DE BUENA FUENTE

¡Hay tiro!

El reciente fin de semana sirvió a los principales partidos políticos para definir en Coahuila el rumbo de la elección a gobernador en el 2023.

El multitudinario evento del PRI realizado el sábado en el parque Las Maravillas de Saltillo, demostró que la militancia tricolor es la mejor del país.

Pero también dejó en claro, que su líder nacional Alejandro Moreno, y el estatal, Rigo Fuentes, no están a la altura de semejante ejército de votantes, ni están aptos para dirigir la guerra electoral del 2023.

Es también evidente que Manolo Jiménez es el candidato único, y que no se requiere de consulta a la base, pues al diputado federal Jericó Abramo como el alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, les quedó ya grabado el mensaje.

En el lado morenista, el mismo sábado, el senador Armando Guadiana Tijerina, citó a una reunión de unidad a los otros suspirantes por la candidatura al gobierno estatal.

A la cita se presentaron Javier Guerrero y Luis Fernando Salazar, entre otros, pero llamó la atención la inasistencia del delegado federal, Reyes Flores Hurtado, ¿a menos que no hay sido invitado?

Ricardo Mejía Berdeja, que trae la postulación en la bolsa, por obvias razones tampoco se apersonó, pero el domingo tuvo casa llena con la presentación de los aspirantes a la silla presidencial.

En Coahuila, la sucesión gubernamental ya comenzó, y los dos principales gallos son el secretario estatal de Bienestar Social, y el subsecretario de Seguridad Pública Federal.

¡No se hagan bolas!

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Ni venta, ni renta

Las declaraciones del gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís en el sentido de que no aceptará una embajada, y no que no va a negociar la elección de Coahuila con el presidente Andrés Manuel López Obrador, ataja cualquier especulación posible.

Y es que, tras la caída del PRI en Hidalgo, se desataron los rumores de que la dirigencia nacional de este organismo político, junto al diputado Rubén Moreira, sondeaban la probabilidad de intercambiar la aprobación de la reforma eléctrica a cambio de la gubernatura de Coahuila.

La firme posición del actual mandatario estatal, echa por tierra tal rumorología, y de una vez por todas, advierte que Miguel Ángel Riquelme no se deja manipular por ningún grupo de poder interno, ni externo.

La elección coahuilteca no está en venta, ni servirá para “catafixiarla” por ninguna embajada, ni reforma eléctrica.

 

 

 

Autor

Ulises Salas
Columnista
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