Ciudad de México.- El expresidente Donald Trump está siendo investigado por el Departamento de Justicia por sus esfuerzos para anular las elecciones de 2020, informa este martes el diario estadounidense The Washington Post, que cita a fuentes enteradas del asunto. La investigación federal es parte de la investigación criminal del Departamento de Justicia sobre el asalto al Capitolio, ocurrido el 6 de enero de 2021.
Los fiscales que están interrogando a los testigos ante un gran jurado -incluyendo a dos altos asesores del hoy exvicepresidente Mike Pence- les han hecho preguntas en los últimos días sobre las conversaciones con Trump, sus abogados y otras personas de su círculo íntimo que buscaban sustituir a los electores certificados de algunos estados que ganó Joe Biden por aliados de Trump, dijeron al Post dos personas familiarizadas con el asunto.
Los fiscales han hecho horas de preguntas detalladas sobre las reuniones que Trump protagonizó en diciembre de 2020 y enero de 2021; su campaña de presión sobre Pence para anular las elecciones y sobre las instrucciones que dio Trump a sus abogados y asesores sobre los electores falsos –que según él utilizaron los demócratas para lograr el triunfo de Biden- y el envío de los electores de vuelta a los estados, explicaron las fuentes.
Algunas de las preguntas se centraron directamente en el alcance de la participación de Trump en el esfuerzo relacionado con los falsos electores que encabezaron sus abogados externos, incluyendo a John Eastman y Rudy Giuliani.
Según el Post, los investigadores del Departamento de Justicia recibieron en abril los registros telefónicos de funcionarios y ayudantes clave de la administración Trump, incluyendo los de su antiguo jefe de personal, Mark Meadows. Ello sería un indicio de cómo se ha ampliado la investigación sobre la irrupción en el Capitolio, mucho antes de las audiencias televisadas del comité de la Cámara de Representantes que han revelado más detalles sobre los esfuerzos de Trump para anular las elecciones de 2020 y para atizar a la multitud que ingresó al Capitolio para tratar –infructuosamente- de impedir la certificación de los resultados de las presidenciales.
Tanto el Post como otros medios habían señalado ya el interés del Departamento de Justicia en las acciones de Eastman, Giuliani y otros funcionarios cercanos a Trump. Sin embargo, subraya el rotativo, se desconocía el grado de interés de los fiscales en las acciones del propio Trump. Tampoco se sabía de la revisión de los registros telefónicos de los altos asesores de Trump.
Las investigaciones penales federales son opacas por diseño, y las investigaciones que involucran a figuras políticas se encuentran entre los secretos mejor guardados del Departamento de Justicia. Muchas de ellas, señala el Post, terminan sin cargos criminales.
Las pesquisas del Departamento de Justicia, aclara, son independientes de la investigación en curso por parte del comité de la Cámara, que ha tratado de retratar a Trump como responsable de incitar a los disturbios en el Capitolio y de no cumplir con su deber al negarse a detenerlos.
A diferencia del Departamento de Justicia, el panel de la Cámara no tiene el poder de iniciar investigaciones criminales o acusar a alguien de irregularidades.
Dos de las fuentes dijeron al Post que hay dos pistas principales de la investigación que en última instancia podrían conducir a un escrutinio adicional de Trump.
La primera se centra en la conspiración sediciosa y la conspiración para obstruir un procedimiento gubernamental, el tipo de cargos que ya se presentaron contra las personas que asaltaron el Capitolio el 6 de enero y contra dos líderes de grupos de extrema derecha, Stewart Rhodes y Henry “Enrique” Tarrio, que no irrumpieron en el Capitolio pero que supuestamente participaron en la planificación de los acontecimientos de aquel día.
La segunda tiene que ver con el posible fraude asociado a la trama de los falsos electores o con la presión que supuestamente ejercieron Trump y sus aliados sobre el Departamento de Justicia y otros para afirmar falsamente que las elecciones estaban amañadas y que los votos se emitieron de forma fraudulenta.
En entrevista con NBC News, el fiscal general Merrick Garland prometió que la investigación del 6 de enero seguirá los hechos, dondequiera que conduzcan, y dijo que nadie está exento o por encima del escrutinio.
Cuestionado sobre si le preocupa la división que generaría en el país la acusación contra un expresidente, el fiscal aseguró que el departamento a su cargo busca la justicia «sin temor ni favoritismo. Tenemos la intención de hacer que rindan cuentas todos, cualquiera que haya sido criminalmente responsable de los eventos que rodearon el 6 de enero, por cualquier intento de interferir con la transferencia legal de poder de una administración a otra. No prestamos atención a otras cosas».
Tampoco interferiría en esta investigación el hecho de que Trump se postule, como ha insinuado, como candidato presidencial para las elecciones de 2024. (EL UNIVERSAL)
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