DE BUENA FUENTE

Cambio y fuera

En Coahuila el moreirismo nació y murió con el sexenio de Humberto Moreira Valdés, aunque dio personajes importantes a la vida política de la entidad.

El moreirato se instauró un sexenio después con la llegada de su hermano Rubén Moreira Valdez, al gobierno de Coahuila.

A Rubén le sucedió el actual mandatario estatal Miguel Ángel Riquelme Solís, que inició el desmantelamiento de la estructura moreirista con la inclusión de personajes panistas.

El sexenio que viene, y gane quien gane, el moreirato desaparecerá de Coahuila, luego de 18 años de manejar el destino de la vida política comarcana.

Tres de los principales aspirantes a suceder a Riquelme Solís sufrieron la persecución encarnizada de Rubén, en tanto que el virtual candidato del PRI, Manolo Jiménez, abandera una nueva generación de políticos.

Los aspirantes morenistas Ricardo Mejía, Luis Fernando Salazar y Armando Guadiana Tijerina, buscan vengar afrentas y en sus discursos prometen cárcel para el Moreirato.

Hace unas semanas, Rigo Fuentes, líder estatal del PRI fue obligado a delegar en Rubén y Manolo todo lo referente a la elección del 2023, cosa que el secretario estatal aceptó a regañadientes.

Bueno y malo, el moreirismo y el moreirato ya cumplieron su ciclo, y es tiempo de cambio en Coahuila.

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Face a face

Nacer y vivir en una región te da un lugar de residencia, pero no siempre es sinónimo de arraigo, como le ocurre al político ex panista Luis Fernando Salazar.

Y es que no se explica uno cómo alguien que radicó varios años fuera de la entidad, llegue y sume al ex legislador local albiazul, Rodolfo Watt, cuando por origen y afinidad política lo más natural es que se acerque a Wicho.

De hecho, en un frente a frente entre Fernando Salazar y el subsecretario de Seguridad Pública Federal en cuanto a la generación de adeptos irritias, este último lo aventaja.

A pesar de su larga militancia panista y ahora como morenista, ningún político lagunero hasta hoy ha renunciado a su partido para adherirse al ahora aspirante a la gubernatura.

En cambio, el funcionario federal logró el apoyo de los políticos laguneros Jorge Luis Morán, ex alcalde de Torreón y de Shamir Fernández, ex diputado federal del PRI.

Con toda su carrera política hecha en Torreón y en Coahuila, Luis Fernando puede presumir tener residencia en la laguna, pero lamentablemente no goza de arraigo político.

Es curioso y hasta trágico, que su ex líder en Acción Nacional, Reyes Flores Hurtado, actual delegado federal en Coahuila, jamás ha aceptado dialogar, ni tomarse una selfie con él.

Cosas veredes…

 

 

Autor

Ulises Salas
Columnista
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