México no es un país para niños
Una de cada dos niñas, niños y jóvenes en México vive en situación de pobreza, según el estudio “Pobreza infantil y adolescente en México 2020” realizado por CONEVAL y UNICEF.
Lo anterior significa que 19.5 millones de personas entre 0 y 17 años enfrentan severas deficiencias en educación, alimentación y vivienda, y tienen dificultades para acceder a la seguridad social y los servicios de salud.
En lo que respecta a la nutrición, que es crucial para una buena salud y un mejor aprendizaje en la escuela, la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares 2020 (INEGI) encontró que en 859 mil 783 viviendas uno o más niños comieron una o ninguna vez al día. Asimismo, 3.03 millones de pequeños en 1.26 millones de hogares sintieron hambre, pero no comieron por falta de recursos.
Esto, sumado a otras privaciones, entre ellas la baja cobertura en servicios de salud y el aumento de la violencia contra niños y adolescentes, llevaron a dos destacados investigadores de la UNAM, Mario Luis Fuentes y Saúl Arellano, a concluir: “México es un país inapropiado para la niñez”.
Los autores publicaron en 2022 el Índice de los Derechos de la Niñez (IDN), que tiene como objetivo determinar en qué medida México y las entidades federativas cumplen con los derechos humanos de la niñez. El indicador, que va del 0 al 1, utiliza las siguientes dimensiones: condiciones de supervivencia y bienestar, vivienda, alimentación, salud, educación, violencia y derecho a la identidad de menores a 18 años.
El estudio mostró que el IDN ha permanecido constante en los últimos años, pasando de 0.560 en 2016 a 0.568 en 2020, lo que indica un estancamiento en las condiciones de vida y desarrollo de la niñez.
Este atasco demuestra que las políticas públicas no han sido efectivas para llevar los derechos de la niñez al siguiente nivel. Contraviniendo, además, el principio constitucional de progresividad de los derechos humanos.
Peor aún, los investigadores encontraron que algunas dimensiones de pobreza y vulnerabilidad han empeorado, en parte, debido a la pandemia. Entre ellas, la cobertura de salud ha caído significativamente, pasando del 14.3 % que carecía de estos servicios en 2018 al 27.5 % en 2020, lo que significa que 10.2 millones de niñas, niños y adolescentes carecen de atención médica.
Otra área de preocupación de Fuentes y Arrellano es la violencia. Lo que destacan es sorprendente porque durante el período analizado (2016-2020), la tasa promedio de homicidios de menores de 18 años triplicó la tasa de feminicidios. Es decir, a nivel nacional hubo 1.3 víctimas por cada 100 mil mujeres, mientras que la tasa de infanticidio fue de 3.9 por cada 100 mil en el grupo de edad.
Cabe señalar que el IDN también refleja desequilibrios regionales. Algunos estados se encuentran en una situación precaria en términos del cumplimiento de los derechos humanos de la niñez y juventud. Por ejemplo, Chiapas ocupó el último lugar con un IDN de 0.316 en 2020, en tanto Querétaro encabezó la lista promediando 0.743, más del doble.
Esta investigación debería ser de utilidad para Coahuila. La perspectiva de derechos de la niñez debe de guiar las decisiones sobre educación, salud, seguridad, alimentación y vivienda, especialmente al aproximarse la transición del poder y se preparan nuevos planes de gobierno.
En 2020, Coahuila ocupó el tercer lugar entre las entidades que ofrecen mejores condiciones de vida a la niñez, con un IDN de 0.719, pero lo cierto es que mientras este indicador no llegue a 1, habrá pequeños sufriendo hambre o violencia.
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