A LA BÁSCULA

Jalón de marca 

En el mundillo del futbol se estila decir que se ‘jala la marca’ cuando hay un jugador habilidoso o peligroso para el rival, que con su simple movimiento atrae a los defensores adversarios, y ‘abre los huecos’ por los que aparece quien llegando de atrás consigue las anotaciones sorprendiendo a defensivos y arquero.

Algo muy parecido nos ha ocurrido en el país, donde desde el domingo con el asunto de la salud del presidente se ‘jaló la marca’ de opositores, políticos, periodistas, empresarios y ciudadanos en general, y mientras todo mundo nos manteníamos ocupados de saber las condiciones de López Obrador, la situación permitió ‘abrir los huecos’ para que de atrás llegaran los legisladores de Morena y nos sorprendieran anotando no uno sino varios goles.

Para los seguidores del presidente y aún para los llamados ‘malquerientes’ del mismo -como los llamó el secretario de Gobernación-, la salud de López Obrador se convirtió en unas horas el asunto más importante del país, un asunto de interés nacional, excepto para el tabasqueño y su equipo de trabajo más cercano.

Primero, y usted y yo ya lo hemos comentado en este mismo espacio, Jesús Ramírez Cuevas y Adán Augusto López, vocero y secretario de Gobernación respectivamente, le dieron un manejo irresponsable a la información respecto de la salud de Andrés Manuel, o al menos eso creímos muchos, pero al paso de las horas todo pareciera producto de una perversa acción muy bien planeada y ejecutada.

Cuando sale el presidente y dice que ‘charoleó’ a médicos y militares que supuestamente pretendían trasladarlo a otro lugar atendiendo las indicaciones del General secretario de la Defensa, y él se opuso arguyéndoles: “Él es el secretario de la Defensa, pero yo soy el comandante supremo de las Fuerzas Armadas”. Y ya lo dejaron sentado en el sillón en que se encontraba, le pusieron un litro de suero, le levantaron la presión y lo trasladaron en una ambulancia aérea      -pero no en camilla, aclaró- a la Ciudad de México.

De ser eso cierto incurrieron en una grave irresponsabilidad el propio presidente, el general secretario y los médicos militares que lo estaban atendiendo, porque en ese momento no estaban para caprichitos o complacencias de cómo quisiera ser atendido, minimizaron la situación, no se trataba de un paciente cualquiera, se trataba ¡Del Presidente de México! Suponiendo sin conceder que así sea, que López Obrador de verdad estaba enfermo y se hizo lo que él quiso –como acostumbra- y le llega a ocurrir algo más grave o le pudiera costar la vida. En el círculo alrededor de Andrés Manuel, parece que no les cayera el veinte de la trascendencia e importancia de la salud del presidente del país, llámese como se llame.

En la política, dicen los que saben, no existen las casualidades, sino las causalidades. Y el ‘jalón de marca’ que se dio con el asunto de la salud del presidente, ‘casualmente’ hizo olvidar de un jalón varios temas que convenía apaciguar: el remate del avión presidencial a un aliado ruso; el escándalo de los viajes realizados por el General Secretario, su familia y amigos que lo acompaña a Europa en aviones y con personal militar todo con cargo al erario; el escandaloso fraude en Segalmex.

Y convenientemente era necesario mantener entretenido ‘al respetable’, para que los diputados de Morena y sus aliados pudieran maniobrar –en la noche, en lo oscurito, como lo hacen los delincuentes-, y en menos de 24 horas se dispensaran trámites y se aprobaran en ‘fast track’ un total de ocho reformas de ley que ni siquiera leyeron y muchos de ellos ni sabían lo que estaban firmando y aprobando, entre ellos la desaparición de tres organismos de gran importancia para el país, como lo son la Financiera Rural, el Conacyt, pero sobre todo el INSABI, uno de los más grandes fracasos del gobierno cuatrotero, creado en esta administración y a poco menos de cuatro años lo desaparecen por ineficiente, inservible, un rotundo fracaso, y ahora le devuelven al IMSS bienestar lo que esa institución ya manejaba con el Seguro Popular ¿Pero y los 500 mil millones de pesos que se le invirtieron al elefante blanco ahora desaparecido?

Ya viendo toda la trama a la distancia, fríamente ¿A poco no nos dieron un ‘jalón de marca’ de gran calado con lo de la salud del presidente? quien se tuvo que aguantar poco más de 72 en silencio, lo que es un mundo de tiempo para alguien que padece incontinencia o diarrea verbal.

Pero como lo hacen los jugadores que jalan la marca, saben que se tienen que sacrificar para que otro llegue y meta los goles. O como ocurre en el beisbol que hay bateadores emergentes que van a sabiendas de que tendrán que hacer un toque de sacrificio para que sus compañeros que están en las bases avancen a una mejor posición, a costa de ellos quedar fuera.

Pero en esta jugada maestra, nos metieron en una sola acción varias anotaciones y el país ha perdido por goleada. En una noche nos dejaron sin INSABI, sin Financiera Rural, sin Conacyt, pero con muchos daños más en otras dependencias. Al tiempo este será el recuerdo de una noche triste.

 

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.