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Beneficios y desafíos de la implementación de la inteligencia artificial en un entorno social

La IA es la próxima etapa en la utilización de datos y conocimientos para apoyar la toma de decisiones en las ciudades inteligentes, las cuales son entornos complejos que integran diversas tecnologías y apoyan innovaciones capaces de ofrecer un desarrollo socioeconómico sostenible. Esta tecnología es capaz de adquirir y dar sentido a la información sobre el entorno urbano, lo que le permite actuar racionalmente de acuerdo con objetivos predefinidos en situaciones urbanas complejas, incluso cuando hay información incompleta o faltante. Para el año 2025, se espera que la IA permita operar más del 30 por ciento de las aplicaciones en las ciudades inteligentes, especialmente en soluciones de movilidad urbana que contribuyan a la resiliencia, la sostenibilidad, el bienestar social y la vitalidad de la vida urbana.

En este sentido, también puede abordar desafíos específicos que enfrentan las ciudades para acelerar la transición energética, la escasez de espacio, mano de obra y materiales, y los recursos financieros limitados. La IA puede ser una herramienta muy poderosa para reconocimiento de objetos espaciales basada en imágenes satelitales, combinada con el aprendizaje automático para la optimización de rutas, que se aplica para mejorar la planificación de la infraestructura en espacios limitados y ayudar a priorizar el trabajo y alinearlo con la mano de obra y los materiales limitados.

Sin duda, la IA está revolucionando la forma en que vivimos y trabajamos. Desde las ciudades inteligentes hasta la producción de energía, está siendo utilizada en una amplia variedad de sectores para mejorar la eficiencia y la seguridad, abordar los desafíos climáticos y apoyar la transición energética. Sin embargo, a medida que se vuelve más omnipresente, también es importante considerar los posibles riesgos y desafíos asociados con su implementación.

Uno de los beneficios más importantes es la mejora de la eficiencia y la seguridad. En las ciudades inteligentes, es capaz de ayudar a adquirir y dar sentido a la información sobre el entorno urbano circundante, lo que permite una toma de decisiones más rápida y precisa en situaciones urbanas complejas. En el sector de la energía, puede ser utilizada para supervisar y controlar los sistemas de generación de energía, lo que permite una detección temprana de fallos y una toma de decisiones más rápida y precisa para evitar problemas mayores.

Otro beneficio clave es la capacidad de abordar los desafíos climáticos y apoyar la transición energética. En el lado del consumidor, el aprendizaje automático se puede utilizar para predecir y desglosar la demanda de energía para mejorar la eficiencia energética. Además, el control impulsado por IA del uso de energía del consumidor también permite la gestión del lado de la demanda para la flexibilidad de la red. Juntas, estas aplicaciones hacen que la red sea más resistente para la generación descentralizada e incierta, lo que permite la adopción de más energía renovable, mientras que los ciudadanos reciben apoyo para adoptar patrones de consumo de energía flexibles y eficientes que beneficien a los hogares y a la red.

Sin embargo, junto con estos beneficios vienen desafíos y riesgos. Uno de los mayores desafíos es la dependencia excesiva de la tecnología. A medida que la IA se vuelve más omnipresente, es importante considerar cómo nos estamos volviendo dependientes de ella y cómo podemos garantizar que sigamos tomando decisiones informadas y equilibradas que consideren todos los aspectos de un problema.

Otro desafío importante es la privacidad de los datos. La IA funciona mejor con grandes cantidades de datos, lo que significa que la recopilación de datos es cada vez más común. Es importante garantizar que estos datos se recopilen y se utilicen de manera ética y responsable, y que se protejan adecuadamente para evitar el acceso no autorizado.

Hoy por hoy, la implementación de la IA tiene el potencial de ofrecer una amplia variedad de beneficios. Sin embargo, también es importante considerar los posibles riesgos y desafíos asociados con su implementación y trabajar juntos para garantizar un uso responsable, ético, sostenible y de beneficio para la sociedad en su conjunto. Al hacerlo, podemos asegurarnos de que se utilice de manera efectiva para mejorar la vida de las personas y el mundo que nos rodea.

 

Twitter: @pacotrevinoa