A LA BÁSCULA

Sistema de salud en riesgo 

El 1 de diciembre de 2018 ante un pletórico Zócalo de la Ciudad de México, entre otras 99 promesas más, el debutante como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador dijo que por fin durante su gobierno se haría realidad el derecho a la salud.

Un año más tarde anunció con bombo y platillo la creación del Instituto de la Salud del Bienestar (Insabi), que vendría a reemplazar al Seguro Popular del que, dijo, ni era seguro ni era popular, pero tres años después tuvo que anunciar la extinción de su creación ante el fracaso de su funcionamiento, pero junto con el Instituto desaparecieron millones de pesos que hasta la fecha nadie sabe a dónde fueron a parar o dónde están.

Solamente del Fondo de Salud para el Bienestar que hasta el cierre del año pasado contaba con 119 mil 597 millones de pesos, al momento del anuncio de su extinción, ya solamente contaba con 75 mil 205 millones, es decir 44 mil 392 millones de pesos menos que nadie ha explicado dónde están, desaparecieron.

Junto con Seguridad Alimentaria de México (Segalmex) -envuelta en un escándalo de fraude cercano a los 20 mil millones de pesos-, el Insabi es una de las máximas creaciones del actual sexenio, y en aras de impulsarlo, en tres años de existencia, el gobierno le incrementó 50 por ciento el presupuesto para su gasto, al pasar de 74 mil 556 millones 294 mil pesos en 2020, para este 2023 aunque ya se tenía previsto que se decretaría su desaparición, se le asignaron 107 mil 216 millones 527 mil pesos.

Pero ningún presupuesto fue suficiente para evitar el fracaso del sistema mediante el cual el gobierno ‘cuatrotero’ haría realidad el derecho a la salud.

Ahora al principal inquilino de Palacio Nacional se le ha metido en la cabeza que con su nueva creación, el IMSS Bienestar –que ni es seguro ni brinda bienestar-, va a llevar a México a tener ya no un sistema de salud como Dinamarca como prometió en un principio, sino ahora asegura que será mejor que el de Dinamarca.

Para consolidar lo que el oficialismo califica como el nuevo modelo de atención médica, en el que se atenderán de manera gratuita a más de 52 millones de personas (algo así como el 82 por ciento de la población), se ha venido ‘invitando’ a los gobernadores de las entidades del país a adherirse, y al momento algo así como 23 estados gobernados por morenistas o aliados, han signado ya el convenio.

El documento establece que los estados le ceden al gobierno federal todas las instalaciones, inversiones y hasta el personal del sector salud, para que desde el centro del país se maneje todo a fin de alcanzar el sueño guajiro presidencial de tener el mejor sistema de salud del mundo, con la ‘farmaciota’ más grande del mundo en la que habrá todas las medicinas del mundo.

Entre otras cosas, para alcanzar esa meta, la administración morenista deberá dar mantenimiento y conservación a 714 hospitales de segundo y tercer niveles, así como atender 13 mil 968 centros de salud de las entidades que ya firmaron la adhesión al IMSS-Bienestar. Bajo este esquema, consideran especialistas, en vez de que los estados tengan su propio dinero para la salud, ya no se van a hacer cargo, todo se va a centralizar a través del IMSS-Bienestar. Una ‘desfederalización’, por llamarle de alguna forma.

Para los estados que no firmen, ya saben cómo funciona la política del garrote, la preferida de este gobierno contra los opositores.

Jalisco por ejemplo dejará de percibir 4 mil millones de pesos, pero el gobierno estatal dice que no va a ceder ante el chantaje, ni permitir el desmantelamiento del sistema estatal de salud, para darle paso a otro que ya demostró que es un fracaso.

El de Guanajuato por ejemplo está calificado como el mejor sistema de salud del país, y también pretenden desmantelarlo ¿No sería mejor apoyarse en éste y replicar su modelo a nivel federal? ¿Por qué no replicar las buenas prácticas y esas sí ‘federalizarlas’?

¿Por qué apostarle a la destrucción, sobre todo de lo que funciona bien? ¿Por qué el actual gobierno es incapaz de admitir que alguien más haya tenido la capacidad de construir cosas buenas?

Este tema del sistema de salud, por lo pronto, no lo pierda de vista, y ojalá que en nuestros estados no se ceda ante la presión ¿Se imagina entregarle regalada toda la infraestructura hospitalaria, hospitales, centros de salud, equipo de alta tecnología, vehículos y hasta el personal, a quien probadamente está demostrado que no sabe construir, y que lo suyo, lo suyo, lo suyo es la destrucción?

 

laotraplana@gmail.com

X= @JulianParraIba

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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