Hace unos días, a principio del mes de marzo, salió la noticia que la Secretaría de Educación Pública mostró una postura autoritaria de imponer un único pensamiento, me preocupo sobremanera estas declaraciones oficiales sobre la educación que recibirán nuestros jóvenes, por eso hoy quisiera poner en alerta a las familias mexicanas sobre la nefasta idea de cambiar el objetivo de la educación en el país, de suprimir el pensamiento crítico por una educación de adoctrinamiento.
El pensamiento crítico es importante en la formación de las personas debido a que es: la capacidad que tiene un individuo de analizar cualquier información y construir una interpretación propia, se basa en hechos o datos contrastados y alejándose de creencias sin fundamento. Esto último es muy importante que lo tome en cuenta querido lector “alejándose de creencias sin fundamento”. Las instituciones educativas se ocupan de difundir este pensamiento, debido a que se requiere del uso de la observación, la experiencia, pero sobre todo del razonamiento, es decir del método científico.
Para desarrollar este tipo de pensamiento es necesario la claridad, exactitud, imparcialidad, la lógica, la relevancia, la visión integral de lo que se analiza y las evidencias del objeto que se está analizando, con la idea de emitir juicios de valor, es decir, una evaluación razonada y no una opinión que es una creencia y que por lo tanto no se fundamente en un análisis, sino en la subjetividad.
Con el pensamiento crítico se evitan las mentiras o engaños que tengan como objetivo hacer daño a otro individuo o individuos. Desarrolla en las personas un alto grado de crecimiento profesional, que le permite tomar acertadas decisiones producto del grado de conocimiento, debido a que se tiene el privilegio de estudiar distintas realidades con profundidad y razonamiento analítico. Por todas estas razones es necesario que las instituciones que se dedican a educar impartan el pensamiento crítico.
Ahora le expongo la diferencia del pensamiento crítico y el peligro que representa imponer una educación cuyo objetivo sea el adoctrinamiento. Ahora bien, adoctrinar a una población es enseñar los principios de una determinada creencia o doctrina, con la única intención de ganar partidarios, como se puede ver, es una herramienta que utilizan los grupos en el poder para someter y engañar. La varita mágica de este tipo de educación es persuadir, imponer, pero sobre todo poder controlar las decisiones de las personas, en un claro control social, porque se difunden prácticas, valores y creencias que le permiten a la clase en el poder perpetuarse como la mejor opción para la sociedad. La intención es que las personas obedezcan al gobierno en todas sus decisiones, sin importar si los dañan.
El adoctrinamiento es ideal en sistemas con un gobierno totalitario y dictatoriales, porque ofrecen un solo tipo de conocimiento, el que les conviene a estos para mantenerse en el poder, no se permite que los individuos generen sus propias ideas y menos aún decisiones, estas deben ser congruentes con la ideología del gobierno en el poder, cualquier idea contraria a la que ofrece este sistema autoritario se considera enemigo y traidor a la patria, se debe pensar y actuar como el gobierno lo decida, no hay opción.
Lo alarmante, es cómo la SEP declara que la reforma en el Plan de estudios “busca combatir el colonialismo, el patriarcado y el mercantilismo”, es decir sólo se ofrecerá una educación limitada, conformista, manipuladora, como se puede apreciar se intenta cambiar la historia, demostrar con mentiras que la ideología que ofrece la élite en el poder es la mejor, y así obligar a la sociedad a pensar y actuar, a tener un pensamiento uniforme, una sola ideología, castrando lo más valioso que tiene cualquier ser humano: el libre pensamiento.
Autor
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Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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