Washington.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la noche del lunes que el líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, ha muerto en un ataque con dron en Kabul, Afganistán, durante el fin de semana.
“Autoricé un ataque de precisión que lo sacaría del campo de batalla (…) No hubo víctimas civiles”, dijo Biden en declaraciones transmitidas en directo desde el balcón del Salón Azul, en la Casa Blanca.
Al Zawahiri, de 71 años, se convirtió en el jefe de Al Qaeda en 2011, después de que el antiguo líder del grupo terrorista, Osama bin Laden, fuese abatido por las fuerzas estadounidenses durante una redada en Abbottabad, Pakistán.
El anuncio de Biden se produjo casi un año después de que las tropas de Estados Unidos completasen su retirada de Afganistán, país que invadió en respuesta a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 realizados por miembros de Al Qaeda contra blancos en territorio estadounidense, los cuales se cobraron la vida de casi 3 mil personas.
“(Al Zawahiri) Estuvo involucrado a fondo en la planificación del 11-S (…) Coordinó ramas de Al Qaeda en todo el mundo, incluida la definición de prioridades para proporcionar orientación operativa que requirió e inspiró ataques contra objetivos estadounidenses”, apuntó el mandatario.
Un alto cargo de la Administración Biden informó a los periodistas de que, durante el ataque llevado a cabo el domingo por la mañana en Kabul, un dron le disparó varios misiles Hellfire a Al Zawahiri, que se encontraba de pie en el balcón de un refugio seguro.
La operación llevó meses preparándose hasta que Biden dio la autorización final el 25 de julio cuando estaba en cuarentena en la Casa Blanca debido a su contagio por COVID-19, detalló la misma fuente.
Más de 929 mil personas han muerto en las guerras posteriores a los atentados del 11-S a causa de la violencia bélica directa y los efectos consiguientes de la misma, según muestran las cifras del proyecto Costes de la Guerra de la Universidad de Brown.
Según el estudio, en dichos conflictos bélicos, que estuvieron acompañados de violaciones a los derechos humanos y las libertades civiles dentro y fuera de Estados Unidos, el gasto federal del país fue contabilizado en más de ocho billones de dólares. (XINHUA)
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