A LA BÁSCULA

 

Durante muchos años, Andrés Manuel López Obrador deliró y alucinó con el PRIAN, y lo invocó tanto, hasta que se le hizo realidad con el establecimiento de la alianza Va por México, con la cual el Revolucionario Institucional, Acción Nacional, y el Partido de la Revolución Democrática, buscan frenar el crecimiento de Morena, y con ello la posibilidad de que pueda alcanzar un segundo periodo en la Presidencia de la República.

Mediante la Alianza, quizá el triunfo más importante que consiguieron este año, fue el de Esteban Villegas en Durango, esquema que se suponía habrían de trazar en las elecciones de 2023 en los estados de México y Coahuila, donde se renovará la gubernatura. Replicar la forma mediante las que se logró lo que pocos creían posible: primero consolidar la alianza, y luego de que cada uno de los tres partidos integrantes presentaron su propuesta elegir al que sería la mejor figura que podría garantizar el triunfo, pero todavía se tuvo que superar el fantasma de que militantes, las bases de los otros partidos, no apoyarían la candidatura del actual gobernador electo.

Desde el primer trazo, se tejió fino hasta que concluyó el proceso con la victoria de Villegas Villarreal, quien recuperó para el PRI la gubernatura duranguense, luego de la administración de la alternancia con el panista José Rosas Aispuro Torres. El propio Esteban Villegas después de su victoria, sugirió que el modelo empleado en Durango, se replicara en las entidades donde habrá elección el año entrante.

En Coahuila, como si todavía tuvieran un gran peso, los panistas han sido los más rejegos a consolidar la alianza, sabedores de que con esa figura en la definición de la candidatura es el PRI el que lleva mano, pero son justamente los blanquiazules los que me parece que más perderían en caso de que cada quien vaya con sus propios candidatos. Después de haber estado tan cerca de alcanzar la gubernatura, en Coahuila el PAN está convertido en un partido marginal.

Contra todo, en las cúpulas de los tres partidos que conforman la alianza se mantenía firme la posibilidad de competir yendo unidos. De hecho, más que en Coahuila, prolongar el aliancismo iba más encaminado a llegar unidos como un auténtico bloque opositor para la elección presidencial de 2024, sabedores de que esa es la única forma con la cual podrían frenar a Morena e impedirle un segundo periodo presidencial; si la alianza no va, ninguno de los partidos por sí mismos tendrían la capacidad de ganarle al partido del Presidente en dos años.

Sin embargo, en aras de proteger a Alejandro Moreno de la amenaza de desafuero para que sea juzgado por delitos que había cometido durante su gestión como gobernador de Campeche, un grupo de priistas han generado un sisma al interior de su partido primero provocando una confrontación entre los diputados federales y los senadores del tricolor, por el tema de la Guardia Nacional y la ampliación del plazo de permanencia del Ejército en las calles realizado labores policiacas.

A cambio de impunidad y proteger a Moreno –a quienes muchos conocen como ‘Amlito’ y que es Moreno-, un sector de priistas en la cámara de diputados, han mostrado su intención de apoyar la propuesta Presidencial, a cambio de que a ‘su presidente’ dejen de ‘acosarlo’ a través de la fiscalía y la gobernadora campechanas. De hecho, hasta los ‘Martes del Jaguar’ de Layda Sansores, sus audios y ataques, han minado a raíz de que un grupo de diputados del PRI han apoyado la propuesta del oficialismo.

Y viendo los toros desde la barrera uno se pregunta –nada más por metiche y preguntón- ¿vale la pena por salvar el pellejo de Alejandro Moreno crear una división interna en el priismo cuando su partido está prácticamente al borde de la desaparición?

Eso es en lo interno, pero en lo externo, las dirigencias del PAN y PRD han puesto ‘en pausa’ la alianza Va Por México, porque Moreno en aras de salvar su propio pellejo, ha tomado decisiones contraviniendo los acuerdos establecidos de manera tripartidista, a fin de mantener la alianza, tanto legislativa como electoral. Es decir, en estos momentos, aunque sea ‘momentáneamente’ pero la alianza está rota, lo que al final del día sería hacer el trabajo sucio a Morena, para que repita en 2024 en la Presidencia.

Y vuelvo a preguntar, ¿vale la pena proteger a un cabrón como Alejandro Moreno, a costa de sentenciar a su propio partido prácticamente a la desaparición? ¿a costa de ‘reventar’ la alianza cuando todo mundo sabe que esta podría ser la única fórmula para frenar a Morena en 2024? ¿Vale la pena poner en riesgo no solo la elección presidencial, sino el futuro mismo del país? Porque eso es lo que se jugará en un par de años, el rumbo del país y el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos.

En un juicio popular se debería señalar a quienes, por apoyar a un personaje siniestro como Moreno, ponen el riesgo el futuro del país. Esos sí serían auténticos traidores a la patria. Digo.

 

laotraplana@gmail.com.mx

 

@JulianParraIba

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El Heraldo de Saltillo
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