EL DILEMA DEL PRI
A principios de este año, cuando se definió que MANOLO JIMÉNEZ sería el candidato del PRI a la gubernatura de Coahuila, los altos mandos del Tricolor establecieron un acuerdo con JERICÓ ABRAMO MASSO, para evitar que éste pudiera generar una división cómo la que semanas después provocaría RICARDO MEJÍA BERDEJA en MORENA. En esencia, según trascendió, el acuerdo establecía que Jericó sería en 2024 el candidato del PRI al Senado de la República, ocupando la primera posición de la fórmula que será postulada.
Sin embargo, a últimas fechas ha crecido la versión de que esa candidatura será para MIGUEL RIQUELME, quién además ocupa el primer lugar en todas las encuestas que se han publicado, por encima de Jericó.
Y es aquí dónde comienza a moverse el ajedrez político. Riquelme y Jericó podrían ir juntos en la misma fórmula, pero eso obligaría a que la alianza PRI-PAN-PRD postulara sólo mujeres en algún otro Estado de la República.
También cabe la posibilidad de que Jericó será el candidato de mayoría, mientras que Riquelme iría mero arriba en la lista de candidatos por la vía de la representación proporcional (pluris), lo cual, además, sería un reconocimiento a su trayectoria, a los resultados que obtuvo como gobernador, y a que no se dobló ante las presiones de la 4t, rehusándole entregar la gubernatura a MORENA a cambio de una Embajada, como otros si lo hicieron.
LAS MUJERES TAMBIÉN JUEGAN
Sin embargo, el escenario ideal es que los aliados, PRI-PAN-PRD, postulen a un hombre y a una mujer para el Senado, y que uno de ellos sea de Saltillo y el otro de Torreón. De los tres partidos, el PRI lleva mano para las postulaciones en Coahuila, —así como el PAN lo lleva en Guanajuato, Chihuahua, Querétaro y Aguascalientes, y el PRD en Michoacán—. Por esa razón los dos abanderados de la alianza en nuestro Estado surgirán sin duda de las filas priistas.
Las combinaciones son infinitas. Riquelme —de Torreón—, en fórmula con MARÍA BÁRBARA CEPEDA o HILDA FLORES, de Saltillo. O Jericó, de Saltillo, con VERO MARTÍNEZ de Torreón, por mencionar sólo algunas de las que se han manejado.
Pero la decisión final se tomará por ahí de Diciembre o Enero, y estará en manos de Manolo Jiménez, quién para ese entonces ya será el gobernador en funciones.
¿CÓMO ESTÁ GUADIANA?
En la otra cancha, en la de MORENA, queda claro que el que de plano ya ni siquiera se registró para buscar su reelección en el Senado es ARMANDO GUADIANA, pero además, desde hace muchos días que no se sabe nada de su estado de salud.
No news, good news, dicen en Estados Unidos. Ojalá que así sea, pero lo cierto es que la última publicación en redes sociales del todavía senador ocurrió el 6 de septiembre, en un video que subió cuando ya estaba convaleciente en Houston, y desde entonces no ha vuelto a aparecer públicamente salvo en algunos comunicados que ha mandado el diputado electo y su más cercano colaborador, ALBERTO HURTADO. ¿Cómo está Guadiana? Sería importante que nos lo dijeran.
BASTÓN SIN MANDO
Tal cómo se había anticipado, el “bastón de mando” que el tabasqueño LÓPEZ OBRADOR le entregó hace algunas semanas a CLAUDIA SHEINBAUM resultó ser más bien un “palo de ciego”. Por eso, para la designación de quienes serán los candidatos (as) de MORENA a las nueve gubernaturas que estarán en juego el próximo año, la única opinión que contó fue la de AMLO, mientras que Sheinbaum jugó el mismo papel que el de una maceta.
El caso más emblemático es el de la Ciudad de México, dónde doña Claudia quería que la candidatura fuera para OMAR GARCÍA HARFUCH, pero al final se impuso la elegida por López Obrador, la señora CLARA BRUGADA.
López le entregó el bastón, pero no le entregó el mando. Ni se lo va a entregar nunca, que no se haga ilusiones.
LO USAN COMO TRAMPOLÍN
Primero fue REYES FLORES HURTADO, quién utilizó la delegación de los Programas del Bienestar para buscar infructuosamente ser candidato a la gubernatura de Coahuila, lo cual le representó renunciar a un cargo seguro a cambio de una impredecible aventura política. Ahora CLAUDIA GARZA DEL TORO hace lo mismo, supuestamente para buscar ser candidata a una diputación federal. Y candidata puede que sea, pero diputada está por verse, porque no se le conoce mérito alguno para ganar la elección. ¿Ahora a quién van a nombrar en ese cargo? ¿A otro chapulín?