A LA BÁSCULA

Bases sólidas 

En el primer minuto del viernes de la próxima semana, Manolo Jiménez Salinas se convertirá en el nuevo gobernador constitucional de Coahuila, el más joven en la historia de la entidad, con 39 años de edad; al momento de ganar la elección aún tenía 38, y solo unos días después, el 12 de junio llegó a los 39.

Como en muchos otros casos, la juventud de Manolo no es sinónimo de inmadurez o inexperiencia, por el contrario. Trae una sólida base académica, familiar y empresarial que le permiten tener las bases para llevar, como lo mencionaba en su slogan de campaña, a nuestra entidad al siguiente nivel.

Mucha gente tiene la creencia de que Manolo es el apodo cariñoso que se utiliza para dirigirse a quien lleva por nombre Manuel. Pero no, no es así. En una de varias charlas que durante las pre y campaña sostuvimos con el ingeniero Manuel Jiménez, padre del actual gobernador electo, nos comentó que él, al igual que su padre, se llaman Manuel, pero que al momento de registrar a su primogénito, para diferenciarlo un poco, se decidió que se llamara Manolo, que no es un apodo, sino su nombre real. Así que, si alguien pensaba que podría ser una falta de respeto una vez que asuma como gobernador constitucional, no es así, ese es su nombre de pila: Manolo.

Su vena política indudablemente que la heredó de su abuelo materno, el ingeniero Luis Horacio Salinas Aguilera, quien fue diputado federal, líder estatal del PRI, alcalde de Saltillo a los 34 años, y en un momento dado aspirante a suceder a Oscar Flores Tapia en la gubernatura de Coahuila; incluso muchos en su momento consideraban que habría sido un buen gobernador, sueño que finalmente se cumplió con su nieto, aunque la vida no le alcanzó para verlo ganar la elección de manera tan abrumadora como lo hizo, con el más alto número de votos conseguidos por candidato alguno, y menos para verlo investido como gobernador de Coahuila. Creo que le habría gustado mucho llegar a ese día.

De su padre, el ingeniero Manuel Jiménez heredó la vena empresarial, terreno en el que ya se venía desempeñando de manera simultánea a sus quehaceres públicos, en las empresas familiares. Aunque también ya lo traía de herencia de su abuelo materno, empresario desde joven, y fundador y director de El Diario de Coahuila y radiodifusoras.

Académicamente, el próximo mandatario coahuilense, es ingeniero Industrial egresado del Tecnológico de Monterrey, con Maestría en Administración Pública por la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del mismo Tecnológico de Monterrey.

También trae desde niño el compromiso del sentido social por la actividad altruista que desde hace años despliega su madre, a quien acompañaba para llevar alimentos, ropa y juguetes a las familias de más escasos recursos y de las comunidades más alejadas, y olvidadas por programas gubernamentales.

Desde muy chico incursionó también a la política, fue coordinador de las juventudes en la campaña a la gubernatura, de Enrique Martínez y Martínez, fue regidor y posteriormente alcalde de Saltillo y al término de este último encargo, se incorporó al gabinete del actual gobernador, Miguel Ángel Riquelme, como secretario de Desarrollo Social, dependencia que le permitió conocer hasta el último de los rincones de la entidad, e identificar de primera mano las necesidades de hasta la más alejada comunidad de los 38 municipios del estado. Renunció, para ir en pos de la candidatura al gobierno estatal.

Manolo pues, pese a su juventud, llegará a la gubernatura con bases muy sólidas en lo familiar, académico, empresarial y político, para llevar a Coahuila, como lo prometió, al siguiente nivel. La gente en las urnas le demostró plenamente la enorme confianza que le han depositado, y del tamaño que fue el número de votos que le llevaron a la victoria, es el tamaño del compromiso que tiene con los coahuilenses.

Además, tenemos que reconocerlo, a Manolo, Miguel Ángel Riquelme le heredará las bases, muy sólidas, para llevar a Coahuila al siguiente nivel. Lo son en materia de seguridad pública que se convirtió en la piedra angular para sentar las bases de un estado seguro, con estabilidad política y social que lo convirtió en un polo atractivo para la inversión nacional y extranjera, para la creación de más y mejores empleos, mejor pagados, lo que a su vez generó mayor derrama económica y crecimiento de los municipios de todo el estado.

Y no, todo esto no significa que Manolo tendrá una tarea fácil o que su gobierno transitará sobre algodones. Por el contrario, tiene grandes y serios retos para enfrentar, pero de que tiene buenas bases, las tiene. Ya le imprimirá a su gobierno su propio sello porque, además, es un joven carismático, pero que también tiene un carácter firme y fuerte cuando se trata de negociar, y de defender los intereses de Coahuila y de su gente. Ya lo iremos conociendo. Al tiempo.

 

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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