CLAVE DE FA

Las razones de la Xochitlmanía

Es irónico que para ser un político exitoso, hay que intentar parecerse lo menos posible a los políticos tradicionales. Y así, en medio de una caballada flaca por parte de la oposición, una senadora mexicana se está destacando en la contienda por la silla grande en el 2024. Sí, estoy hablando de Xóchitl Gálvez, y de la llamada Xochitlmanía. ¿Pero a qué se debe este fenómeno?

Primeramente, porque está llenando la ávida necesidad de un candidato anti-4T que tenían los electores de oposición y que no veían una opción viable en las otras figuras que están levantando la mano para enfrentar a las corcholatas de AMLO. Polémica, malhablada, entrona y sincera son algunos de los atributos que la hacen diferente a los típicos políticos.

Segundo, porque la narrativa de Gálvez rompe con la polarización de clases. Ella puede contar la historia de venir de abajo, muy abajo, pero también de tener relación con las clases empresariales y los distintos grupos de oposición, al punto que, hasta Movimiento Ciudadano, que ha jurado no ir ni a la esquina con el Frente Amplio por México, hizo un guiño de no estar cerrado a ir con Xóchitl.

Y eso tiene molesto al presidente López Obrador, quien le ha apostado durante todo su proyecto a la lucha de ricos contra pobres. Xóchitl puede romper con ese molde y llevar los términos de la contienda a otro plano, por ejemplo: el presente contra el futuro. Kryptonita pura para AMLO.

Por eso, primeramente, le negó la entrada a Palacio Nacional para ejercer su derecho a réplica ante los embates presidenciales, lo cual la puso en el radar de la opinión. Y ahora desde las mañaneras, está tratando de desactivarla vinculándola a lo que él considera el establishment. Sin embargo, lo ha hecho con un tono de burla y agresión, lo cual le está significando apoyo a Gálvez, por ser mujer y de origen humilde e indígena, vaya, por representar de alguna manera, al pueblo que el presidente dice defender. Mientras más la ataca, más la posiciona.

Y finalmente, porque comenzaron los autodescartes de distintos suspirantes, algunos que habían anunciado sus intenciones, y otros tantos que ni siquiera sabíamos que andaban en campaña. Al acortarse el abanico de opciones, es más fácil posicionarse.

Falta muchísimo para la elección del 2024, pero los ánimos ya comenzaron a calentarse a petición del presidente, sus corcholatas, los suspirantes de oposición y el INE que está en un papel pasivo ante el evidente proceso adelantado. Vamos a ver si la Xochitlmanía logra consolidarse como un movimiento sólido o si solo es una llamarada de petate.

 

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael