Este filme del director Paco de León subvierte la historia de El mago de Oz y se mete, no siempre con suerte, en un laberinto de elementos que van desde el absurdo hasta el surrealismo, dividiendo a los espectadores: si engancha con esta propuesta será un recorrido por una historia en clave de musical llena de elementos kitsch y si no, será un insufrible catálogo de personajes y situaciones al borde mismo del ridículo. Usted decide.
El maravilloso Mago de Oz, de Frank Baum, es una obra cuya base conceptual es el tema del viaje, del recorrido desde un estado a otro, descubriendo en el camino a una cantidad de personajes arquetípicos que sirven para reafirmar a la protagonista. Pareciera que su moraleja más obvia es que de la infinidad de caminos que se ofrecen, solo nosotros deberemos, en algún instante, elegir cuál es el que seguiremos, determinando con ello nuestra existencia.
Con esta idea de soporte, el director Paco León, figura rupturista en el cine español y creador aficionado a la experimentación, hace una especial adaptación del cuento clásico y somete toda la estructura a un batido surreal y absurdo, alejando su filme de personas que esperan ver una película “racional”.
Lo que sucede es que “Rainbow” (2022) es una provocación, un juego y una apuesta cinematográfica, donde se rompe la denominada lógica (ese conjunto de estructuras arquetípicas), se funden los géneros (tiene algo de musical y algo de drama) y definitivamente utiliza la base de la obra literaria para proponer un recorrido en donde su protagonista, Dora (Dora Postigo), busca respuestas, busca a su madre e incluso a una pregunta que le lanza una desconocida en motocicleta: “¿Eres una niña o una mujer?”.
Advertencia: esto no es un remake de El Mago de Oz, ese portentoso musical de 1939, donde la figura de Judy Garland se convirtió en un símbolo y que contó con la dirección de Víctor Fleming. No es la historia de la dulce Dorothy, arrastrada por un tornado desde su natal Kansas hasta un mundo lleno de color, fantasía y misterios, acompañada por el hombre de hojalata que busca un corazón, un león que quiere dejar de tener miedo y un espantapájaros que anhela poseer un cerebro y que se enfrentan a una malvada bruja y tratan de encontrar las respuestas consultando al poderoso Mago de Oz, recorriendo el camino de baldosas amarillas y llevando a cuestas los zapatos de color rojo.
No, de manera definitiva, esto es otra cosa que divide a los espectadores y que no siempre alcanza el nivel que busca.
Este es el recorrido de Dora, en una geografía no determinada, imprecisa, peligrosa que, de pronto es un desierto al estilo de Arkansas, como puede ser un suburbio africano, un bingo latino y decadente o un barrio futurista asiático.
A estas alturas, la paciencia se agota en quienes no están acostumbrados a un espectáculo tan variopinto y desquiciado.
Es una prueba fuerte para los espectadores que se atrevan a acompañar a Dora y a sus amigos, todo lo cual está realzado por una estética de lo más kitsch, saturada de colores, elementos plásticos, mucho elemento surrealista y plagado con cortes musicales, donde se da tiempo para el lucimiento de figuras clave del cine español: aparecen Carmen Maura, Rossy De Palma, Dora Postigo, Ayax Pedrosa, Wekaforé Jibril, Carmen Machi, Luis Bermejo, Hovik Keuchkerian, Samantha Hudson, Carmina Barrios, Soraya Yasmin, Soraya Yasmin, Ester Expósito, Paulina Gálvez, Meteora Fontana, Iñigo Galiano, Antonio Meléndez Peso, Hugo Alejo, José Emilio Vera, Mari Paz Sayago y Emilio Gavira.
La protagonista Dora es una adolescente con un talento innato para la música y una fuerza interior que nadie puede derribarla y, en símil con la Dorothy tradicional, deja su casa junto a su perro Toto y empieza a vagar buscando a su madre a la que no conoce, porque desapareció apenas ella nació. En este periplo, conocerá a personajes extraños, patéticos y encantadores, teniendo como meta llegar a Ciudad Capital, enfrentándose a feroces enemigos, quienes tratan de impedir a toda costa que ella conozca el secreto de su pasado.
De este modo, el recorrido sorprendente de Dora es también una invitación para determinar cuánto aguanta la paciencia del espectador, porque de manera consciente el director Paco León desarma lo denominado lógico y emplea códigos que no todos dominan (o aceptan).
Pero justo cuando el relato se pone insoportable, aparecen Carmen Maura y Carmen Machi, ambas notables actrices, transmutados en la Bruja Mala del Este y la Bruja Buena del Oeste, añadiendo comicidad y distendiendo las situaciones.
Con “Rainbow” el director Paco León demuestra que lo suyo es el estilo desconcertante, repleto de elementos visuales, sonoros y cargados de significados triples. Y este filme además es toda una rareza en el panorama del cine español, donde el realizador se da el gusto de entregar una película que, siendo un homenaje al clásico literario, es a la vez su lectura crítica, saliendo ileso de un verdadero catálogo de momentos kitsch que, en manos menos expertas, hubiese sido un descalabro.
Pero, advertimos de nuevo, es una película que no es apta para quien está acostumbrado a más de lo mismo o que rehúye, en toda su libertad de elección, este tipo de experiencias que, en una primera lectura, desconciertan o escandalizan.
Disponible en Netflix.
Autor
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Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación
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