CALAVERITAS 2023

LÓPEZ OBRADOR

Mentiroso empedernido,

lenguaraz y entrometido,

soberbio y muy vengativo,

ignorante y presumido,

así era el hombre que hoy

por fin se fue de este mundo

tras chapotear en el fango

donde se quedó atascado,

yendo de viaje a Acapulco.

Ese emblemático puerto

le sirvió solo de tumba

pues por allegarse fondos

para comprar hartos votos,

disolvió fideicomisos

que ahora nos hacen falta

para cumplir compromisos.

Está ya en el infiernito

reservado a los corruptos,

y Dios quiera ahí permanezca

por toda la eternidad,

recibiendo muchos narcos

que le paguen en buen cash

y organizando complós

con presidentes ineptos

que arruinaron sus países

y dejaron bien riquillos,

a hijos, amantes y amigos.

 

CLAUDIA SHEINBAUM

Ya se murió esta señora

que tantos dientes pelaba

y su faz dura y rasposa

se fue poniendo horrorosa,

conforme ya no volvían

a mítines y reuniones

de su campaña rastrera,

acarreados y huevones.

 

MARCELO EBRARD

Al igual que muchos otros

de este maldito gobierno,

Ebrard murió y no lo sabe.

Y como ya está apestando,

nos urge que el panteonero

no se entretenga más tiempo

y pase el Dante sin pelo

a darle lo antes posible,

el acta de su sepelio.

 

ALEJANDRO ENCINAS

Otro que ya falleció

años después de estar muerto,

luego de dilapidar

su trayectoria y millones,

intentando disfrazar

inercias y decepciones,

fue el subsecretario Encinas.

Y para siempre se fue,

sin recibir ni un adiós

ni gesto de cortesía,

de quien lo puso en un puesto

al que debió renunciar

antes de ser mal corrido.

 

NORMA PIÑA

Esa magistrada Piña

que tan bien había quedado,

se aburrió de ser odiada

por el que manda en Palacio

y prefirió suicidarse

para no seguir viviendo

criticada por su gente

por donar lo que no es suyo.

Y el presidente feliz,

porque con eso comprueba

que el dinero tan peleado

no les era necesario

y que decidir quitarlo,

fue sabio y muy visionario.

 

OMAR GARCÍA HARFUCH

No está muerto todavía,

pero muy poco le falta para

fallecer pateado,

porque lo habían endiosado

sin permiso del que manda;

que como hoy anda enojado,

busca por donde vengarse

de los que de él se han

burlado.

 

Autor

Teresa Gurza