A LA BÁSCULA

La reconversión sí es posible

Conforme van pasando los minutos, las horas, los días sin que sean rescatados los mineros atrapados en el fondo del ‘Pocito’ en Sabinas, la angustia va creciendo, el dolor, la rabia, la impotencia entre los familiares va en aumento porque, aunque se mantiene la esperanza de que puedan ser encontrados con vida, todos lo sabemos, ésta se va diluyendo.

Aunque sé que eso no es ningún alivio al dolor ni aliciente alguno, a diferencia de tragedias anteriores, en esta ocasión hay una coordinación entre los tres niveles de gobierno para lograr lo que es fundamental: el rescate de los mineros. Los esfuerzos y trabajos se han realizado, hasta el reporte la madrugada de este jueves era que se han extraído más de 148 mil metros cúbicos de agua y el nivel registrado era de 2.9, 5.9 y 7.7 metros en cada uno de los pozos, pero las condiciones en el fondo de los tiros verticales, lo han impedido.

En la parte donde no se ve el mismo avance o al menos la intencionalidad de llegar al fondo, es en lo jurídico, en lo legal que se supondría se trabaja a la par de lo que realizan los cuerpos de rescate. El Presidente informó en esta semana que la concesión se otorgó en la administración del panista Vicente Fox Quesada en 2003 y vence en 2053, es decir, tiene una vigencia de 50 años.

Si tan rápido se llegó a esa información, se supondría que ésta sería la punta de la madeja para seguir ‘jalando’ y ya debieron haber llegado hasta los operadores de esos pozos, a los propietarios, a los concesionarios, para que se hagan responsables de lo ocurrido, que respondan a las familias de los mineros atrapados en el fondo de esas trampas mortales que son los ‘pocitos’ en nuestra Región Carbonífera.

En ese terreno, la información ha venido siendo muy manoseada, se dijo que un tal Christian ‘N’ se presentó como el propietario de la ‘mina’ pero tenía que demostrarlo con documentos, se ha ligado a través de prestanombres a Armando Guadiana Tijerina, a una funcionaria del gobierno estatal, y hasta al ex alcalde Regulo Zapata, pero hoy todo mundo se deslinda de ello.

Las investigaciones deben de llegar verdaderamente al fondo, y en ello deben incluir los motivos por los cuales el ex alcalde Cuauhtémoc Rodríguez y su cabildo aprobaron en 2019 el cambio de uso de suelo del terreno donde están ubicados los ‘pocitos’ de la tragedia cuando en la zona ya se sabía que esos terrenos eran de riesgo y se autorizó a convertirla en un área de industria extractiva.

Se debe investigar la falta de supervisión de parte de los inspectores de la Secretaría del Trabajo federal, la encargada de hacerlo y que no lo hicieron por omisión o por complicidad. Después de tantas tragedias ocurridas en nuestra Región Carbonífera y que nunca ha habido consecuencias, ya es momento que se actúe con todo el rigor de la ley, que si bien no va a devolver las vidas de todos los mineros que a lo largo de las décadas han perdido la vida en sucesivas tragedias, al menos que sus familias reciban un poco de paz, al saber que los responsables han sido castigados.

Y esto tiene que ser un trabajo de todos, de los tres niveles de gobierno, de los legisladores, tanto los locales como federales, de los empresarios de todo el estado, de los medios de comunicación y de la sociedad en general.

Ya lo dije en una anterior entrega y lo vuelvo a repetir, entre todos se tiene que pugnar por al menos iniciar una reconversión de la vocación económica de la región, porque nuestros mineros bajan a esas trampas mortales no porque tengan ganas de morir, sino porque no encuentran alternativas para ganarse la vida.

Cierto, eso requiere de trabajo, trabajo, mucho trabajo y un enorme compromiso social de todos para ir dando un viraje a las formas que nuestra gente de la Región Carbonífera se ganen la vida. Reitero, ni Saltillo ha sido toda la vida el clúster automotriz en que se ha convertido hoy toda la Región Sureste.

Ni la Comarca Lagunera ha sido toda la vida el polo de desarrollo que hoy es. Hace un siglo era una región eminentemente agrícola con el algodón como su cultivo rector, el llamado ‘oro blanco’ que durante años le dio un gran impulso económico a la región, y que tras la caída internacional de las fibras naturales para dar paso a las sintéticas obligó a cambiar de rumbo, y aunque al final no era lo mejor en una región donde escasea el agua, terminaron convirtiendo a La Laguna en la cuenca lechera más importante del país. Hoy La Laguna está diversificada, es una región agroindustrial, de servicios, de negocios, turística.

Por eso seguiré insistiendo, porque los ejemplos nos dicen que, con voluntad política y grandes esfuerzos colectivos, la reconversión de la vocación económica de la Región Carbonífera, sí es posible.

 

laotraplana@gmail.com

 

@JulianParraIba

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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