COMO DECÍA MI ABUELA

«Quién no conoce la historia…

En las tardes, mientras bordaba o tejía, mi abuela nos contaba historias de su juventud y de cómo se casó con el abuelo. Nos contaba de noviazgos y problemas de parejas y aunque algunos eran entretenidos y hasta parecían humorísticos, no entendíamos muy bien porqué nos contaba esos relatos. «Quién no conoce la historia, está condenado a repetirla» nos decía al terminar su narración. Tal vez debí poner más atención.

El pasado mes de junio se reportaron 87 feminicidios según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, siendo este, el número más alto de feminicidios en lo que va del 2022. Sin embargo, la violencia contra las mujeres sigue incrementándose en nuestro país, no sólo en números, también en las formas en qué se manifiesta.

En Tonalá, Jalisco, fue torturada y quemada una menor de 11 años que se encontraba internada en el albergue «Casa de vida Camino a la fortaleza». La madre, quién fue informada un día después del hecho, declaró que el personal del albergue señaló que se trató de un accidente, lo que la menor desmintió acusando que la rociaron con alcohol y luego le dieron una descarga eléctrica. Actualmente la menor está siendo atendida por quemaduras de segundo grado en el 13 por ciento de su cuerpo. Por su parte, la madre, de nombre Mónica, interpuso la denuncia correspondiente.

Recordemos que, apenas hace unos días, también en Jalisco, fue atacada Luz Raquel Padilla, quién fue rociada con alcohol y prendida en fuego viva y murió luego de que las quemaduras afectaron la mayor parte de su cuerpo. Luz, había denunciado un ataque anterior y amenazas por parte de su vecino, Sergio Ismael N, quién actualmente está siendo procesado por delitos contra la dignidad de personas y lesiones. Por su parte, el fiscal del Estado de Jalisco, Joaquín Méndez, mencionó en rueda de prensa que una de las líneas de investigación apunta a que Luz se habría autoinmolado y que las amenazas hechas con pintas en el edificio donde vivía fueron realizadas por ella misma. Ante esto, diversos colectivos feministas e instituciones emitieron comunicados y pronunciamientos, de los cuales rescato las palabras del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres (CLADEM ) Jalisco y el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCFN) «es más sencillo desacreditar el delito, revictimizar a la víctima y su familia, que esforzarse en proveer una investigación que llegue al enjuiciamiento del imputado, a quién ya se tienen consignado y se está tratando de dejar impune» . El documento completo se puede encontrar en las redes sociales del CLADEM.

De igual forma, Margarita Ceceña, de Cuernavaca Morelos, había denunciado con anterioridad a un familiar por lesiones, pero no fue escuchada por las autoridades. Posteriormente el mismo familiar y otras personas le rociaron gasolina y le prendieron fuego al interior de su negocio, provocándole quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo, lo que ocasionó su muerte.

En Ramos Arizpe, Coahuila, María de los Ángeles Ramírez, fue víctima de robo por lo que, por sus propios medios, realizó la investigación y dio con el presunto responsable, un sujeto conocido como «El Cala» quien, en represalia, arrojó una bomba Molotov contra María de los Ángeles cuando ella salía de su casa, misma que afortunadamente ella logró esquivar. El pasado viernes fue detenido y posteriormente dejado en libertad debido a «inconsistencias» en su carpeta de investigación. Más tarde, María de los Ángeles encontró amenazas en la pared de su casa con la frase «te voy a matar perra». Vecinos de la colonia Parajes de los Pinos manifiestan que no es la primera vez que este sujeto es denunciado, detenido y liberado, por lo que se suman a la exigencia de María de los Ángeles, para obtener justicia.

Cómo decía mi abuela «quién no conoce la historia, está condenado a repetirla». Las autoridades en México son ineficientes porque no escuchan a las víctimas cuando denuncian. Les parece poco el hecho inicial y juzgan su gravedad basados en sus propios prejuicios y parámetros subjetivos y no de acuerdo con la evidencia real y palpable. NOS ESTÁN MATANDO “EN SUS NARICES” pero a ellos, los operadores de la justicia, sólo les importa blanquear las cifras para aparentar estar haciendo un buen gobierno y prefieren culpar a las víctimas de su propio feminicidio, así, los números juegan a su favor y estadísticamente se «disminuye» la violencia contra las mujeres, aunque los hechos muestran otra realidad. Sería bueno que estudiaran el caso de Marisela Escobedo para que, de una buena vez, aprendan que, si escuchan a las mujeres, sí es posible detener esta violencia.

 

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El Heraldo de Saltillo
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