DE BUENA FUENTE

EL CONSENTIDO

En un auténtico depredador de las arcas municipales de Sabinas esta convertido el empresario muzquense Héctor Miguel García Falcón, gracias Al amparo y complicidad de su amigo Bano Santos.

Gachupin es actualmente el proveedor consentido en el ayuntamiento de Sabinas y el Sistema Intermunicipal de Aguas y Saneamiento local, por encima de inversionistas locales que le apostaron a la promesa de tener preferencia en las obras y que ni migajas han recibido.

De enero al 12 de julio del presente año, la empresa Triturados & Constructora de Muzquiz, SA de CV, propiedad de García Falcón ha facturado más de 11 millones de pesos, por servicios prestados, y de difícil comprobación.

Entre los conceptos pagados por el ayuntamiento se encuentran la renta de un camión Torton de 12 toneladas, la renta de una grúa canasta, y la renta de motoconformadoras.

En Simas, Héctor Miguel cobra trabajos de despalme y limpieza de arroyo, en los que se incluye maquinaria, operador y acarreo de materiales, la renta de camión con equipo vactor para servicios de limpieza y desazolve, con operador y mantenimiento.

El Gachupin también facturó un número indeterminado de viajes de agua en distintos sectores de la ciudad.

Solo Simas Sabinas, pagó a Héctor Miguel, un total de 5 millones 370.321 mil pesos, en tanto que tesorería municipal liquidó 6 millones 229,572 mil pesos, hasta el pasado 12 de julio.

Triturados Constructora de Muzquiz, es la única empresa que logró cumplir cada semana con los 30 viajes que a razón de mil pesos por vuelta paga el Sistema Intermunicipal de Agua, que opera Gerardo Ramos.

El resto de los proveedores de servicios de viajes de agua potable, ni siquiera llegaron a las 19 vueltas semanales.

Con el RFC TCOA411166H2 de Triturados, García Falcón amparó un cobro por 241, 832 mil pesos a SMA100101U20, por concepto de servicios prestados a Simas.

El ex candidato perdedor a la alcaldía de Muzquiz, recupera así los gastos de campaña y la falta de empleo en el Pueblo Mágico, pegado a la ubre financiera sabinense.

Bano Santos y el Gachupin no tienen llenadera, ni tampoco quien ponga un alto a sus instintos depredadores.

 

La pregunta de hoy:

Será verdad que hay gente que se tendrá que acostumbrar a que la fama pública de sus hermanos y parientes siempre los opacarán?

 

Autor

Ulises Salas
Columnista
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