EL HITO HISTÓRICO: LA PRIMERA PRESIDENTA EN 76 AÑOS DE LUCHA

Nuestro país tiene historias dramáticas en contra de la violación de los derechos de las mujeres. Una de las instituciones de represión fueron las llamadas Casa de Recogimiento en Nueva España. Estas funcionaban como centros de “readaptación” en las que de acuerdo a una clasificación de la época encerraban a las a “pecadoras españolas distinguidas”, “pecadoras de calidad” y “pecadoras conversas jóvenes”. Más tarde, durante el proceso de independencia, esas casas de recogimiento fueron utilizadas para someter a las mujeres insurgentes. Como explica Barry Matthew Robinson, en su artículo La reclusión de mujeres rebeldes: “Con el tiempo, los comandantes realistas empezaron a ver a las esposas, amantes y viudas de insurgentes como traidoras, y por lo tanto culpables por derecho propio”. Por ello, la lucha por el derecho de las mujeres tiene una historia compleja y prolongada.

Sin embargo, en el ámbito de la participación política es posible que hoy finalmente podamos hablar de un triunfo de una lucha que tuvo sus inicios formales en 1947. Aunque 1947 marcó un objetivo claro con el reconocimiento del derecho al voto de las mujeres mexicanas, la lucha había iniciado desde antes y se prolongó durante décadas. Debe recordarse que la reforma en realidad era una promesa no cumplida. Las mujeres, si bien tenían en papel el derecho al voto, eran relegadas a espacios limitados, y su participación política continuaba siendo una ilusión inalcanzable. Fue en 1993 cuando el sistema de cuotas se incorporó al sistema constitucional, prometiendo garantizar la participación activa de las mujeres en la política. No obstante, este avance fue solo un paso parcial, ya que las mujeres seguían siendo subrepresentadas en un mundo político dominado por hombres. El año 2014 introdujo un cambio trascendental: la temática de la paridad de género se incorporó por primera vez a las candidaturas a Diputaciones federales y locales. Pero la lucha persistió. El 2019 fue un año que sellaría la historia con un hito imborrable. La reforma constitucional finalmente reconoció la necesidad de la equidad de género en todos los niveles de gobierno y en distintos ámbitos. Con este escenario previo hoy México tiene dos fuerte candidatas a la presidencia de la república, lo que asegura que México tendrá por primera vez una presidenta.

La historia de México registra que la primera aspirante a la presidencia fue Rosario Ibarra de Piedra en el año de 1982; después en 1994 Cecilia Soto González y Marcela Lombardo Otero; en 2006 Patricia Mercado; en 2012, Josefina Vázquez Mota; en 2018 Margarita Zavala;

Otros cargos políticos habían sido ocupados por mujeres. Destaca, por ejemplo, el caso de Aurora Jiménez de Palacios primera diputada federal (en el año de 1954); Macrina Rabadán Santana diputada federal de oposición en 1958; La primera presidenta municipal Virginia Soto Rodríguez (presidenta de Dolores Hidalgo en 1958). Griselda Álvarez Ponce de León primera gobernadora en 1979.

Las lecciones históricas de las luchas de las mujeres muestran tenacidad y coraje. El camino ha sido largo, pero la recompensa era la promesa de un futuro donde la igualdad de género brillaría con más intensidad que nunca. Una presidenta en México es un logro que honra a todas las mujeres que han alzado la voz y allanado el camino, un logro que resonará en los anales de la historia de México como un ejemplo de perseverancia y valentía.