que respondía a un momento en que Chiapas se llenó de un turismo revolucionario de todo el mundo, especialmente de América Latina y Europa, de Francia e Italia. En ese contexto es en el que se da ese tipo de música».

En el contexto actual, Tamayo resalta el renacer, a partir del año 2016, de grupos musicales zapatistas, con un creciente impacto dentro de su comunidad. Este fenómeno puede atribuirse posiblemente a un proceso acumulativo de experiencias o a la expansión de su expresión artística.

 

EL PESO DEL EZLN

El levantamiento zapatista inició el día que entró en vigor el Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el 1 de enero de 1994, exigiendo la reivindicación de propiedad sobre las tierras arrebatadas a las comunidades indígenas, un mejor reparto de la riqueza y la participación de diferentes etnias tanto en la organización de Chiapas con en México.

El doctor Jaime Tamayo Rodríguez destaca la contribución del EZLN al poner en primer plano la situación de los pueblos originarios mexicanos.

«La gran aportación del EZLN es haber puesto en la agenda la situación de los indígenas en México, especialmente en el sureste mexicano. También impulsó a que las mujeres indígenas tengan una gran participación en las luchas sociales y un protagonista cotidiano similar al que pueden tener los hombres en las bases del propio ejército de liberación nacional, aunque esto no necesariamente se exprese en las dirigencias que seguimos viendo que fundamentalmente ocupan los hombres», comenta Tamayo. (AGENCIA REFORMA)