EL (DES) PROPÓSITO DE SÓSTENES MEJÍA

 

Afortunadamente para Armando Guadiana Tijerina los debates ya concluyeron, porque de haber más seguramente caería en las preferencias electorales, más abajo de los alrededor de 30 puntos que tiene actualmente.

Por supuesto, los cuatro candidatos a gobernador aseguran haber ganado los tres debates, los dos que organizó el Instituto Electoral de Coahuila y el convocado por la Confederación Patronal Mexicana. Pero si alguien perdió el encuentro del lunes pasado en Saltillo fue el postulado por Morena; su capacidad no le dio para estar a la altura de las preguntas y cuestionamientos de sus contendientes, de los moderadores y de las que formularon los ciudadanos. Y lo saben quienes atestiguaron el tercer debate.

Entre ellos el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, quien se regresó a la Ciudad de México con mucha preocupación, consciente de que difícilmente su aspirante a lograr por primera vez la alternancia en Coahuila llegará a los 35 puntos porcentuales de preferencias.

Tan consciente está de la realidad de su partido en Coahuila que a pesar de los insultos que recibió de parte de Marlene Cañas, esposa de Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja, y del candidato a diputado plurinominal, Fernando Rodríguez, está haciendo llamados al candidato del Partido del Trabajo para que decline en favor de Guadiana Tijerina. La respuesta es un rotundo no, además acompañado de amenazas de parte de Víctor Ortiz Aguilar, uno de los coordinadores de Mejía, de acuerdo con la denuncia pública hecha por Jonathan Ávalos Rodríguez, coordinador de la campaña de Morena. Ortiz Aguilar “se empeña en promover la confrontación entre quienes deberíamos tener un solo objetivo común”, dijo el desesperado coordinador morenista.

Así las cosas, para mayor tranquilidad de la coalición PRI-PAN-PRD, resulta impensable a estas alturas que Morena y PT apoyen a un solo candidato. Y la dirigencia del partido del presidente, Andrés Manuel López Obrador, tiende la mano a un candidato petista que parece empecinado, no en ganar la elección del cuatro de junio, sino únicamente en demostrar que dentro de Morena él era mejor candidato que Armando Guadiana.