Como una perspectiva innovadora, pero además, sumamente bien estructurada y fundada en su investigación y método, la apuesta pedagógica presentada por el Maestro Salvador Hernández Vélez, rector de la Universidad Autónoma de Coahuila a través del libro “El proceso de construcción social del conocimiento científico”, seguramente llegará a consolidarse como un texto de referencia para docentes y alumnos, pues aclara aciertos y errores en el proceso de enseñanza y aprendizaje ofreciendo una alternativa de visión y organización en la recepción y transmisión del conocimiento para lograr mejores resultados.
Durante la presentación del libro, en el marco de la “Feria Internacional del Libro de Coahuila 2022”, Hernández Vélez detalló las inquietudes y motivaciones que lo llevaron a estructurar y dar forma a este razonamiento al intentar generar una respuesta a la interrogante: ¿Cómo enseñar matemáticas para que les sea de utilidad a los jóvenes?, y refirió que entonces comenzó a leer historia de las matemáticas, psicología de las matemáticas, didáctica de las matemáticas, el proceso de construcción del conocimiento matemático, así como la cuestión epistemológica, puesto que enseñar no se trata solamente de transmitir el conocimiento, sino también ser capaz de generar un método, una propuesta y un diseño para lograr que los estudiantes tengan interés, por lo que entonces durante la investigación encontró que todo conocimiento científico se construye en base a un proceso social, a una necesidad social.
Detalló que resulta fundamental comprender los procesos de aprendizaje por los que transita y evoluciona cada estudiante, puesto que generalmente durante la educación primaria se enseña aritmética elemental, pero luego al llegar al nivel de secundaria se exige a los estudiantes que pasen de inmediato del conocimiento concreto al abstracto, cuando a la humanidad le llevó 15 siglos hacerlo, por lo que quienes tienen la responsabilidad de enseñar deben comprender cuáles son los obstáculos que se dan en el proceso de construcción de conocimiento, pues de lo contrario, se termina enseñando datos que los alumnos difícilmente podrán comprender.
“Entender el proceso de construcción del conocimiento, de eso habla este libro, habla de que cada conocimiento ya sea matemáticas, física, química, biología, historia, psicología, economía, ciencia, cada una de estas materias ha tenido desarrollos, crisis, retrocesos, y así es el proceso, y nosotros queremos que los estudiantes aprendan el conocimiento tan sólo en un proceso de acumulación, y eso no se puede», destacó Hernández Vélez durante la presentación del libro.
Profundizó en la relación existente entre lo social y lo científico como dos áreas humanísticas que siempre van de la mano: “La intención del libro es formar mejores estudiantes para que tengan un mejor desarrollo, entonces, para dar clases se requiere la base del conocimiento, tal y como avanzan la ciencia y filosofía. La filosofía avanza cuando una corriente filosófica aparece y es aceptada en lo general, y hay otras corrientes filosóficas, pero la que está de moda, la más aceptada es una corriente filosófica <<dominante>>, pero esta no excluye a las demás, ahí están, siguen manifestándose y nadie las puede destruir; eso quiere decir que la filosofía avanza por <<dominación>>; eso quiere decir que en algún momento una de las corrientes <<dominadas>> puede pasar a ser <<dominante>>. Cuando uno entiende eso, como avanza la filosofía, comprendemos que en filosofía no se destruye el conocimiento, sólo se <<domina>>, pero no se destruye, y entonces aprendemos una cosa fundamental: “respetar al otro”, no importa que ideas tenga, en el respeto al “otro” vamos a seguir avanzando y construyendo conocimiento. Ahora bien, en el caso de cómo avanza la ciencia, cómo se construye un conocimiento científico, sabemos que, para evolucionar, el conocimiento de moda tiene que ser <<destruido>> para dar paso a la <<construcción>> de uno nuevo; así, la ciencia avanza en un doble proceso: uno de <<destrucción>> y un segundo proceso de <<construcción>>, la ciencia avanza <<destruyendo y construyendo>>, mientras la filosofía avanza <<dominando y siendo dominada>>”.
“Entonces, si uno liga esas dos cosas, la filosofía y la ciencia, encuentra los puntos en los que ambas materias se han ayudado mutuamente y encontraremos la razón de muchas cosas, entre ellas por su puesto la respuesta a la construcción social del conocimiento científico”, apuntó el autor entre las justificaciones de su propuesta.
En una suerte de alegoría simbiótica, el libro sin duda se transforma en el mejor ejemplo de destrucción-construcción social del conocimiento científico aportando una perspectiva muy reveladora que seguramente se constituirá como un texto de referencia en los actuales procesos pedagógicos. (ALBERTO BOARDMAN)
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