Mantener el clima de paz
Durante mucho tiempo, el actual gobierno de Coahuila, ha mantenido una férrea lucha para evitar que los grupos delincuenciales regresen a la entidad los que, durante alrededor de cinco años, han realizado cualquier número de intentonas por ingresar al estado y volver a sentar sus reales como lo hicieron en otros tiempos.
A partir de aquel ataque a la población y al edificio de la presidencia municipal de Villa Unión cuando Miguel Ángel Riquelme cumplía apenas su primer año en el Gobierno, los grupos que operan sobre todo en Tamaulipas han tratado de ingresar a Coahuila sobre todo por la parte norte, por la Ribereña, la carretera que corre paralela al Río Bravo y donde cruzar de Tamaulipas, pasar por Nuevo León y llegar a nuestro estado es un trámite que lleva menos de una hora, pero aquí siempre toparon con pared, desde entonces y hasta la fecha.
Sin embargo, tras los hechos que se han venido registrando en estados vecinos, Nuevo León y Zacatecas particularmente, Coahuila tiene qué reforzar sus fronteras con estos estados, para impedir que los grupos delincuenciales puedan entrar nuestra entidad.
A Miguel Riquelme le quedan 63 días como gobernador de Coahuila y seguramente pondrá mayor énfasis para que en los días finales de su mandato no quede manchado por el tema de la violencia. Pero en el tema de la seguridad, el trabajo desde ahora tiene que ser muy estrecho. De c errar filas, hombro con hombro con el gobernador electo, Manolo Jiménez Salinas, ya que de ellos depende que uno cierre bien su administración, y el otro inicie con tranquilidad su nuevo gobierno.
Los grupos delincuenciales suelen aprovechar muy bien las coyunturas que se les presentan en los cambios de gobierno, tratan de aprovechar el mínimo espacio vacío para colarse y empezar a tener control territorial. Suele suceder, sobre todo cuando pertenecen a partidos o corrientes distintas, en los cambios de gobierno el que llega tarda un poco en terminar de sentarse y de tomar las riendas. Ese es el momento que esperan encontrar los grupos delincuenciales.
Sin embargo, hasta el momento Riquelme Solís y Jiménez Salinas han dado muestras de que la transición será tersa, sin mayores sobresaltos. El lagunero sin bajar su ritmo de trabajo, sabiamente se ha venido alejando paulatinamente de los reflectores y le ha ido abriendo el camino y el espacio al saltillense, incluso cada vez más aparecen juntos en distintos eventos, y el mensaje a los coahuilenses es que hay una estrecha comunicación, como debe ser, sobre todo con el tema de la seguridad, en el que Coahuila apare entre los estados más seguros del país, pese a que está rodeado de estados con una alta presencia de los cárteles.
De hecho, el tema de la seguridad fue el que llevó a Miguel Riquelme a establecer una coordinación inicialmente con los entonces mandatarios de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca; y de Nuevo León, Jaime Rodríguez ‘El Bronco’. Luego haría lo mismo con José Rosas Aispuro, de Durango.
Con el paso del tiempo, los pasos los condujeron a abordar además de la seguridad otros temas como el de la salud, la educación y la distribución del presupuesto del gobierno federal a sus estados, con lo que ‘sin querer queriendo’ se fueron sumando otros mandatarios hasta conformar la Alianza Federalista, un ‘sindicato’ de gobernadores paralelo a la Conago.
La Alianza Federalista llegó a estar conformada por 10 mandatarios estatales, Martín Orozco, de Aguascalientes; Javier Corral, de Chihuahua; José Ignacio Peralta, de Colima; Diego Sinhué Rodríguez, de Guanajuato; Enrique Alfaro, de Jalisco; Silvano Aureoles, de Michoacán; y los mencionados García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Aispuro Torres, de Durango; y el ‘Bronco’ Rodríguez, de Nuevo León.
El liderazgo y el músculo mostrado entonces por el mandatario coahuilense, recibió de parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador un desprecio total para nuestra entidad, que es de las más castigadas presupuestalmente, y de las que no le destinó una sola obra importante en todo su sexenio. Coahuila ha pagado caro, a pesar de que Riquelme Solís manejó muy diplomáticamente su relación con el presidente.
Pero de que el lagunero le sabe, y bien al manejo del tema de seguridad, le sabe; y de que quiere cerrar su administración de la mejor forma, lo quiere. Y de que Manolo Jiménez quiere tener un inicio de gobierno sin sobresaltos, también lo quiere.
Por ello, se intuye una estrategia y trabajo inteligente y coordinado, para poder blindar a Coahuila de los terribles brotes de violencia que se vienen registrando con dos de sus principales vecinos: Nuevo León y Zacatecas, cuyos actuales gobiernos parecen no saberle bien al asunto, ni estar interesados en el esquema que durante todo el sexenio se estableció en Coahuila, para situarlo como uno de los estados más seguros del país. Y por el bien de todos, los coahuilenses esperamos que este clima de tranquilidad, de paz, de seguridad se mantenga aún con el cambio de gobierno.
@JulianParraIba
Autor
- Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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